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Jugadores, técnicos y directivas charlan para acordar la solución tras la suspensión del partido.
La condensación vuelve a castigar al Viveros Herol Nava
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La condensación vuelve a castigar al Viveros Herol Nava

El choque ante el Bidasoa Irún se suspende antes del descanso y se reanudará hoy a partir de las 14:30 en el Pedro Delgado

nacho barrio

Sábado, 23 de enero 2016, 23:24

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Construir el relato de lo ocurrido en Carbonero el Mayor requiere de no pocas dosis de frialdad. Entender que la realidad no es una película de Berlanga ni un relato surrealista se hace difícil después de contemplar un esperpento de otra época que nada tiene que ver con la segunda década del siglo XXI. Pero lo grave es que ocurrió ayer.

Ayudará a rebajar revoluciones el tratar de empezar a contar lo sucedido desde el principio. Todo comenzó cuando la condensación de agua, un fenómeno que se produce cada cierto tiempo en el frontón cubierto de Nava de la Asunción, se hizo presente durante la semana. Con las alarmas convenientemente encendidas, el Viveros Herol Nava confió en que el sábado amaneciera propicio para poder disputar el partido que medía al club local contra el Bidasoa Irún, actual líder de la competición regular. Y todo apuntaba a que sonreiría por una vez la suerte. El estado de la pista invitaba a la esperanza a primera hora de ayer, pero se fue nublando según avanzaba el día.

Las opciones alternativas pasaban por secar la pista de forma manual si la humedad era salvable o plantearse el traslado al pabellón de Carbonero el Mayor, instalación que podría conseguir la aptitud por parte de la Federación para la celebración del choque.

El líquido elemento obligo a apostar por la mudanza, consiguiendo el club navero la aprobación del estamento organizador en tiempo récord y sin oposición alguna por parte del Bidasoa Irún, el equipo visitante, que comprendió desde el primer momento que en lo que sucedía poca culpa tenía el club segoviano, que se limitó a buscar la mejor opción para todos.

Eran las cuatro de la tarde cuando se tomó la decisión y el público, que entendió la consecuencia, acompañó al equipo hasta Carbonero el Mayor. No sería de justicia obviar a estas alturas del relato que la mejor solución, la natural, pasa por finalizar la construcción del nuevo pabellón de Nava de la Asunción, que se levanta inmóvil junto al frontón cubierto como homenaje a una época pasada. Una estructura yerma que pese a estar rematada por fuera, se encuentra casi vacía por dentro.

En éstas viajó Nava a Carbonero, creyendo dejar atrás un problema y pensando en jugar un partido de balonmano más de los que componen esta División de Honor Plata.

Pero como bien apunta el refranero español, poco duró la alegría en la casa del pobre. En los primeros compases del encuentro se empezó a condensar la humedad sobre la pista, fruto quizás de una suma entre las condiciones del pabellón, la gran afluencia de público y la temperatura que se registraba en el exterior.

Los tropiezos de jugadores y técnicos fueron continuos y poco podían hacer los miembros del club, que se afanaron en secar la pista con mopas, toallas o incluso con las mangas de la sudadera, como harían en varias ocasiones los porteros Alberto Miranda y David de Diego. Daba igual. La humedad perseguía al Viveros Herol Nava y el árbitro decidió suspender el partido antes incluso de llegar al descanso, en el minuto 26:58 con 10-15 en el marcador.

Tras varias conversaciones más o menos intensas, ambos equipos en sintonía con los colegiados decidieron que lo que queda se jugará hoy a las 14:30 horas en el pabellón Pedro Delgado. El ayuntamiento de la capital facilitó en pocos minutos esta posibilidad, y los 33 minutos restantes se jugarán sobre el parqué.

El problema se hizo evidente y la solución parece lejana. Poco más queda por contar en un caso que genera una resignación dolorosa tanto en el club como en la localidad. La pelota sigue en el mismo tejado.

«No nos ha llamado nadie»

La rabia y la tristeza eran palpables en el presidente del Viveros Herol Nava, Quintín Maestro. Sufriendo las consecuencias del traslado y la posterior suspensión, aseguró que «desde el viernes no hemos parado buscando soluciones que no había. He echado de menos como presidente que algún político se dirigiera a nosotros aunque fuera para dar ánimos, no nos ha llamado nadie».

En este sentido el presidente del club confesaba que «estamos muy disgustados, porque cuando hay elecciones todos nos llaman». También quiso puntualizar sobre el problema de la condensación, añadiendo que «lo lamentable es que no esté acabado el nuevo, porque que el viejo tenga estos problemas entra dentro de la lógica. Solo nos queda dar las gracias al Ayuntamiento de Carbonero el Mayor, estamos muy agradecidos».

Maestro echa la vista atrás para recordar que esta situación «ya nos ocurrió estando en Primera Estatal, que tuvimos que jugar en Bernardos. El nuestro es el peor pabellón de la Liga. Es un frontón muy digno, ha sido lo mejor de Segovia, pero ya no vale».

El momento más duro llegaba cuando el presidente del Viveros Herol Balonmano Nava admitía haber barajado la dimisión: «Se me hace grande, porque hay un problema y si no encuentro la solución no pinto nada aquí».

El Bidasoa Irún domina al Viveros Herol Nava durante los 26 minutos de partido

En lo meramente deportivo, el Viveros Herol Nava volvía a competir como local en la recien inaugurada segunda vuelta. Con Carlos Domínguez en el centro de la zaga, las ocasiones llegaron gracias a un Carlos Villagrán que de nuevo volvía a enchufarse, con el faro guía que siempre es Alberto Camino sobre el terreno de juego.

Pronto hizo notar la superioridad el Bidasoa Irún, que en pocos pases lograba la penetración exitosa en la defensa del Viveros Herol, con opciones de disparo que siempre iban dentro en los primeros compases del partido.

No faltaron las alternativas en la escuadra irundarra. Ya podía intentarlo desde el extremo derecho con un finísimo Kauldi, que o ejecutaba directamente o facturaba el pase;con Muiña desde el lateral yéndose hacia el centro o mediante los disparos certeros de Martínez, que engatilló en tres ocasiones fusilando a un Alberto Miranda que no empezó acertado en exceso.

Pese a las diferencias, el Nava no perdía la cara al partido, evitando rentas que le condenasen en compases posteriores.

El susto llegaba cuando en una internada de Muiña, éste golpeaba sin aparente intencionalidad al extremo Bruno Vírseda, mandándole a la lona y provocándole una rotura en el labio que le retiró para lo que restaba de encuentro.

Conforme la condensación se hacía más evidente, Miranda tuvo más problemas bajo palos aunque encontró momentos para detener disparos acertados de los irundarras.

Álvaro Senovilla deció hacer dos cambios en el planteamiento que se producirían casi a la par. En primer lugar dio entrada a Julian Rasero para formar pareja de centrales junto a Carlos Domínguez, deteniendo en parte la sangría;y cambió a Alberto Miranda por David de Diego en portería.

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