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Gus van den Berghe.
«Hoy es más fácil declararte gay que creyente»

«Hoy es más fácil declararte gay que creyente»

Gus van den Berghe cierra con ‘Lucifer’ su trilogía bíblica

Victoria M. Niño

Lunes, 20 de octubre 2014, 20:32

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El diabólico efecto de su Lucifer en el público hubo quien huyó se tornó en seducción durante su encuentro con la prensa. Un director que ha rodado antes de cumplir los 30 una trilogía bíblico-alegórica no casa con la imagen del ex bailarín Gus van den Berghe. La tradición musical, plástica, literaria que mana de la Biblia le interesa porque «hace grande al hombre», pero aclara, «no quiero convertir a nadie con mis películas».

La naturalidad es un valor que aparece varias veces en el discurso del joven belga (1985, Borgerhout), aunque sea tan difícil en un arte con tanto artificio de por medio como es el cine. El dejarse llevar por las circunstancias ha determinado, a decir de Van den Berghe, que Lucifer fuera rodada en México, con actores mexicanos, al igual que antes el Pájaro azul, en Togo, o la primera El niño Jesús de Flandes (esta fue presentada en Punto de Encuentro en 2010), por actores con síndrome de Down.

A expensas de un volcán

El director estaba en México promocionando su anterior película y allí descubrió el pueblo donde rodaría la siguiente, en la región de Michoacán. «Me llamó la atención por el volcán y la gente. No ha estado en erupción desde los años cuarenta, pero los habitantes ni consideran irse de allí, son muy tozudos. En general México es un país poco afectado por el tiempo actual y ese pueblo, aún menos. La gente viste de forma tradicional, tiene un poste a la puerta de cada casa con un altavoz. Todo el rato funciona la megafonía por la que se anuncia una boda, un cumpleaños, si alguien ha hecho bollos o pan, etc. Es algo violento y a la vez pacífico. Es un conflicto fascinante para mí, aunque a veces me hizo lamentar elegir México porque el silencio es muy caro cuando ruedas. Un lugar que parece que va a a desgajarse en cualquier momento».

Y a partir del escenario «busqué a los actores, es algo que va unido, la gente pertenece a un territorio y este a ellos». A partir de Gabino Rodríguez, un intérprete que ha trabajado con él, hizo el cásting. «No me gusta que los actores sepan demasiado , prefiero que estén perdidos y confíen en mí, de forma natural, no escamoteando nada. Gabino sabía mucho, le había contado que Lucifer era yo y las claves para que me viera a mí. Él tenía la información para manipular a los demás».

Su protagonista ha estado con él en las tres películas de su trilogía, que él considera que versa fundamentalmente sobre «la pérdida de la inocencia. No es tanto sobre el bien y el mal, eso nos lo dicen cada día, es más la constatación de que cuando proyectas una luz siempre hay una sombra. No quiero hacer una película moralista».

No moral pero sí con la referencia de la Biblia. «Es una de las más hermosas historias, me gusta tomar de ella imágenes y relatos y darles una nueva luz. No hago películas para convertir a nadie, pero la Biblia está en la raíz de nuestra cultura y de nuestra civilización».

Van den Berghe se refiere a la cantidad de arte que deviene del libro sagrado. «Soy de una generación para la que esto no es importante, no tiene mucho que ver con ello. Hoy es más fácil declararte homosexual que creyente». En cambio a este hijo de escritora de cuentos bebe en la Biblia «porque es un libro sagrado que en esencia se ocupa del ser humano y ha animado a los hombres hacer obras de arte maravillosas».

Por primera vez ha rodado de forma cronológica «aunque me gusta que los actores se pierdan, en este caso tenían que llegar a un sitio» y el trabajo se prolongó durante dos meses «que me parecieron dos años».

Desde el inicio buscó una manera distinta de presentar una historia conocida «por eso opté por el círculo negro. Cuando cuentas algo en el cine no solo eres narrador, sino también traductor, yo me siento así, soy quien traslada una idea a un lenguaje visual. El paraíso es algo de lo que todos tenemos imágenes en nuestra cabeza. Así que para borrar referencias y prescindir del lenguaje visual heredado me propuse explicárselo a alguien del siglo XVI, una idea nueva del paraíso sin caer en los estereotipos».

Homenaje a Rossellini

Aunque declara no ver muchas películas y no tener un maestro vivo al que imitar, sí declara su admiración a Rossellini en los títulos de crédito. «De él me gusta todo. Vi LAmore cuando estaba escribiendo el guion y Fellini, vestido de pastor, seducía a una joven, justo lo que estaba escribiendo yo. Por eso la mención a él». Sobre su cine pesa «desde Mary Poppins, Jacques Tati hasta el propio Rosellini. Todos ellos, los que me gustan y los que no, crean un espectro de colores y yo como artista debo sumar a esa paleta».

Ya tiene un guion para la próxima película «pero debo pasar por la industria cinematográfica a ver si es válido. Lucifer logró financiación, «hemos intentado que parezca una película cara, poniendo a mucha gente delante de la cámara», bromea. «Ya saben, esa es la manera de saber el presupuesto de una película; si hay más gente detrás que delante de la cámara, es muy barato». Mañana se estrena en Bélgica: «Espero que me dejen salir de la sala», dice.

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