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Alfredo Marcos, en el Museo de la Ciencia.
Tentaciones de científico

Tentaciones de científico

El catedrático de la UVA Alfredo Marcos recorre ‘El fraude en la ciencia’ en una conferencia en el Museo de Valladolid

Victoria M. Niño

Lunes, 18 de abril 2016, 10:09

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Cráneos manipulados para explicar eslabones inventados que sacaron los colores al British Museum, dinosaurios voladores, fusión fría como manantial infinito de energía o artículos científicos que repiten la misma frase desde el principio al final, son algunos de los fraudes de la ciencia. «Como en cualquier actividad humana, también en la investigación hay errores», reconoce Alfredo Marcos, catedrático de filosofía de la ciencia de la Universidad de Valladolid. Marcos recorrió algunos de los fraudes más sonados en una conferencia en el Museo de la Ciencia.

«Ahora estamos acostumbrados a oír hablar de la corrupción política, económica, bancaria, en la comunidad científica se da la intelectual» y a renglón seguido comenzó por orden cronológico. «El primero más que un fraude es una seudociencia; la frenología, que estuvo de moda en el XIX. Pretendía estudiar el carácter y el comportamiento de personas a través de la forma del cráneo. Según aquellos, midiendo las protuberancias del cráneo podía saberse si se trataba de un criminal nato». No era un fraude propiamente dicho «porque quienes lo llevaron a cabo no tenían voluntad de engañar». Unas décadas después, en 1912 y hasta la mitad del siglo XX, «se dio por bueno el hombre de Piltdown, un cráneo que supuestamente era el fósil del eslabón perdido. Resultó ser un cráneo construido, compuesto en parte por uno humano y en parte con restos de un simio. Llegó a estar respaldado por el Museo Británico. Hasta 1953 no fue descartado».

A mediados del siglo XX también está «el caso Lysenko, un científico que consiguió situarse en las inmediaciones del poder junto a Stalin. Impuso una idea de la biología y la agricultura errónea que retrasó el desarrollo de la genética en laURSS. Empeoró las cosechas». Marcos continuó con otro caso reciente. «En 1999 National Geografic publicó un articulo sobre un fósil, supuestamente el eslabón entre dinosaurios y aves. Resultó un nuevo fraude, era otro fósil manipulado. Nunca existió este dinosaurio emplumado volador, que le llamó archaeoraptor».

El maná energético

Pero si hay algo que podía cambiar el devenir planetario, algo con lo que se ha fantaseado cinematográficamente, era la fusión fría. «En 1989 se notificó que un par de científicos habían conseguido la fusión fría. La fusión es la manera de conseguir energía nuclear pero solo a gran temperatura, si alguien logra fusión en frío, entonces habría conseguido la fuente energética inagotable, barata y no contaminante. Esta noticia la publicó Nature aunque desde el inicio estuvo bajo sospecha». Por último, el catedrático de la Universidad de Valladolid abordó el fraude de la clonación humana. «Fue anunciado por un científico surcoreano en 2004 y en diciembre de 2005 se comprobó que sus estudios eran fraudulentos. Los datos que comunicaba sobre clonación de embriones humanos a las revistas no eran correctos pero los estudios de Woo Suk-Hwang se publicaron enScience. Era un fraude acompañado de deficiencias éticas, porque parte de las donantes de óvulos eran colaboradores del laboratorio».

Alfredo Marcos explicó también los mecanismos de la comunidad científica para bloquear los fraudes. «Algo ha cambiado porque los primeros casos citados tardaron décadas en ser detectados y, sin embargo, los últimos se detectaron en meses». El mecanismo fundamental es la revisión por pares de las publicaciones, «antes de publicar en revistas, los artículos son revisados por científicos de similar nivel. Este sistema también tiene sus deficiencias porque las revistas están sometidas a presiones económicas, políticas, ideológicas, industriales y la revisión por pares no es un proceso perfecto».La necesidad de los jóvenes de publicar y la multiplicación de las revistas electrónicas ha provocado un cambio en este mecanismo. «Por un lado, las revistas están saturadas de propuestas y la revisión provoca un tapón lo que puede hacer decaer el nivel de la revisión. Por otra parte, los que hacemos la revisión por pares lo hacemos gratuitamente pero las empresas que editan las revistas obtienen beneficios».

Las revistas electrónicas ofrecen a los científicos publicar sus trabajos. «Ha cambiado el modelo de negocio. Estas revistas trabajan en abierto, todos tienen acceso y no cobran al lector, sino al autor. Se dio el caso de dos científicos que hartos de recibir invitaciones de estas revistas enviaron un artículo a una de ellas en las que todo el tiempo se repetía la misma frase y se lo publicaron. La frase era sáquenos de su maldita lista de correo». Por todo ello, Marcos concluyó con que «la actividad científica está dentro de la humana y si se produce en un ambiente social de honradez y calidad, funciona bien; en cambio si se produce en un ambiente social degrado, en el que prima el engaño, la ciencia o lo que sea funcionará mal y será susceptible de fraude».

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