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M. Goy
Cuando la música era un jeroglífico

Cuando la música era un jeroglífico

Katarina Livljanic presenta con su Dialogos Ensemble la polifonía europea más antigua en el XV Pórtico de Zamora

Victoria M. Niño

Miércoles, 29 de marzo 2017, 19:58

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Canta la música de los extremos, la más antigua y la más contemporánea. Katarina Livljanic vuelve al Pórtico de Zamora con un programa en torno al Tropario de Winchester, la colección de música a dos voces más antigua de la que se tiene constancia en Europa.

«Cuando hablamos de polifonía medieval todo el mundo suele quedarse en la de Notre Dame del sigloXIII. Hay polifonía anterior en Gran Bretaña que queremos sacar de la teoría y llevar a la práctica vocal», explica Katarina, refiriéndose a los manuscritos estudiados y transcritos por Susan Rankin, la autoridad mundial en este repertorio y profesora de Cambridge. El primer reto es el de la notación. «Es neumática, son señales nemotécnicas para que los cantantes recordasen la melodía, que se transmitía de generación en generación. Tenemos suficiente información para interpretarlas, pero la escritura musical es un jeroglífico en la que hay partes que puedes leer y otras que necesitas ayuda, aunque siempre hay un límite para la hipótesis. Hay mucho material para acercarnos a la interpretación original», cuenta esta especialista croata.

El citado Tropario de Winchester abarca una serie de cantos litúrgicos que se recogen y copian en torno al siglo XI. Tiene una gran cantidad dedicada a San Suituno (de ahí el título del programa Swithun!).Wulfstan, cantor de la catedral de Winchester en el siglo X, versifica la vida del santo en un largo poema (Narratio metrica de S. Swithuno) y de ahí selecciona la directora del Dialogos Ensemble los pasajes para cantar El milagro de las tres furias, los peligros que acechan al hombre que puede ser salvado por el culto a San Suituno. Livljanic se estableció en París y fundó Dialogos Ensemble, un grupo dedicado a la música vocal a veces femenina, a veces masculina. «En Zamora cantaremos en dúos y en cuarteto. Estamos muy contentas de poder cantar esto allí porque el marco, la iglesia de San Cipriano es coetánea a la composición de estas obras».

Profesora de la Sorbona y de Harvard, Livljanic estudia todas las notaciones medievales, «también las españolas, me interesa la visigótica». Sus raíces están muy presentes en su investigación que hace parada regular en la música medieval dálmata. Entre sus publicaciones al respecto destacan las que versan sobre la tradición glagolítica, la versión más arcaica del alfabeto eslavo, creada por un monje bizantino.

Livljanic gusta de cantar música contemporánea en recitales acompañada por el pianista croata Danijel Detoni. «Cuando indago en la música medieval busco repertorios que tengan conexión con la música contemporánea, que puedan acercarse al público de hoy. Ambas músicas comparten cierta improvisación».

Entre aviones y ensayos, la cantante escribe poesía. «Es mi pequeño jardín secreto, mi mundo en soledad», dice. Vendrá acompañada de Clara Coutouly, Marine Dautrey y Carolina Gesret. Su concierto culmina la jornada más densa del XV Pórtico.

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