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Los jugadores del Atlético Valladolid celebran el pase a octavos.
Coraje y madurez para pasar a octavos
balonmano: copa del rey

Coraje y madurez para pasar a octavos

El Atlético impone su defensa y su ritmo tras el descanso y elimina al BM Aragón de la Copa

Miguel Ángel Pindado

Miércoles, 22 de octubre 2014, 22:30

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El Atlético Valladolid ya está en octavos de final de la Copa del Rey. En un partido intenso e igualado los hombres de Nacho González demostraron tener calidad, madurez y coraje para plantar cara a un equipo de Asobal como es el BM Aragón y derrotarle con total merecimiento. Y eso que había que luchar con auténticos gigantes como Asier Antonio (204 cm) y Alberto Val (208 cm), la experiencia de Sorli como central, el desparpajo de los internacionales junior Del Valle y Ariño o la veteranía de Demetrio Lozano, que apostó por dejar el banquillo en los últimos diez minutos de partido para intentar evitar la derrota.

Pero este Atlético Valladolid está en plena dinámica ganadora y lo que es más importante, puede mantener prácticamente el mismo ritmo durante todo el partido. Esa quizás fue una de las claves del encuentro, al margen de errores puntuales. Repetir los mismos minutos de bajón que el pasado sábado ante el Zarautz hubiera sido todo un suicidio ante el BM Aragón, pero el equipo de Nacho González supo contrarrestar con acciones defensivas los momentos de ineficacia atacante. Además obligaba a los hombres grandes del BMAragón a un repliegue rápido que les pasó factura en la parte final del encuentro, cuando se decidió la eliminatoria.

Y por si fuera poco, el Atlético cuenta con dos hombres que hoy por hoy parecen imprescindibles sobre la cancha. Roberto, en la primera parte, y Fernando, tras el descanso, son el alma ofensiva del equipo. Entre ambos anotaron la friolera de 17 de los 29 goles de su equipo. Cuando uno no está, el otro aparece y viceversa. Y si añadimos la aportación del veterano Rey en la portería en los momentos clave, así como la excelente defensa de Turrado, Ávila y Egea en defensa ante los gigantes maños, y el trabajo del resto de la plantilla, se entiende que el Atlético Valladolid se convierta en un equipo temible capaz de plantar cara a todo un equipo de Asobal y eliminarle de la Copa. Únicamente en el debe del equipo cabe señalar algunos errores puntuales, de pérdidas de balón inocentes que pueden costar muy caras ante rivales de entidad, o algunas lecturas de las jugadas sin tener en cuenta la superioridad numérica.

Tornas cambiadas

Al BM Aragón le interesaba un partido lento. Conscientes de que el balance no iba a ser su fuerte, los maños elaboraban las jugadas con parsimonia en busca de un lanzamiento claro para evitar que el Atlético pudiese correr el contragolpe. Así, parecía que el equipo de Asobal era el Atlético, moviendo el balón con rapidez, buscando dar velocidad a sus acciones y desplazar a las torres mañas del centro de la defensa.

Ante este planteamiento era fundamental no cometer errores. Un lanzamiento al poste y una pérdida de balón le dio al BMAragón una ventaja de dos tantos que mantuvo 22 minutos. Los maños tenían en el pivote Val (208 cm.) a su baluarte ofensivo, tanto por sus goles desde el techo del pabellón como por sus bloqueos y la necesidad de la defensa local de frenarle. La primera superioridad de los locales permitió al Atlético empatar el partido. Estaba claro que los detalles iban a marcar el encuentro. La remontada local no se quedó ahí, ya que aprovechó el despiste aragonés para tomar ventaja, pero nuevamente los errores en el lanzamiento desde el extremo devolvieron la igualdad antes del descanso, con un marcador ciertamente abultado (16-16).

En la reanudación, el Atlético desaprovechó la primera superioridad mientras los maños lograban un 0-2 en la única oportunidad que disfrutaron y que volvió a colocarles por delante. Roberto, un puñal en la primera mitad, estaba ahora más vigilado, pero apareció Fernando desde el lateral e infalible desde los siete metros para mantener la igualdad en el marcador.

La descalificación de Del Valle por tres exclusiones (min. 46) supuso el principio del fin para los maños y el dominio del Atlético en el marcador. Con 22-22 (min. 48), el veterano Lozano dejó el banquillo com última bala del BM Aragón. Pero el Atlético estaba lanzado y sobre todo mucho más entero que su rival. Con un defensor distinto, Roberto volvió a quedar más liberado y aprovechó con acierto sus penetraciones. Las ganas de victoria, la confianza plena en sus posibilidad, la madurez demostrada en los momentos difíciles, el alto ritmo y el apoyo de una grada cada vez más entregada e ilusionada con el equipo hicieron el resto para que el joven Lacasa pusiera el punto y seguido a la Copa del Rey para el Atlético.

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