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La saeta se viste con música

La saeta se viste con música

La Trini se atreve en 'Saeta' con un proyecto "valiente" en el que ha musicado la saeta con música sinfónica, africana, flamenca y electrónica

Javier Varela

Domingo, 29 de marzo 2015, 07:25

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La Semana Santa va, ineludiblemente, pegada a las procesiones, a la pasión, al dolor, a la fe, al sentimiento, al sonido... Y hablar de sonidos en esta época del año es darle el protagonismo a la saeta, "un cante tan pasional y que te sale tan de dentro, desde el alma, que se transmite al público". Son palabras de La Trini, una artista que se ha atrevido, en su último trabajo 'Saeta', a "vestir la saeta con música, porque siempre ha ido muy desnuda y sólo con la voz y un tambor o música de banda". "La saeta hermana con todo", asegura, aunque es consciente del riesgo de un proyecto que califica de "maravillosa locura", ya que ha musicado la saeta con música sinfónica, africana, flamenca y electrónica.

Cuando uno afronta un proyecto tan "valiente" como este debe ser consciente que la técnica vocal debe quedar en un segundo plano porque "la saeta es una cosa muy del corazón, muy racial, en la que uno a veces se olvida de lo que es la técnica", desvela La Trini. "Uno ha adquirido una técnica con los años y la utiliza para matizar las canciones, para no dañar tu instrumento pero cuando se trata de una saeta, todo esto se deja de la lado porque es tan pasional y te sale tan de dentro que se olvida. Esa verdad y ese alma se transmite al público". Un reto que sería casi imposible afrontar sin ser creyente. "La saeta, por las letras que tiene, te lo crees sí o sí", reconoce. "Son letras arrebatadoras. Si te atreves a cantar una saeta y lo haces en la calle es porque tienes fe en algo, en esa imagen y en lo que representa". La voz de La Trini, ortodoxa y por derecho, nos recuerda que este trabajo no es un experimento turístico sino una verdad artística surgida del conocimiento profundo del género.

El disco surgió "por necesidad artística y de expresión y para compartir con el público lo que hacemos y nuestra verdad", asegura La Trini que confiesa "desnudar el alma" en los once temas que componen su trabajo. Tanto ella como su productor, Antonio Pastora, pretenden que "la saeta sea para cualquier época del año, porque aunque está arraigada a la Semana Santa, la música, además de universal debe ser atemporal. No existen épocas para la música y pretendemos que 'Saeta' sea un disco eterno, con que hacer sentir al que lo escucha", añade. Un sentimiento de dolor que va unido al de la saeta y que no se pretende olvidar "porque a la mayoría de la gente le gustan las saetas de pasión". Eso sí, La Trini matiza que "se puede cantar una saeta sin dolor, pero sin perder ese quejido y esa profundidad que te hace identificarte con el dolor".

La corona de espinas

Quizá por ello sorprende que no tuvieran que interrumpir la grabación de ninguna de las saetas por la emoción. "Es un género que tengo interiorizado", reconoce La Trini, que cantó su primera saeta hace 14 años. "Cantar en las calles es muy emotivo por el ambiente que se crea y pasa lo mismo en el escenario. Cantar una saeta en vivo nos lleva a otro universo", dice. Pero la emoción no sólo es para el que la canta, sino también para el que la escucha: "Hay gente que se tiene que ir llorando del concierto", algo que les ha sorprendido por el riesgo que suponía el "mestizaje musical". "Estamos en el arte porque queremos emocionar y que la gente descubra nuestro sentir y mi verdad", desvela La Trini que recomienda "dejarse llevar, abrir el oído y el corazón", cuando se escucha 'Saeta'.

Y es que fusionar algo tan clásico y tradicional como la saeta con música sinfónica, africana, flamenca, electrónica es una apuesta arriesgada. "Tanto el productor como yo teníamos ganas de hacer un disco de este tipo. La saeta hermana con todo y hemos demostrado que es muy posible fusionarlas. Nos hemos juntado dos valientes del arte para hacer un disco muy atrevido, pero muy natural para nosotros, y muy del corazón", asegura la artista. Pero si rompedor es el disco, la contraportada no lo es menos. La Trini protagoniza la misma con una foto en blanco y negro y con corona de espinas en la cabeza. "Fue el capricho del productor, Antonio Pastora, y obra de Javier Herrero, nuestro diseñador gráfico", señala La Trini, que enseguida intenta quitarle polémica a la imagen. "Es una foto rompedora, pero hecha desde el respeto y con respeto como todo el disco".

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