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Stéphanie D'Oustrac, en el Miguel Delibes.
Sherezade canta sus cuentos

Sherezade canta sus cuentos

Andrew Gourlay dirige hoy y mañana a la OSCyL en un programa dedicado a la música programática en el Miguel Delibes

Victoria M. Niño

Jueves, 20 de abril 2017, 13:54

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Música al servicio de la fábula, partituras nacidas a partir de los relatos que buscaban entretener a los más pequeños. Ese es el punto de partida del programa que dirige esta semana Andrew Gourlay, al frente de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Media docena de obras desde finales del XIX hasta hoy con el estreno de una de ellas, Taranis, del británico Charlie Piper, lo conforman.

Pone voz a la única obra que requiere cantante la mezzosoprano francesa Stéphanie DOustrac, quien interpretará al ciclo de canciones Shéhérazade, de Ravel. El compositor puso música a tres poemas de Tristan Klingsor titulados Asia, La flauta encantada y El indiferente. «Son tres melodías que reflejan mundos distintos. En la primera la protagonista muestra su deseo de conocer, de viajar, sueña con la India, con China o Persia. En la segunda, ella es una mujer que trabaja en una casa y mantiene un juego de amor con la flauta. Yen la tercera, se cuenta cómo se embelesa con un joven que pasa por la calle, le sigue con adoración, le invita pero él la rechaza», explica la mezzosoprano, conocida en el mundo del barroco por sus colaboraciones con William Christie, Alan Curtis o Minkowski, entre otros. «Este ciclo es muy sensitivo, muy sensual. Mi reto es encontrar los colores de la orquesta y seguirlos con mi voz, crear la especial atmósfera de los cuentos. Ese exotismo que buscaban en el XIX no tiene sentido hoy, cuando conocemos esos sitios entonces ignotos, por eso la interpretación de esa música debe ser como un salto, como una inmersión en África o Asia, algo que me pasa en algunos mercados, por ejemplo en Londres, donde un olor me transporta a esos escenarios».

Medir las distancias

DOustrac debuta en Valladolid y en Madrid lo hará en septiembre, en el Teatro Real. «Bueno ahora que recuerdo, hace muchos años canté en el Teatro de la Zarzuela, delante del gran Plácido Domingo». A Madrid volverá con uno de los personajes a los que vuelve periódicamente, Carmen. Antes la cantará en Aix-en-Provence, a las órdenes de Pablo Heras-Casado. «El escenógrafo es Dmitri Tcherniakov. Cada producción debe ser como una página en blanco. No importa las veces que interprete un papel, me gusta tanto este trabajo que cada oportunidad la afronto como algo nuevo, en la que debo servir a la idea que tiene ese director». El único límite para Stéphanie es el respeto a la partitura. «A veces tenemos que cantar estas óperas, creadas para teatros pequeños donde se puede susurrar o cantar pianissimo como está indicado, en salas muy grandes. Eso nos obliga a traicionar la obra, porque de otra manera no llegaríamos a la última fila del patio de butacas. Las óperas de Mozart o esta de Bizet son obras que requieren tanta expresividad gestual como vocal, y hay parte de la interpretación que no se aprecia si el receptor está lejos».

Su Sherezade estará rodeada de otras obras surgidas de fábulas como la de Hansel y Gretel, el cuento de los hermanos Grimm al que puso música Engelbert Humperdinck y fue estrenado por Richard Strauss en 1893. Esta ópera infantil fue concebida a partir del libreto que Adelheid Wette escribió para sus hijos, sobrinos del compositor.

También fueron los niños de unos amigos de Maurice Ravel los que hicieron saltar la chispa creativa que devino en Mi madre la oca en 1908 para piano y en 1912 escribió la versión orquestal. A finales del XIX escribe Jean Sibelius En saga, un cuento sin letra que narra su juventud.

En 1982 se estrena E. T., la película de Steven Spielberg, y John Williams firma una de sus celebradas bandas sonoras. Gourlay considera que hay música fuera de las grandes salas de concierto que merece estar en ellas, este es un caso. Y finalmente el joven Charlie Piper (Gran Bretaña, 1982) estrenará Taranis, una evocación del folk celta protagonizada por el dios del trueno, la luz y el cielo.

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