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Profesión: ser humano

Profesión: ser humano

En ocasiones, pedir la documentación a alguien puede convertirse en toda una aventura

M. J. Pascual

Sábado, 2 de enero 2016, 11:06

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Empieza a pesar el uniforme a estas horas, y eso que todavía estamos en mayo. Mayo florido y hermoso, el mes de las flores y de las Hijas de María, le digo a mi compañero, mientras se pasa por debajo de la gorra un pañuelo de esos que ya pensé que no existían. Me dice que vale, que su querida Écija, la «Ésija» de sus entretelas será (que lo es) la sartén de Andalucía, pero que si el pobre San Lorenzo hubiera estado hoy en Valladolid no le habría hecho falta la parrilla para alcanzar la palma del martirio. Hay que ver cómo es Rafael: el Séneca de la Comisaría de Delicias.

«Que la caló eh mu mala pa loh seso», repite como un mantra mientras vamos dejando atrás las Moreras en dirección a Fuente Dorada. Con el sol de plano sobre nuestras cabezas, empezamos a vislumbrar los dos el mismo espejismo: un tío con pelo largo y túnica hasta los pies (parece que SOLO con la túnica) plantado en mitad de la plaza como si acabara de bajar de un platillo volante.

Para empezar, escándalo y alteración del orden público. Eso por lo menos. Documentación, no tiene (a ver dónde iba a guardar el carné). «¿Pero cómo se llama usté?», le pregunta amablemente mi compañero con cara de imaginarse la respuesta: Noé. Miro a Rafael para que no se le ocurra preguntarle por el Arca y sigo yo con el interrogatorio, que se torna cada vez más surrealista, mientras el sevillano toma nota:

¿De dónde es? No tiene nacionalidad, ciudadano del mundo.

Fecha de nacimiento: Más de 10.000 años. No conoce a sus padres pero tiene 5.000 hermanas.

¿De profesión? Ser humano.

¿Domicilio? La Tierra.

¡Hale, andando, Noé! A ver si a su señoría le dices lo mismo, le espeta mi compañero con las gotas de sudor sobre los ojos, no se sabe bien si por la canícula o producto del mosqueo por las respuestas del detenido. Pero, oye. Tal cual, tal cual le repitió lo mismo al juez, que estaba el secretario que se le iban las teclas y el abogado de oficio no daba crédito a la declaración. Su defendido no quiso dar su filiación ni firmar el atestado. Insistió en que no tiene nombre, que le apodan Noé y que vino en peregrinación desde Palencia para impartir una conferencia en la Universidad y departir de tú a tú con el rector. Eso sí, sin alterar el orden ¿Pues no se escapó Jesús del Viejo Psiquátrico y le encontraron en el Templo mostrando su inmensa sabiduría a los doctores?

Acabáramos, Séneca. Acabáramos.

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