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Inocencio F. Arias.
Inocencio Arias: «Al caer Gran Bretaña el peso de España en la Unión Europea será mayor»

Inocencio Arias: «Al caer Gran Bretaña el peso de España en la Unión Europea será mayor»

El diplomático y exembajador presenta mañana en el Aula de Cultura su libro 'Yo siempre creí que los diplomáticos eran unos mamones', donde repasa su trayectoria profesional

María de lara

Miércoles, 15 de marzo 2017, 21:17

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Iba para notario, como su padre, pero con 23 años regateó al destino y emprendió un camino en dirección a las relaciones internacionales que le llevó a ser un «actor secundario» en algunos de los momentos más importantes de la historia de España. Inocencio F. Arias (Albox, Almería, 1940) protagonizará mañana, jueves, el Aula de Cultura de El Norte en una nueva sesión patrocinada por Caixabank y con el apoyo de la Junta de Castilla y León. El exembajador, colaborador de este diario, presentará su libro Yo siempre creí que los diplomáticos eran unos mamones, donde plasma sus memorias profesionales para explicar, de una forma amena, su trayectoria y la de una España que pasó del aislamiento internacional a tener un papel importante en la escena mundial.

¿Cuál fue su reacción al conocer los resultados de las elecciones de Estado Unidos?

Me quedé sorprendido. Me equivoqué en que Trump ganó legalmente las elecciones, pero no en que Hillary Clinton tuvo más apoyo. Porque ella sacó más votos, pero Trump ganó las elecciones con el soporte de los estados indecisos y se proclamó presidente con total legalidad, a pesar de lo que digan algunos.

El triunfo de Trump ¿fue el éxito del populismo o el fracaso de la política convencional?

Su triunfo se basa en varias razones. Primero, en que el populismo ha avanzado en EE UU. Segundo, en que la señora Hillary Cinton era una mediocre candidata. Y la tercera razón, muy importante, es que él ha hecho una campaña electoral muy inteligente, en la que ha concentrado sus esfuerzos en los estados con más indecisos. Ha dirigido sus mensajes, su actuación y sus apariciones en los siete o ocho estados en los que tradicionalmente el voto se mueve unos años hacia los demócratas y otros hacia los republicanos. Encontró el discurso adecuado para el votante en una campaña muy bien diseñada.

¿Considera que el futuro de la Unión Europea corre peligro?

Sí, pero no por Trump. La Unión Europea antes y durante las elecciones americanas ya estaba dividida en temas fundamentales. Hay disparidades muy profundas.

¿Ve oportunidades para España en la administración Trump y en el brexit??

En la administración Trump no veo muchas, si acaso puede haber algún beneficio, pero España no va a estar incordiando con tonterías. Con respecto al brexit, al caerse de la Unión Europea uno de los pesos pesados, los que están inmediatamente detrás de él suben. Por lo que si había cinco países importantes en Europa Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y España, por ese orden en mi opinión al irse Gran Bretaña, no hay duda de que España aumenta algo su peso. Aunque no hay que ser ilusorios.

¿Puede el ciberespionaje entre países terminar con la diplomacia en las relaciones internacionales?

La diplomacia tiene que seguir existiendo. El ciberespionaje está ahí y el problema no puede ser minimizado. Es algo que ha existido siempre y no solo a cargo de Rusia. EE UU ha utilizado el espionaje para influir en la política interna de varios países a lo largo de toda la historia, pero también Francia, Gran Bretaña y Alemania, entre otros. Pero ahora se plantea de forma muy aguda y grave a través de Internet. El tema es muy serio porque Rusia intentó influir de una manera brutal en las elecciones americanas, no sabemos si lo consiguió.

¿Es la de diplomático una carrera con futuro?

Sí. Los diplomáticos hemos perdido importancia en los últimos 35 años a causa del espectacular desarrollo de las comunicaciones, ahora los ministros y los políticos en general tienen una comunicación que antes no tenían, instantánea con sus contactos. Necesitan menos a los diplomáticos pero seguimos siendo necesarios para intermediar, negociar o poner en antecedentes a los ministros.

¿Qué visión cree que tiene la gente sobre los diplomáticos?

Una visión un poco equivocada. Uno de los objetivos del libro es dar una perspectiva más ajustada y cercana a la realidad de lo que es esta profesión. No es una profesión que esté llena de gente frívola, pedante y distanciada de la actualidad española, que les resbala lo que ocurra en su país. Este es un trabajo de unos funcionarios que hablan idiomas y que con frecuencia está representando a España en el exterior y defendiendo sus intereses de una forma seria y eficaz.

¿Con cuál de todos los momentos que ha vivido se quedaría?

Con la Transición política española. El cambio que experimentó el país, el cómo se veía a España en el exterior en el momento en el que la Transición avanzaba e iba teniendo éxito. Era interesante y reconfortante. Aunque el momento más concreto y traumático ha sido la guerra de Irak que tuve que defender en Naciones Unidas. La sociedad española estaba dividida y yo, que tenía amigos y familiares que protestaban, estaba defendiendo que EE UU interviniera. Digo EE UU porque España, en contra de lo que dice cierta izquierda, no intervino. Era mi obligación y la desempeñé un poco incómodo pero no excesivamente, porque yo pensaba que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva.

¿Cómo ve un madridista lo ocurrido el miércoles pasado en el Nou Camp? ¿Fue más el triunfo de la fe o el fracaso del arbitraje?

Las dos cosas. Fue muy meritorio el esfuerzo del Barcelona, es evidente que es mucho mejor equipo que el parisino. Ahora, dicho esto, yo que tengo muchos años y que he visto en vivo o en la televisión centenares de partidos de la Copa de Europa, no recuerdo un caso en el que haya habido tal acumulación de errores arbitrales que vayan tan a favor de un equipo.

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