Chenoa, la estrella

Chenoa aparece en un deslumbrante vestido rojo. Dos horas seguidas de actuación, sin descanso alguno. Repertorio conocido, alguna obra propia, otras ajenas, canciones sobre el desamor, de comienzo sereno, de ritmo pleno y a veces de final sosegado. Voz suficiente, capaz de brillar sin necesidad de gritar. Magnífica la expresión corporal, el juego de los brazos, el de todo el cuerpo, en un pequeño espacio. Chenoa teatraliza sus temas y sabe convocar a los espectadores en los más conocidos. No cabe duda.

Bien acompañada es una 'star' del pop en presencia física, en voz, en dueña de la escena, con un repertorio, sino muy inspirado, muy suyo. Entusiasmo participativo y un ramo de flores final que le entrego Enrique Cornejo.