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Dani Rodríguez, ante Monaghan.
El Quesos Cerrato limpia su mancha inicial e iguala la eliminatoria del 'play off'

El Quesos Cerrato limpia su mancha inicial e iguala la eliminatoria del 'play off'

El equipo de Sergio García arrancó frío el segundo partido ante el Leyma Coruña pero fue de menos a más liderado por el trabajo de sus bases

marco alonso

Lunes, 8 de mayo 2017, 00:00

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Las grandes citas son así. Uno se prepara a conciencia: se baña en perfume, tarda tres cuartos de hora en peinarse e incluso plancha la camisa de una forma tan meticulosa que ni un miembro de CSI podría encontrar una pequeña arruga. Pero después de todo ese trabajo, aparece el bueno de Murphy ese que tiene su propia ley y te dice que si algo puede salir, saldrá mal, y acto seguido te tiras un café entero sobre la camisa.

Pues algo parecido es lo que le sucedió al Quesos Cerrato en el primer partido del play off, que después de trabajar durante todo el año para estar en la importante cita del play off, terminó con la camisa manchada a la primera de cambio. Pero ese lamparón del viernes no arruinó la cita más importante del año, y los palentinos ya vuelven a estar como un pincel después de ganar ayer el segundo compromiso de la eliminatoria en un partido en el que los de Sergio García tuvieron que frotar, y mucho.

El partido no empezó bien. Daba pena ver el pabellón. Centenares de butacas permanecían vacías en el Adolfo Nicolás durante el partido más importante de la temporada y, mientras tanto, el Marta Domínguez se afanaba en aumentar su aforo para entrar en una liga en la que son más importantes los billetes que las butacas. La Peña Basket Morao se encargó de meter ruido para que los jugadores se sintieran arropados, al menos en lo que al sentido del oído se refiere, pero los cánticos no sirvieron para que el Quesos Cerrato saliera enchufado. Los morados parecían no creerse que jugaban en casa y los titubeos iniciales sirvieron para que los gallegos se mostrasen superiores al principio.

Los palentinos solo metieron la mitad de los tiros de dos que intentaron en el primer cuarto, mientras que ninguna de sus probaturas desde la línea de triple acabó dentro del aro. Había que afinar la puntería y olvidarse de la presión de un choque que arrancó con un resultado de 16-21 en el primer cuarto.

Las caras de la grada eran de preocupación, pero el segundo cuarto arrancó algo mejor. Parecía que el Quesos Cerrato comenzaba a seleccionar mejor sus lanzamientos y la igualdad comenzó a rondar por el electrónico hasta que, a falta de 3 minutos para el final de la primera parte, una decisión arbitral sacó de la dinámica positiva al equipo. Una falta de Zyle no pitada por los árbitros fue protestada de una forma airada por Dani Rodríguez, al que pitaron una técnica que frenó la progresión morada para que se llegara al descanso con un resultado de 40-45.

La mancha del primer partido parecía imposible de limpiar. El equipo de Sergio García se mostraba incapaz de imponerse en el interior y no era descabellado pensar que un segundo lamparón podría caer sobre la camisa morada, pero Urko Otegui no estaba dispuesto a que una nueva cita con la ACB acabase en llanto y se remangó para frotar como el que más. La dupla Otegui-Samb empezó a actuar en la zona y el concurso posterior de Lamont no desentonó. Josep Pérez se sumó a la fiesta con un triple al final de la posesión y el partido cambió totalmente de cara. Faltaban cinco minutos para el final del tercer cuarto y Urko continuó con su recital con un tiro de dos que puso diez puntos de diferencia entre morados y naranjas (62-52).

Lo que dijo Sergio García a su equipo al descanso es una incógnita, pero sirvió para revolucionar a los jugadores, que pasaron de la desesperación a la esperanza en un tercer cuarto que acabó 67-61. Faltaban diez minutos de tensión para eliminar la mancha del viernes y el suavizante reinante en los dos primeros cuartos dejó de actuar para dar paso a una fase de centrifugado en la que Sergio García llenó la lavadora morada con un detergente más potente que el Cillit Bang .

Quedaban solo 6 minutos y un triple de Zyle complicó las cosas. El electrónico reflejaba un resultado de 74-70 y los fantasmas de los últimos cuartos perdidos comenzaron a sobrevolar el parqué del Adolfo Nicolás. Pero si hay un cazafantasmas en Palencia, es el que lleva el 9 en la espalda del Quesos Cerrato. Dani Rodríguez sacó a relucir su pistola de protones para atrapar esos fantasmas y, de paso, multiplicar las revoluciones de la centrifugación del programa de lavado del Quesos Cerrato, que, tras mucho frotar, logró sacar de su camisa el lamparón de la primera cita.

Ahora, con esa mancha inicial borrada, falta por saber si las siguientes citas de los palentinos con el play off acaban bien o mal. Ya se sabe que no es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia, y el Quesos Cerrato jugará el viernes en Coruña con la idea clara de que el frotar, se va a acabar.

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