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Lo tres poetas del Viernes del Sarmiento toman la voz y la palabra

Lo tres poetas del Viernes del Sarmiento toman la voz y la palabra

Araceli Sagüillo, José Antonio Valle y Santiago Redondo presentaron y leyeron sus últimos poemarios

Alfredo Gómez

Viernes, 13 de junio 2014, 21:46

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Acostumbrados a servir de anfitriones a los poetas que todos los viernes leen sus obras, Araceli Sagüillo, José Antonio Valle y Santiago Redondo vivieron una jornada especial y emotiva. Ellos fueron los protagonistas en la sesión de ayer de los Viernes del Sarmiento, penúltima del curso 2013-1014, con la presentación y lectura de sus últimos poemarios, en los que expresan las emociones personales que han ido acumulando, vivencias compartidas con amigos y seres queridos, amor y dolor por las alegrías y las desgracias que van ocurriendo a lo largo del tiempo y una fe inquebrantable en las letras, como el más firme referente para superar todos los inconvenientes y también disfrutar y compartir la felicidad que la vida ha ido poniendo en sus caminos.

Con una poesía sencilla y clara que contiene mucho en su interior y que tiene la intención de hacer pensar, Araceli Sagüillo presentó Desde entonces, un libro hecho desde el año 2007 al 2010, «totalmente personal, con una sencillez clarísima, como es mi poesía siempre, porque no admito nada extraño. La segunda parte es un viaje hacia la poesía con los ojos cerrados».

Amor, paz, pena. La poesía no tiene hora ni lugar, llega y se hace luz, vida en el tiempo. Callar es el olvido, el verso el renacer a la vida y al amor. Es lo que propone José Antonio Valle en Y tanta luz para buscar la noche y La otra orilla «un bálsamo para la herida abierta, un poemario arrancado a los momentos que te hacen sangrar la vida y nace en los poemas entre las garras de las tinieblas».

«Mi poesía es todo amor, en la mayoría lírica y lo más honda y cálida que pueda ser. También emotiva, porque si no hay emoción en la poesía, no hay poesía».

Una especie de recorrido vital por la vida y las distintas etapas de la existencia humana, más o menos personalizadas «porque la poesía trasluce muchas ideas del propio autor y otras que son meramente inventadas», es lo que propone Santiago Redondo en su poemario Laberinto de inercias. «Es un recorrido vital en distintas etapas, la infancia, la juventud y la madurez». Con dos hilos conductores como son el amor humano y el sentido crítico hacia una sociedad «que en estos momentos nos maltrata por todos los lados». Mantiene que hay una crítica velada en los versos a todas estas cosas «porque la poesía es una manera de gritar en el papel».

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