Rocío Redondo y Asterio Sorribes apelan al amor y al silencio en su poesía

El Viernes del Sarmiento (BBVA de Duque de la Victoria) acogió la lectura poética de Rocío Redondo y Asterio Sorribes, quienes presentaron un programa doble titulado Voces esparcidas a modo de hojas.

Con ello pretenden «dar a conocer las facetas de nuestra poesía en solitario y de forma conjunta. Se trata de coger distintas situaciones de la vida y a eso lo llamamos voces esparcidas, la soledad, la nostalgia y todo lo que nos parece importante y lo damos la categoría de voz interior», asegura Rocío Redondo.

La poeta afirma que «no me juzgo nunca, me gusta que me juzgue el que lea mis poemas. Yo hago poesía libre, porque no soy estudiosa de la poesía rimada».

Tiene como referencias a Roberto Juarroz, Paul Celane, Mario Benedetti, Ángel González, entre muchos otros y considera que el futuro de la poesía, «lo veo con optimismo, quizá porque nosotros acabamos de crear una asociación cultural que se llama Habla y tenemos muchos proyectos y mucha ilusión. Pienso que la poesía está resurgiendo. Lo veo en Valladolid, donde hay muchos actos, y yo creo que todavía va a mejorar».

Asterio Sorribes alude al otoño, «nos ha parecido que es un tema bonito de colores y matices y vamos a hablar de nuestros padres, del amor y sus distintas formas y maneras».

Se considera amante «de la poesía del silencio. Antes de la palabra un silencio y después, otro silencio. Es mi pensamiento filosófico de la poesía». Los grandes autores como Vallejo o Benedetti le sirven de inspiración y bebe en esas fuentes. Basa su producción poética «en el trabajo y la imaginación, pero sobre todo en el trabajo. Necesito leer y escribir todos los días para poder desarrollar mi poesía».