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Concha Velasco, con la placa de la calle que lleva su nombre.
«¿Quién me iba a decir a mí...?»

«¿Quién me iba a decir a mí...?»

Una Concha Velasco emocionada y agradecida se da un paseo en plan estrella por ula calle y el teatro que llevan su nombre

javier aguiar

Viernes, 27 de marzo 2015, 10:16

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. Aprovechando que Concha Velasco tiene hoy función en el Calderón las malas lenguas dicen que también que estamos en precampaña el alcalde y la concejala de Cultura habían programado darla un paseo por la calle y el teatro que llevan el nombre de la artista. El garbeo no llegó a tal, que Concha venía algo cansada y prefirió subirse al coche, pero el homenaje tuvo el aire de gran estrella que esta dama de la escena se merece en su pueblo, Valladolid, y en cualquier otro por el que se digne pasar.

Para empezar, media hora haciéndose esperar, o sea a lo grande. A continuación baño de multitudes, o al menos de un puñado de vecinas curiosas y cariñosas a más no poder. Todas querían besar a la protagonista y a esta no le costaba nada darlas gusto. Primeras fotos en la calle, con las autoridades y los transeúntes. Luego, en el piso más próximo a la placa, el de Paz Gustavo, curiosamente, maestra jubilada, como lo fue la mamá de Concha, y más curiosamente esquina a la plaza del Ejército (el papá fue militar). Vuelta a la calle más fotos y más besos y, ya en el LAVA, homenaje en toda regla con palabras del regidor y sorpresa: la sala Concha Velasco proyectará en Ferias un ciclo de 15 películas de la intérprete, desde Las chicas de la Cruz Roja (1958), de la que se proyectó el trailer con una Conchita dieciochoañera, hasta Rabia (2009).

Y las palabras de la estrella, claro. Emocionada y agradecida de tanto reconocimiento (la placa en el Calderón, el teatro y ahora la calle que, por cierto, quita a una falangista, Rosario Pereda). «Quién me iba a decir a mí...», «nunca pensamos que iba a llegar tan alto...» y cosas así. Muy correcta, se acordó de las víctimas del accidente aéreo, agradeció a su «gran amigo» Javier León tanto detalle y excusó su entusiasmo: «Soy comedida en el escenario pero sobreactuada en la vida», dijo.

Superada la enfermedad «he perdido doce kilos y diez centímetros» el sentido del humor sigue intacto. «Alcalde, si yo viviera aquí votaría al PSOE», le suelta. Pero el edil no afloja: «Cada uno es libre de equivocarse como quiera», respondió.

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