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Sábado, 20 de septiembre 2014, 23:50
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El Viveros Herol va muy en serio y este sábado demostró en la cancha del Amenabar Zarautz que su autoritaria victoria de la primera jornada de Liga no fue flor de un día. Consiguió su segundo triunfo en dos comparecencias después de sobrevivir a un partido muy duro, propio del escenario que visitaba. Los de Álvaro Senovilla se medían a un rival que ya no es novato en la División de Honor Plata y que, además, quería resarcirse de su derrota en el estreno en Liga ante el Meridiano Antequera. Sin embargo, como hace una semana ante el Handbol Bordils, respondieron con una actuación muy completa en la que apenas exhibieron fisuras.
El equipo navero volvió a firmar un gran comienzo y consiguió mandar durante los primeros quince minutos con parciales a su favor de 1-3, 4-5 y 6-7. El caliente ambiente que se encontró en el Pabellón Municipal de Zarautz, que como el feudo navero es una olla a presión, no le intimidó y se mantuvo siempre agarrado al partido. No se alteró siquiera cuando el conjunto guipuzcoano se adelantó por primera vez en el marcador. Siguió a lo suyo, perfectamente conducido por otra magnífica actuación coral.
Los pivotes, Nico López y Darío Ajo, brillaron esta vez más en defensa que ofensivamente, y Alberto Camino, que fue reservado por su entrenador en la primera jornada, se sumó al trabajo junto al resto de sus compañeros. Solo en el último tramo de la primera mitad desconectó un poco el Viveros Herol Nava, pero minimizó daños y logró marcharse al descanso con una desventaja de apenas un gol (13-12).
Lo mejor de su repertorio lo dejó de nuevo para la segunda parte, en la que exhibió su prodigioso estado de forma. La descalificación de Ismael Villagrán, después de aportar cinco goles más a su equipo y recibir su tercera exclusión a falta de quince minutos para el final del partido, amenazó con echar por tierra todo el trabajo realizado hasta ese momento, pero Álvaro Senovilla corrigió la disposición de su equipo enviando al lateral izquierdo a Carlos Villagrán, quien por cierto terminó el partido con cuatro goles, y encomendando la dirección a Alberto Camino ante la ausencia de Simón.
El vuelco definitivo se produjo precisamente a partir de ese momento. Los naveros pusieron a la prueba los nervios del Amenabar Zarautz y estos saltaron por los aires. El equipo guipuzcoano no resistió verse por debajo en el marcador y se atascó a la hora de dar con la fórmula para revertir la situación.
Uno de los principales culpables del giro de guion que dio el encuentro en la segunda mitad fue el guardameta Yeray Lamariano, que se marcó otra sensacional actuación. Su entrenador le contabilizaba al final del partido más de una veintena de paradas, entre ellas varios lanzamientos de siete metros. El murco que construyó en su portería fue impenetrable para un Amenabar Zarautz que se quedó con las ganas de brindar un triunfo a su afición en su primer partido de la temporada en casa. De momento, el que maneja el cotarro es un sorprendente Viveros Herol Nava.
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