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Anxo Pérez, instantes antes de iniciar su charla ante un auditorio repleto.
Anxo Pérez: «No creo en el talento, creo en el esfuerzo»

Anxo Pérez: «No creo en el talento, creo en el esfuerzo»

El Aula de Cultura de El Norte ofrece una amena sesión, que llenó el gran salón del Círculo de Recreo de Valladolid

vIRGINIA t. fERNÁNDEZ

Viernes, 27 de marzo 2015, 19:38

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Desde el comienzo de la crisis se bombardea a la población con mensajes que impelen al desarrollo de las dotes creativas que favorezcan las iniciativas empresariales. No todos los que tratan de canalizar ese espíritu emprendedor lo consiguen. Otros, sin embargo, no solo logran levantar una empresa de la nada sino que con ello ayudan a miles de personas. Es el caso del gallego Anxo Pérez, perseguidor de sueños, que en cuatro años ha pasado de creer en una idea a, 40.000 horas de trabajo después (afirma que se ha pasado años analizando compulsivamente el idioma chino), darle forma y tener a su cargo a 70 empleados. El punto de partida fue el diseño de 8Belts, un método para aprender chino en 8 meses. «Si no se consigue, se devuelve el dinero», asegura. Parece que hasta ahora no ha hecho falta ningún reembolso. El 100% de casos exitosos le avalan.

Empresario, actor, músico (toca seis instrumentos), políglota (domina nueve idiomas), Anxo Pérez, natural de Fisterra (La Coruña), protagonizó ayer el Aula de Cultura de El Norte, que discurrió en un repleto salón del Círculo de Recreo (Casino de Valladolid). «El enemigo de la vida no es la muerte sino el desaprovechamiento», dice Pérez. Y verdaderamente él lo ha puesto en práctica. Trabajó desde los 15 años en diversos oficios en EE UU y Suiza hasta que se decidió a volver a España para contagiar de actitud positiva a los demás. Fue una sesión muy especial; dinámica, divertida, motivadora, musical. El empresario se atrevió a improvisar al piano algunos temas que el público, muy receptivo desde el primer momento, fue pidiendo sobre la marcha. La canción de apertura, Around the world, de Frank Sinatra, «la banda sonora de mi vida», confesó.

A Anxo Pérez le brotan los lemas a raudales. No lo puede evitar, aquejado de un verbo incontenible. El gallego plagó su charla de mensajes sencillos pero provechosos para cultivar una predisposición vital favorable a los triunfos personales. Las consignas que esgrimió las recoge en el libro Los 88 peldaños del éxito (editorial Planeta), una publicación que ha causado sensación; se convirtió en el libro más vendido en España en tan solo 50 días.

Ayer escaló algunos de esos peldaños y desveló el secreto de su método lingüístico. «Hemos dedicado más tiempo a saber qué no enseñar», dijo. Del sistema tradicional de aprendizaje de idiomas piensa que «se suele dar mucha más información de la que se puede asimilar». Detectado este error, su equipo se centra en «enseñar solo lo útil. «Con cien palabras se pueden formar un millón de frases. Con un millón de sustantivos no podríamos formar ni una sola frase», analizó. 15.000 personas han disfrutado ya de su método, por Internet, «sin libros, sin gramática, sin profesores», sí «con conversadores nativos» ya que un idioma «no se aprende escuchando sino hablando», recuerda.

Pérez confía ciegamente en las capacidades del ser humano, si se saben encauzar. Asegura «no creer en el talento sino en el esfuerzo». Él mismo se describe como «un desastre en casi todo pero muy bueno en unas poquitas cosas. Nos podemos pasar la vida intentando mejorar lo malo o centrarnos en lo que hacemos bien».

El secreto

Ahí reside el secreto de las mayores conquistas, según el empresario, «en no tratar de mejorar los defectos sino en explotar las virtudes», en hallar el «pozo de petróleo que todos llevamos dentro».

En ese camino hacia la felicidad haciendo lo que más nos motiva habrá baches: «Los fracasos son el cuentakilómetros del éxito», dice. «En esa escalera, el primer escalón se llama crisis», sea personal o mundial... porque cuando se toca fondo solo queda subir. Y advierte: «La mejor escuela son los batacazos».

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