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Sharon Maymon y Tal Granit, tras él, de pie.
«La comedia permite llegar al gran público con un tema social»

«La comedia permite llegar al gran público con un tema social»

Sharon Maymon y Tal Granit

PPLL

Jueves, 23 de octubre 2014, 09:17

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Un matrimonio sin sexo, un brainstorming constante, una terapia continuada de pareja», así definenSharon y Tal su relación. Llevan once años trabajando juntos, haciendo los dos de todo, no son capaces de dividir las tareas. Los actores les consultan a los dos, «y a veces les damos respuestas distintas, con el tiempo no sabemos qué idea es de cada uno». Vienen a Valladolid con su largometraje La fiesta de la despedida (Mita Tova) aunque ya tienen una Espiga de Oro en su haber, por el cortometraje Matar a un abejorro.

La comedia negra es el género en que suelen moverse porque les permite «ganar al gran público con la risa, pasándolo bien, y sembrar la inquietud del tema social que tratemos para que les haga pensar después», explica Sharon. La vejez, la enfermedad y la eutanasia son las coordenadas de La fiesta de la despedida, que sin embargo es un canto a la amistad. «La película gira en torno a qué estás dispuesto a hacer por un amigo, hasta dónde quieres llegar. Nuestros protagonistas se arriesgan para atender la solicitud de su amigo. No son profesionales, pero quieren ayudar a quien tienen cerca», aclara Tal.

El guion nace de la muerte de la abuela de un ex novio de Sharon. «Estábamos allí el día que murió. Ella esperaba una plácida despedida, después de padecer un cáncer, pero los médicos se empeñaban en hacer todo lo posible porque siguiera viva. De esa lucha sin sentido nació esta historia».

De la amistad, de convertir a los mayores «en el centro del escenario» y de si las personas tienen el derecho a decidir cómo y cuándo poner fin a su existencia, habla esta película premiada por el público de Venecia y, a juzgar por los aplausos, por el de Valladolid.

El coraje de los mayores

«La eutanasia se está debatiendo en el Knesset. Se está hablando de una ley parecida a la de Oregón, en caso de enfermos terminales un doctor puede prescribir y administrar un cocktail de fármacos. Pero Israel es un estado religioso y no creo que salga adelante la propuesta. Los israelíes que tienen dinero pagan a Dignitas y van a Suiza donde la eutanasia es legal». Luego puntualiza, «mi país es un estado religioso pero la gente no lo es».

Siempre han abordado temas sociales, pero no quieren identificar su «comedia negra» con la polémica política. «Planteamos la iniciativa individual frente a algo que les toca muy de cerca a este grupo de gente».

Encabeza el reparto Zeev Revach, uno de los rostros más conocidos del cine israelí. «Trabajamos con él hace tiempo, se avino a hacer un papel secundario y le prometimos uno principal en cuanto tuviéramos un guion. Esta ha sido la ocasión. El resto son actores casi todos del mundo de la comedia. Eso daba mucha energía, otro tempo al rodaje. Porque incluso en las escenas dramáticas, todo era divertido. Quizá ese es el efecto que se traslada al público. Muchas veces nos preguntan cómo podemos hacer reír y llorar a la vez».

Y eso con un material tan rico como desconocido a veces, la vejez. «Estuvimos en residencias, vimos muchas situaciones distintas. Nos encontramos con gente mayor que demostraba un coraje que no conocemos en la gente joven».

De ahí su idea de ponerlos en el centro. «Últimamente también Hollywood ha hecho películas con protagonistas mayores, pienso en Hotel Marigold», dice Sharon. «La vejez y la enfermedad es parte de la vida, eso queremos reflejarlo», apunta Tal.

Jerusalén es la ciudad elegida para este rodaje, aunque ellos viven en Tel Aviv. «La ciudad se ve, pero no es la parte histórica más conocida. Se ve algo de la arquitectura civil actual y sobre todo, la luz».

Próximo guion

Están aprovechando su estancia en Valladolid para comenzar a esbozar el próximo guion que les unirá. «Será otra comedia negra, en la que volveremos al instituto y tendrá un tema social por medio».

El documental todavía no ha aparecido en su filmografía pero Tal lo está dando una vuelta. «Me gustaría hacer uno sobre los nacimientos en Israel. La mayor parte son en hospitales y no están salvaguardados todos los derechos humanos. Hay muchas irregularidades. Solo un 7% de los nacimientos se producen en el ámbito doméstico».

La fiesta de la despedida lleva llenando dos semanas los cines de Israel. «La respuesta ha sido muy buena, estamos muy contentos». Ahora solo esperan poder cosechar otra Espiga. «No nos gustaría nada», bromean.

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