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Público en los puestos de la Plaza de España de Valladolid, el día 23 de abril, día del libro.
Un día de fiesta para comprar libros

Un día de fiesta para comprar libros

Gloria Fuertes se impuso a José Zorrilla en el año de sus centenarios en las casetas de Valladolid

samuel regueira

Lunes, 24 de abril 2017, 17:14

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Libros. Los hay de caballerías, que reblandecen la cabeza, y de cabecera, que se ponen junto a la cama, a la altura del cabello. Los hay de ficción y no ficción, infantiles y adultos; de familia, para cualquier día de la semana y de misa, muy propios para el domingo. Un día como el de ayer, donde los libreros no libraron, y salieron a la Plaza España en su celebración del tradicional Día del Libro, donde libres de sus cuatro paredes se acercan a los ciudadanos, que toquetean, curiosean y van por libre de una mesa a a otra, preguntando por novedades, clásicos y rarezas difíciles de encontrar a un diez por ciento de descuento.

Las 31 librerías presentes han cumplido así con su papel en el Día del Libro, a lo largo de una velada amenizada por los conciertos de Paco Díez que se extendió hasta las 21.00 horas, si bien su implicación parece ser mayor que la del público. «Hemos tenido menos jaleo que otros años», dijeron unos. «A pesar del tiempo, las dos festividades han hecho que más gente esté fuera», mantuvieron otros. Pese a todo, se mantiene el entusiasmo: «Se hace más por compromiso que por rentabilidad», aseguran. Todo parece augurar que la ilusión no decaerá en 2018.

Desde las 8:30 de la mañana, los libreros se han preparado para tratar de satisfacer todos los gustos. No puede faltar de nada: lo último de Luis Landero y de Luz Gabás, de Cercas y de Eva García Sáenz de Urturi, de Martínez de Pisón y de Pérez Reverte, de Ruiz Zafón y de Marta Sanz «¡Saca a Mendoza!», cae en la cuenta una librera a su despistado marido, a propósito del premio Cervantes. Los libros comprados también tuvieron premio; el ya célebre Dulce Libro, cortesía de la Asociación de Confiteros de Valladolid, que este año ha incrementado hasta en 400 los dulces a disposición de los paladares del público.

Dato curioso: no hay caseta que haya olvidado el Premio de la Crítica de Novela; Patria, de Aramburu pero tan solo Sandoval ha recordado traer un único ejemplar de su equivalente en poesía; Sin ir más lejos, de Fermín Herrero, que acabó vendido a primera hora de la mañana: «Lo habíamos traído por ser su último libro, teníamos las cajas ya cerradas cuando se anunció el galardón», reconoce el vendedor.

Novedades en primera fila

Otra curiosidad ha sido la escasa oferta de obras de José Zorrilla, en su bicentenario, que en presencia hoy ha perdido ruidosamente la batalla contra la otra gran homenajeada vallisoletana del año, Gloria Fuertes: «Cuenta con mayor proyección nacional ella, él tiene más presencia local», opina una librera. La estrategia de las mesas, desvelan desde Margen, pasa por colocar en una primera fila lo más conocido: lo último de Landero, Carmen Posadas, Luis Mateo Díez, Marjane Satrapi o Coetzee; mientras la segunda fila la ocupan los grandes premios (Dolores Redondo, Marcos Chicot, Care Santos o Mendoza), y al fondo se entremezclan las últimas entregas de sagas policiales (Camilla Läckberg, Benjamin Black, Petros Markaris, César Pérez Gellida) con superventas nacionales e internacionales.

La librería La Otra se ha estrenado este año con su particular catálogo de libros, de entre los cuales dos jóvenes hermanos han terminado llevándose libros feministas: Mujeres que corren con los lobos, ella; El segundo sexo, él. Entre los participantes ha estado presente el escritor José Manuel de la Huerga, firmando ejemplares de Pasos en la piedra, Premio de la Crítica de Castilla y León y una obra que ostenta ciertos nexos de unión con Patria.

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