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Desde la izquierda, Josefina Molina, José Sámano, Elisa Delibes, Lola Herrera y Javier Ortega.
El drama que hace reír medio siglo después

El drama que hace reír medio siglo después

La Fundación Miguel Delibes celebra los 50 años de ‘Cinco horas con Mario’ con Lola Herrera, Josefina Molina y José Sámano, responsables del éxito teatral

Victoria M. Niño

Martes, 14 de junio 2016, 21:26

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Por tercera vez en su vida Lola Herrera se transmuta en Carmen Sotillos sobre el escenario. Lleva siete semanas en el Teatro Reina Victoria de Madrid. A sus 80 años se ha vuelto a meter en la piel de la viuda de Mario, la que pasa cinco horas ante su féretro. La estrenó a sus 44 años, repitió con 65 y ha vuelto, sobreponiéndose al «pudor» de la no coincidencia de edad con el personaje. Porque como recordó el productor, Sámano, «cuando Delibes vio a Lola en ese papel la dijo eres Carmen Sotillo».

La Fundación Miguel Delibes celebró ayer una mesa redonda en la Feria en torno a esta novela, publicada en 1966. Para ello Javier Ortega, su director, concitó a la actriz fetiche, a la directora de escena, Josefina Molina, y a José Sámano.

A pesar de ser tres veteranos del espectáculo, «creo que nunca se ha dado un éxito así, de un monólogo con el mismo texto, actriz y directora durante tanto tiempo», decía Sámano. En esta última reposición «todos los días es acabar Lola y, como si hubiera un resorte, todo el patio de butacas en pie». ¿Y qué tiene este drama para que 50 años después siga llenando teatros?

Se adelantaron al monólogo y a la producción minimalista, hoy en boga por mor de la crisis. Los tres coinciden en la riqueza del texto, en la adecuación de Lola al personaje, en la visión de Josefina como acompañante de la actriz, en las pequeñas variaciones que se han ido retocando con el tiempo.

«A lo largo de este tiempo Lola y yo, dice Molina, hemos ido cambiando, también respecto a la obra. Comprendemos de otra manera a esa mujer. Y creo que el espectador de hoy se ríe más que el de antes, que interpreta mejor la obra, sin tanta carga dramática. La entiende en clave de una radiografía del franquismo, de una reconstrucción hiperrealista de una ideología. Nosotros la sufrimos y quizá por eso nuestra posición primera era más dramática. Por otra parte, el texto es tan rico, que puedes subrayar y sacar de él lo que quieras destacar en cada momento», explicó la directora.

Más gris que maniquea

Sámano interpreta la evolución del criterio de público y crítica en clave de identificación. «Cuando la estrenamos, Carmen era la mala y Mario el bueno, el cristiano, el progre, el opuesto al régimen.Después Carmen era la buena y Mario, el malo. Mucho después, llegaron a la conclusión de que la vida es más gris.Delibes demuestra que en la situación de las mujeres en aquel momento, tanto los hombres como la sociedad tenían un elevado grado de responsabilidad. En su momento, tampoco las feministas lo entendieron», contó el productor.

Lola Herrera celebró su suerte de poder meterse de nuevo en ese personaje. También ella ha notado esa evolución de la obra. «Al principio había un tinte dramático desde mí misma porque nosotros vivimos lo que cuenta Carmen, nos veíamos afectadas generacionalmente. Casi 40 años después viene gente más joven que lo ven con más objetividad, como una obra que refleja la historia de España, les ayuda a entender a sus madres y abuelas y a aprender cómo se vivía en una dictadura. Para las nuevas generaciones es una riqueza escuchar ese lenguaje que se ha perdido y saber que esta sociedad ha superado cosas y pasan otras nuevas», resume Herrera. «Actriz creativa, que no se conforma con mimetizar el texto», decía Molina, Lola estrenará obra el 5 de agosto. Pero ya están considerando llevar Cinco horas con Mario a otras plazas fuera de Madrid.

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