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Liliana Martínez Colodrón
Miércoles, 22 de octubre 2014, 16:02
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Ertan y Yehezkel son dos inconformistas. Ambos luchan con todas sus fuerzas por cambiar sus destinos y el de los que les rodean. Son capaces de todo por los que aman, hasta de cruzar sin mirar atrás la fina línea que separa lo legal de lo ilegal, lo ético de lo que aparentemente no lo es. Expresidiario, asesino, amante padre, el mejor amigo, el colega más violento, un marido amoroso, un esposo egoísta... son muchas las caras de Ertan y Yehezkel, y todas ellas se dejan entrever en 'Grietas en el hormigón' ('Risse im Beton') y 'La fiesta de despedida' ('Mita Tova').
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Ambos largometrajes, austriaco el primero y alemano-israelí el segundo, han compartido el favor del público del Teatro Calderón, aunque tal vez la segunda película haya recibido aplausos más intensos y con mayor carga de emotividad..
Eso sí, 'Grietas en el hormigón' relata la historia de un grupo de jóvenes que empiezan su vida adulta envueltos en problemas de drogas y pandillas (hasta para Ertan, que ha pasado 10 años en la cárcel, es un principio, un renacer ajeno a su mala historia pasada), mientras que el argumento de 'La fiesta de despedida' se apoya en el ocaso de un grupo de hombres y mujeres a quienes la vida les obliga a enfrentarse a la muerte de sus seres queridos.
Y mientras Ertan lucha por no repetir los errores del pasado a la vez que ve reflejada su mala vida en la de su hijo Mikhail, envuelto en problemas de drogas y deudas; Yehezkel se niega a ser un testigo mudo del sufrimiento de aquellos a los que ama y decide inventar una 'máquina de la eutanasia' con la ayuda de un veterinario y de un policía ya jubilados.
Bajos fondos de Viena
Umut Dag dirige su segundo largometraje con 'Grietas en el hormigón', ambientado en los bajos fondos de Viena y con un elenco en el que han participado un grupo de actores no profesionales con el fin de reflejar de manera realista un inframundo criminal difícil de vislumbrar para la sociedad en general.
Por su parte, Sharon Maymon y Tal Granit regresan a la Seminci con su humor negro mezclado con el drama contenido de 'La fiesta de despedida' para trasladar a la gran pantalla de forma elegante e inteligente un tema tan controvertido como es la eutanasia.
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