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Almudena Grandes, en Valladolid.
«Con un 14% de trabajadores pobres no se puede salir de la crisis»

«Con un 14% de trabajadores pobres no se puede salir de la crisis»

Almudena Grandes presentó ‘Los besos en el pan’, «novela terapéutica» que se coló entre sus ‘Episodios de una Guerra Interminable’

Victoria M. Niño

Martes, 14 de junio 2016, 21:26

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La cuesta poco arremangarse literariamente y contar el cómo, el cuándo y el porqué de su obra. Su información siempre es doble, porque en casa viven dos escritores. Ella es Almudena Grandes, él, Luis García Montero. La novelista estaba ayer en la Feria convocada por los bibliotecarios de Valladolid en representación de los clubes de lectura. Venía a hablar de Los besos en el pan, su última novela, una hoz en el gran proyecto en el que anda desde 2010, cuando publicó su primer volumen de los seis que conformarán los Episodios de una Guerra Interminable.

Esa hoz en su río vital une circunstancias literarias y personales. «En realidad esta novela la comencé cuando estaba con el cuarto episodio. Está conectada con Las tres bodas de Manolita, en la que intento reflejar la década de los cuarenta, la del hambre. Darme cuenta de que vivimos en un país en crisis, que superó aquella década, conoció un gran desarrollo y en el que ahora hay paro, desahucios y miseria, me sobrecogió». Entonces quien se propuso contar la posguerra española en esos seis episodios galdosianos, abordó otro reto; «a ver si soy capaz de contar lo que estoy viviendo, como lo soy de narrar cosas que no he vivido. Lo afronté como una manera de canalizar la furia y el escándalo que me produce esta crisis», contaba Almudena Grandes.

Dividió la jornada en mañanas para el cuarto episodio y tardes para este embrión que acabó siendo otra novela. «En ese momento mi marido decide meterse en política y yo podía con dos frentes, pero con tres ya no. La casa se llenó de fotógrafos, tuvimos que salir a comprar ropa, luego la Asamblea echó a los representantes de Izquierda Unida. Viví una crisis sentimental y en cierta manera la novela se convirtió en terapéutica, resultó balsámica. Durante la ola de calor solo dormía, comía y escribía diez horas. Toda la rabia que sentía por la situación del país y del mundo me consolaba de mis dolencias».

Almudena Grandes, columnista y con tertulia, considera que decir que «estamos saliendo de la crisis es tan creíble como quien dice que ve ovnis. Me gusta la frase de un periodista en la Sexta, que dijo ¿brotes verdes en España en invierno? Alcachofas. Un país que tiene un 14% de trabajadores pobres, es decir que su salario no les permite salir de la pobreza, no puede hablar de salir de la crisis. El paro no es un indicio cuando el trabajo no permite salir de la miseria. Para hablar de salir debiéramos poder volver a como estábamos antes de ella. Y la primera década del siglo XXI es al consumo, lo que la primera del XX a la cultura, algo irrepetible. Quien dice que hemos salido de la crisis, nos quiere tomar el pelo».

Lectores necesarios

Quizá no haya otra Edad de Plata, pero sí destacó Grandes uno de los logros de las dos últimas décadas en la cultura española. «Los clubs de lectura en las bibliotecas de pequeños pueblos han hecho mucho por la integración y el bienestar de sus ciudadanos, sobre todo por las mujeres de mediana edad, que son lectoras sistemáticas. Han descubierto la lectura a mucha gente que ha empezado a pasárselo bien con los libros. Son máquinas de fabricar lectores y de fomentar cosas buenas como el contacto, el análisis y la buena vecindad». Siente el agotamiento de «escribir por las mañanas y promocionar por las tardes» pero le gusta el contacto con los lectores, «que ellos vean que eres una persona normal. El libro no es libro hasta que no se publica, si está en un cajón es un borrador. Cada vez que un libro es leído, es reescrito».

Mañana conducirá un acto a favor de los refugiados. «La Unión Europea empieza a fallar a sus principios y pagará un precio muy alto. La situación del Mediterráneo no tendría que ver con la política sino con la dureza de corazón».

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