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La plantilla del Quesos Cerrato, con el cuerpo técnico y la directiva celebran el título cenando, este sábado, en el asador La Casa de Piedra, de Monzón de Campos.
Un premio de todos y para todos

Un premio de todos y para todos

El Palencia Baloncesto atribuye la Copa Príncipe al trabajo del equipo y del club con el apoyo de la afición

Esther Bengoechea

Domingo, 1 de febrero 2015, 14:21

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«Juego siempre lo mejor que puedo y en la Copa me ha salido bien», explica Justo

  • El escolta Guillermo Justo quita hierro al asunto, pero lo cierto es que hizo ante el Breogán Lugo su mejor partido de la temporada. «Intento jugar siempre lo mejor que puedo y la verdad es que me salió bien», señaló este sábado Justo. Y a nadie que viera el partido, tanto en el Pabellón como desde su casa, se le escapa que los cuatro triples que anotó el canario en la final de la Copa Príncipe impulsaron a los palentinos hacia la victoria en los momentos clave.

  • «El club hace las cosas muy bien desde dentro y este trabajo se está viendo reflejado con los años», afirma el canario, quien añade sin tapujos «Palencia es una ciudad de baloncesto». Y esto lo dice por el apoyo que cada viernes se vive en el Marta Domínguez y porque el viernes, en la final de Copa, el público se agolpaba por las escaleras o en la barandilla que rodea la cancha desde arriba. «La verdad es que este título nacional es una alegría para el equipo, para su afición y para toda la ciudad», reconoce. «Yo creo que es un premio a la primera vuelta y a habernos levantado ante tantas adversidades de lesiones», agrega.

  • Guillermo no estuvo solo en el partido. Su novia y dos amigos de Canarias vinieron a animarle. «Mi familia no pudo venir por motivos de trabajo, pero mis amigos están aquí, muertos de frío», explica entre risas. «Es el primer título nacional que consigo y sobre todo me acordé al levantar la Copa Príncipe, tanto de mi familia como de mi novia o mis amigos», añade.

«Es un premio para los aficionados y para nosotros, que trabajamos duro todos los días», afirma Fornas. «Estamos poniendo a Palencia en el centro del baloncesto», continúa. Por su parte, el presidente del club, Gonzalo Ibáñez, se acordaba del público palentino nada más proclamarse campeones. «Me hace mucha ilusión ver así el Pabellón y que la gente haya disfrutado», señalaba. La Copa Príncipe descansa en las vitrinas del club pero es de todos, jugadores, cuerpo técnico, directiva y afición. Ese es el secreto del Palencia, que es un éxito compartido.

La celebración inicial, esa que comenzó levantando la Copa Príncipe mientras dos cañones de aire disparaban confetis brillantes sobre la cabeza de los ganadores, continuó en el vestuario del Marta Domínguez y luego de fiesta por la noche palentina. Fue todo improvisado ya que no había nada preparado. «No hay que vender la piel del oso antes de cazarlo», suele ser una máxima del preparador Nacho Lezcano, por lo que no hay que organizar la celebración de un trofeo que no se ha conseguido aún.

«Básicamente lo celebramos toda la noche. Era lo único que se podía hacer el viernes porque era algo improvisado y no se podía hacer mas», argumenta Fornas. «Fue un poco improvisado porque tampoco podíamos haber planeado nada. El partido terminó muy tarde y luego hicimos un poco el tonto en el vestuario. Salimos tarde, cada uno por su cuenta, y luego nos juntamos todos», rememora Romà Bas, quien añade «habrá que seguir celebrándolo las veces que sea». Y así fue, ya que el club organizó para la noche de ayer una cena en el asador La Casa de Piedra de Monzón de Campos, con toda la plantilla, el cuerpo técnico y la directiva del club colegial. Un buen momento para hacer un alto en el frente, darse la vuelta para ver todo lo que se ha conseguido y brindar por ello. Pero todo esto sin excesivas pausas, ya que mañana, el mismo día de las Candelas, por la tarde, retoman los entrenamientos con la vista puesta en el encuentro de Liga del próximo viernes ante el Prat Joventut.

Los jugadores palentinos tienen la cabeza fría a pesar del éxito de las últimas horas y siguen con el «pasito a pasito» para llegar lejos. «Ahora disfrutar de la Copa Príncipe, pero a seguir trabajando para que continúen ocurriendo este tipos de cosas», comenta Fornas. «No hay que dejarse arrastrar por esta alegría ya que volvemos a la competición liguera y venimos de perder dos encuentros seguidos, y sobre todo hay que ganar el siguiente. Ese es el único objetivo ahora», añade el ala-pívot. «La Liga ya nos pondrá en nuestro sitio y ya podremos hablar de objetivos cuando los tengamos un poco más cerca», agrega el jugador.

«La Copa es muy bonita, es un título pero ahora hay que volver a ser mucho más regulares en Liga», asevera Romà Bas, quien tuvo que ver el partido desde el banquillo, lesionado de la rodilla desde la pretemporada. «Hay que mirar a corto plazo y buscar la regularidad y estabilidad en Liga. Está todo muy igualado y no debemos tener demasiados tropiezos para no descolgarnos de la parte alta de la tabla», agrega.

Desde el otro lado

Tres jugadores de la plantilla palentina no saltaron al parqué del Marta Domínguez para ayudar al club colegial a lograr la primera Copa Príncipe. Seydou Aboubacar animó y dio aliento a los suyos desde el banquillo, al igual que Jon Cortaberría y Romà Bas, que no jugaron por lesión. Durante los días previos a la final, se habló mucho de la recuperación de Cortaberría y de si estaría disponible el viernes para Lezcano. El alero vasco no pudo vestirse de corto ante el conjunto lucense, al no haberse recuperado de una rotura de fibras en el gemelo. Bas, lesionado de larga duración, también fue uno más desde la barrera. «La final se vive diferente desde un lado o el otro. Sí que sentí algo de impotencia al no poder jugar. Cuando estás en el banquillo ves más cosas pero no puedes salir a cambiarlas, entonces te da un poco de rabia», reconoce el escolta alicantino. «Tal como estaba el Pabellón y jugando un partido tan importante, sí que me dio un poco de coraje y pena no jugar», agrega.

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