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Domingo, 24 de enero 2016, 19:33
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Media hora larga tenían por delante el Viveros Herol Nava y el Bidasoa Irún tras la suspensión del partido que empezaron a jugar en el pabellón de Carbonero el Mayor. Dos equipos señores, hermanados tras la última fase de ascenso, que lejos de poner barreras aunaron esfuerzos y sudores para encontrar solución a una condensación empeñada en que no se jugara el partido.
En un horario extraño y con el marcador ya estrenado, los equipos comenzaron el reencuentro con el 10-15 en el electrónico y a poco más de tres minutos para llegar al descanso. El técnico del conjunto vasco decidió dar entrada a Zubiria en sustitución de Dejanovic bajo palos, cambio que también se daría en la otra trinchera siendo David de Diego el que disputase todo lo que restaba del encuentro.
Se encontraba más entonado el equipo navero que en la jornada del sábado, pero no era suficiente para frenar la facilidad de juego desplegada por los guipuzcoanos. En el repliegue mostraron precisión suiza, cada uno en su marca de un 6:0 compacto, mientras en ataque contaban con ejecutores de excepción. Igual dio que fuera Muiña, Martínez engatillando el brazo o Kauldi. Todos encontraban la red guardada por un David de Diego que tardó en coger calor, pero que ofreció buenas paradas cuando el partido se acercaba a su ocaso.
No se arredró Nava en sus intereses, que navegaban próximos a no permitir una renta excesiva, asumiendo que arrebatarle la victoria al líder era un presupuesto que rozaba lo inalcanzable. Le puso valor sobre el parqué del Pedro Delgado, una pista que conoce de fases de ascenso pasadas.
Simón García Candau, cada día más enchufado, tuvo dos seguidas que aportan la fe necesaria. Carlos Villagrán tampoco falló a la cita, y aportó con su casta tantos finos como ya demostrara el sábado sobre una pista que no animaba al riesgo.
Finalmente no pudo ser, y el Bidasoa Irún se llevó el partido por 24-30. Una diferencia de seis que aumenta en uno la resta que llevaban de Carbonero los de Nava.
Pero no solo ganó un partido y los dos puntos. También demostró haber estado a la altura de unas circunstancias exigentes, demostrando que el señorío de un club no se mide en palabras vacías ni golpes de pecho.
El Viveros Herol Nava visitará en la próxima jornada al Meridiano Antequera para jugar su próximo partido liguero, dejando atrás un fin de semana infausto. Tocará ver si es la excepción, aunque las circunstancias no inviten al optimismo.
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