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Silvia Herraiz y Félix Muñiz, en el espectáculo ‘Start and go’, de Diego Palacio, en una representación en el LAVA.
El desempleo entre los actores de Castilla y León, el tercero más alto de España

El desempleo entre los actores de Castilla y León, el tercero más alto de España

Alcanza un índice cercano al 61%, una situación que les obliga a emigrar o a cambiar de trabajo

Javier Aguiar

Domingo, 1 de enero 2017, 20:32

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Ser actor en España roza el heroísmo, serlo en Castilla y León, casi la utopía. Hace solo un par de meses que la Fundación Aisge (Actores e Intérpretes Sociedad de Gestión Española) daba a conocer su informe Estudio y diagnóstico sobre la situación sociolaboral de actores y bailarines en España, relativa al año 2016, que describía un panorama poco menos que aterrador para la profesión. El 73% de los actores españoles no pueden vivir de su trabajo. El 44% de los artistas jubilados necesitan de un complemento de la Fundación Aisge para llegar a fin de mes. El 55% de los trabajadores del sector ganan menos del salario mínimo (645 euros mensuales). La duración máxima de las jornadas laborales no se respeta en la cuarta parte de los casos.

Las cifras facilitadas por el informe de Aisge resultan tan demoledoras como clarificadoras del estado de la profesión. Del total de artistas españoles, el 8,17% ingresan más de 12.000 euros anuales. Superan los 30.000 solo el 2,15%. El 57% de los intérpretes no consiguen empleo en el sector. De los actores y bailarines que sí trabajan (43%), más de la mitad no supera los 3.000 euros de ingresos anuales. Quienes logran alguna ocupación complementaria se dedican en su mayoría a docencia, labores comerciales u hostelería: nada que ver con el gremio artístico. Las mujeres sufren una tasa de desocupación 6 puntos por encima de los hombres, cobran menos y trabajan sin contrato en más ocasiones.

Huida a Madrid

La contundencia de esos datos, que no mejora demasiado a lo largo de las 500 páginas del trabajo, reservaba para el final las cifras por autonomías, en las que la comunidad de Castilla y León figura en el tercer lugar en la lista de los mayores índices de desempleo con un 60,9%, solo superado por Asturias (64,4%) y La Rioja (66,7%).

Aunque desde la Fundación Aisge advierten de que la muestra de la encuesta que sirvió de base para el estudio no es tan fiable para Castilla y León como para el conjunto del país -se recibieron cerca de 3.330 encuestas contestadas- sí insisten en que el panorama general es, como poco, igual de desolador. En la comunidad Aisge solo cuenta con 62 socios (el 74% varones y el 26% mujeres) y no todos respondieron el cuestionario.

No obstante, esta situación se debe en gran parte a que la mayoría de los actores emigra a ciudades donde la oferta de empleo es mayor y muy especialmente a Madrid, donde residen más del 45% de los afiliados a esta sociedad de gestión que aglutina a la práctica totalidad de los actores y bailarines de España, con un total de 10.500 socios.

Lo confirman todos los artistas locales con los que habla El Norte. En el Café Beluga de Valladolid se desató una interesante actividad creativa hace unos años de la que apenas queda rastro. «Todos se fueron a Madrid, Bilbao o Barcelona», confirma Almudena, que coge el teléfono.

«El informe pone números a una situación real que todos conocíamos. Esto es un erial a todos los niveles, no solo es que no se trabaja, es que no se hacen espectáculos y no hay ningún tipo de apoyo. Que Castilla y León esté entre las peores es normal porque no existe ningún tipo de teatro desde las instituciones con gente de la comunidad y tampoco hay una televisión autonómica que tenga un mínimo de actividad. En otras comunidades funcionan muy bien y obtienen una buena respuesta a nivel de audiencia». Lo afirma Félix Muñiz, miembro de Mercucho Teatro y hasta hace un año secretario de la Unión de Actores de Castilla y León.

Las compañías privadas, añade, se tienen que dedicar a la autoproducción «porque no hay ninguna subvención que, ojo, es un adelanto para que puedas invertir en una producción y luego recuperarlo, no es un préstamo a fondo perdido».

Para este polifacético artista, «tantos recortes han dificultado el acceso de los jóvenes al trabajo, algo que para los que llevamos tiempo es complicado, para ellos es casi un imposible. Además se hacen espectáculos con una o dos personas con lo que su incorporación al mercado laboral es casi una utopía». Aunque el informe habla de unas condiciones laborales de abuso y explotación con la excusa de la crisis que vive el sector, Muñiz afirma que en Castilla y León, salvo algunos casos que han sido denunciados, «se suelen respetar» los derechos de los trabajadores, en parte, añade, porque hay muchos empresarios que son también autores, directores e incluso actores.

«Hay mucho talento y muchas ganas de hacer cosas y, ante la eventualidad de un paro largo, muchos se plantean trabajar sin cobrar» para poder añadir algo al currículum o, al menos, hacerse ver. Darse a conocer, por ejemplo, a través de una serie de televisión es una opción atractiva, sobre todo para los más jóvenes, porque convirtiéndote en lo que en el mundo de la interpretación se llama una cara conocida tienen más posibilidades de que les llamen para otros trabajos.

Según Muñiz, los actores mayores en paro se encuentran en la misma situacióan que cualquier desempleado mayor de 50 años, sin posibilidad alguna de encontrar trabajo, mientras los más jóvenes, explica, pueden intentarlo en otros sectores, la mayoría de ellos en la hostelería.

«Esta inestabilidad laboral tan grande -añade-, que hay gente que igual en tres meses ha trabajado dos días, hace que tengamos que estar metidos en mil proyectos, a salto de mata entre uno y otro y que no puedas ensayar como antes, así que tienes la sensación de que estás bajando la calidad y eso es algo que no le gusta a ningún artista».

Otra de las peculiaridades de la situación laboral de los actores es que es muy corriente que trabajen, por ejemplo, un día a la semana, una función el viernes o el sábado. «Así que te hacen un contrato de un día y te dan de alta y de baja en la Seguridad Social cada vez que actúas», describe Muñiz.

Pero la falta de trabajo no es el único problema. Los pocos que pueden trabajar en su profesión ganan sueldos que no les permiten vivir de ella. «Los mileuristas ahora son los afortunados, muchos no llegan si quiera al salario mínimo, así que se parece más a sobrevivir que a vivir de ello. Con el tiempo tienes familia, responsabilidades y muchos acaban abandonando», describe el actor.

«Hay que multiplicarse»

Por ello Félix se considera un privilegiado al poder dedicarse a su profesión. Aunque para conseguirlo tenga que multiplicarse. «Hago circo, zancos, clown, máscaras», enumera, además de trabajar como pedagogo e impartir talleres y clases. También ha encontrado en Mercucho-Telón de Azúcar, su compañía, una vía para hacer teatro con continuidad.

«Sigues esperando que esto cambie y trabajando. Intentando disfrutar mientras confías que en algún momento la situación cambie, porque no se puede mantener una sociedad en la incultura, los políticos tienen que entender que es necesaria. No solo es el IVA, que está destrozando las compañías, tenemos que ver cómo podemos hacer compatibles las características específicas de nuestro trabajo con una situación laboral digna», reclama el artista en una suerte de alegato final.

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