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Annalisa Stroppe, en el café El Minuto de Valladolid.
«La pureza de la melodía de Bellini era envidiada hasta por Wagner»

«La pureza de la melodía de Bellini era envidiada hasta por Wagner»

La mezzosoprano Annalisa Stroppa encarna a Adalgisa en la producción de la ópera 'Norma' que desde el miércoles está en el Calderón

Victoria M. Niño

Jueves, 5 de marzo 2015, 21:13

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Estrenó su primera Adalgisa la pasada temporada en el Teatro Massimo de Palermo. Desde entonces Annalisa Stroppa es una sacerdotisa que se enamora del que será marido de su mejor amiga, Norma. La ópera de Bellini cuyas arias han sido más utilizadas en el cine y en la publicidad (Casta Diva), la trae ahora a Valladolid, tras pasar por el Liceo de Barcelona.

Stroppa debutó en un escenario con focos internacionales con un papel protagonista en el Festival de Salzburgo de 2010 a las órdenes de Muti.Desde entonces, es una belcantista declarada. «Cada cantante debe seguir su camino según la naturaleza de su instrumento. El repertorio es infinito, pero para mí lo que me va mejor ahora es el bel canto. Bellini es una alfombra roja en la que puedo lucir mi voz. Bellini y Mozart son la horma ideal de mis zapatos ahora». Como incondicional del compositor siciliano, en seguida enumera sus virtudes, «su fraseo muy ligado, la agilidad y pureza de sus melodías, que era envidiada por Wagner, y los agudos». Esos agudos de especial exigencia para ella, una mezzosoprano que interpreta a una Adalgisa escrita para soprano. «Bellini ofrece al intérprete la posibilidad de expresar su emoción a través de la pureza de su canto, ahí está su magia, con pocas notas de acompañamiento. En sus óperas el recitativo es fundamental, delinea cada palabra en un sonido. Como intérprete esto me permite colorear de forma diversa lo que está escrito».

Adalgisa es un personaje que «evoluciona desde un primer amor inocente por Pollione, que luego es apasionado y sensual, hacia el contraste con su condición de sacerdotisa. El amor prevalece a pesar de la prueba del matrimonio de Norma con Pollione y sus dos hijos. Adalgisa muestra muchas facetas emocionales». Annalisa no separa la música de la interpretación, «el movimiento y la expresión deben acompañar el canto, ayudarlo».

Stroppa, que creció con la ópera que escuchaban en casa sus abuelos, defiende la lírica como género propio de su país aunque ahora no vive su mejor momento. «Hay crisis económica, sí, sabemos que lo primero que recortan es en cultura, pero hay que recordar que no solo la comida es alimento. El arte también ayuda a superar la crisis de otra manera, haciéndonos crecer». Y quien fuera profesora antes que cantante considera que la prioridad está en acercar a los niños al teatro y la ópera, «que lo conozcan, no se aprecia lo que no se conoce y después que decidan si merece o no la pena».

Ella era niña cuando comenzaba a triunfar Cecilia Bartoli, por ejemplo. «Cuando pienso en gente como ella o como Pavarotti, iconos de Italia en el mundo, me viene a la cabeza la palabra divo. Ellos triunfaron en un momento distinto, cuando se grababan discos y DVD. Ahora ha cambiado el panorama y la manera de proceder. Estamos enganchados por Internet, las comunicaciones rápidas, los medios de locomoción también raudos. Todo está acelerado, no hay tiempo de descanso. Antes hacían una ópera, descansaban un mes, viajaban en barco... Ahora acabas una y coges el avión para ir a otro sitio a hacer otra, en medio contestas e-mails... Antes vivían a un ritmo más saludable». A pesar de todo, Annalisa se considera «una afortunada pues he logrado hacer de mi pasión mi trabajo».

Debut en la Scala

En cuanto al ritmo y las ofertas musicales, «es mi voz la que lo marca. El secreto es no forzarla, hacerla caso, respetar mi instrumento que solo tiene dos cuerdas. La voz crece y cambia con tu cuerpo, demanda paciencia, aceptar solo lo que le va bien en cada momento. Por eso no puedo cantar verismo ahora». Tras Valladolid, la mezzosoprano de Brescia se prepara para cantar la Lola de la Cavalleria rusticana en Salzburgo y después la Rosina del Barbero en Verona. Luego debutará en la Scala, el gran templo italiano con el Otelo de Rossini.

Stroppa estará acompañada por Massimo Giordano, Simón Orfila, Daniella Köhlerm, Francisco Vas y Ana Puche en el escenario del Calderón. El Coro de los Amigos del Calderón y 62 profesores de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León completan el cuadro musical.

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