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Juanín ejecuta ante Ristovski.
Goliat aprende a sudar

Goliat aprende a sudar

El Abanca Ademar vuelve a posicionarse como único rival capaz de poner en problemas a un FCBarcelona Lassa que sufrió para llevarse el partido liguero

n. barrio

Sábado, 15 de abril 2017, 20:05

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Si el FC Barcelona Lassa no lo sabía antes, lo confirmó en la tarde del sábado. Ganar a Abanca Ademar no es fácil y, las más veces, llevarse los puntos cuesta más que firmar una buena tarde de balonmano. León no es plaza fácil y cuando el Palacio ruge, los maristas son capaces de todo. Incluso de estar a micras de empatar a un todopoderos Goliat que volvió a recordar qué era aquello de sudar en el parquet.

Empezaron fuerte los de Rafa Guijosa, que se adelantaba gracias a un Juanín que, como es tónica general, fue referente. No tardó en igualar la contienda el equipo culé, que por medio de Raúl Entrerrios firmaba el empate y, aunque alguno pudiera predecir el despegue blaugrana a partir del primer tanto, fueron los de la ciudad condal los que marcharon por detrás hasta el tercero, lo que habla bien de la fuerza con la que Abanca Ademar salió al parquet.

Aunque claro, el Barça Lassa no dejaba de ser ese equipo que firma una racha abismal de cuatro años sin saber qué es aquello de perder. A pesar de los buenos lanzamientos de Fede Vieyra primero y Juanín después desde los nueve y los siete metros respectivamente, Entrerrios y Víctor Tomás igualaban contienda. A partir de ahí, el Barcelona sellaba un parcial de 0-3 totalmente enchufado que dinamitó el juego de ataque de los maristas.

El tiempo muerto, por tanto, no se iba a hacer esperar. Viendo que el partido podría irse, el técnico fue especialmente incisivo al remarcar la necesidad de mantener la intensidad ante un Barça que veía cerca la posibilidad de maniatar a los leoneses.

Guijosa marca la pauta

Y la idea caló. El Abanca Ademar se puso el mono de trabajo y, combinando a un Cupara de buenas intervenciones y a una línea defensiva tan novedosa como efectiva, el equipo marista logró ponerse acercarse al Goliat de esta Liga Asobal (y de tantas otras ediciones). Olieron sangre los leoneses y quisieron ir a más, hasta llegar a un 7-8 que se antojaba prometedor.

Pero había alguien bajo los palos visitantes a quien no le pareció en ningún momento que esto fuera una buena idea. Ristovski vino a sustituir a Pérez de Vargas y su papel frenaría las aspiraciones ademaristas.

Con 11-15 se fue el partido al descanso, dando impresión de que el Barcelona, con un plantel rara vez desconectado, terminaba encontrando herramientas para estar siempre por delante.

De menos a más

Tras el paso por vestuarios, Rafa Guijosa pidió verticalidad a sus hombres, animándoles a pasar al ataque directo primando esta opción sobre la creación excesiva. Hicieron caso, aunque delante estuviera un todopoderoso como es el Barçá.

La sociedad Simonet-Costoya demostró su valía, y más cuando se acababa añadiendo Vieyra. En el 41 Cupara, como ya lo hiciera anteriormente, puso la fe. Sus paradas evitaron que el Barça se escapara en exceso, y fruto de ese trabajo el Abanca Ademar comenzó a creer.

Con un Dika Mem totalmente desatado y un Entrerrios portándose como siempre, el Abanca Ademar comenzó a recortar progresivamente. Juanjo Fernández asustó en el 42 y Ristovski evitaba dolores de cabeza culés.

Xavi Pascual, con un ojo puesto en Europa, trató de reservar hasta donde pudo pero los leoneses lo querían todo.

Ademar se lo cree

Y aunque en el 40 fuera perdiendo de cuatro, León empujó y el Abanca Ademar empezó a ver las gotas de sudor en la frente blaugrana. Recortó a tres Juanín, imprescindible una vez más. El Palacio gritó el 'sí se puede' y los de Guijosa vieron luz. Un superior Mario López colgaba pelota a Costoya para que anotara ajustadísimo y pusiera el marcador a dos. Se podía. Rodrigo Pérez Arce puso al equipo a uno. Se podía. Y ante el Barça. El éxtasis.

Para colmo y ventaja ademarista, Dika Men se llevó un golpe y tuvo que salir durante los últimos impases, lo que acercaba el empate.

Con poco menos de un minuto, Juanín la tuvo frente a Ristovski, que como el lector leyó en párrafos anteriores, quería llevarse los dos puntos. Paró un buen disparo del leonés y evitó el empate.

Acababa el partido. 27-28. Goliat sudó y el Abanca Ademar demostró no solo que se puede, sino que el único rival capaz de hacer frente al Barça vive a orillas del Bernesga.

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