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Carmen Iglesias.
«La monarquía aprende de sus errores»

«La monarquía aprende de sus errores»

directora de la Academia de la Historia

Miguel Lorenci

Domingo, 1 de febrero 2015, 19:52

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Carmen Iglesias (Madrid, 1942) lleva toda su vida rompiendo techos de cristal. Primera directora de la Real Academia de la Historia (RAH) en sus tres siglos, enseñó historia y humanidades a Felipe VI. Fue la primera catedrática de Historia de las Ideas y Formas Políticas de su facultad, primera directora del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales y primera consejera nata del Consejo de Estado desde 1540. Su reto es abrir la sociedad y modernizar una institución anquilosada para muchos y alejada de la ciudadanía. Cuenta con pocos medios y tanta sabiduría como empuje.

Hacer historia en la Real Academia de la Historia, a la que llegó en 1989.

Petite histoire. Como tantas veces, me encontré con ello sin buscarlo. Mi única meta era sacar la cátedra. Era mi libertad, lo que me gustaba hacer. Todo lo demás fueron retos que me propusieron. Dudé en aceptar algunos, pero de todos aprendí. Obtuve mucha experiencia y buenos amigos.

¿Le ha limitado ser mujer?

No. Como todas las mujeres, notas que se nos ningunea, que hay que hacer las cosas mejor que la media para que te tomen en serio. Pero para mis maestros universitarios jamás pesó que fuera mujer. Entre colegas, puede que sí.

¿Cuál es su hoja de ruta para la docta casa de la Historia?

Tiene tres pivotes: económico, de comunicación y tecnológico. En época de crisis, hay que hacer el saneamiento este año. Quiero que se conozcan las joyas de la casa, su magnífica biblioteca, casi toda digitalizada, sus formidables pinturas, varias de Goya, con visitas guiadas, puertas abiertas y una red de amigos. Habrá nueva página web mucho más atractiva y volcaremos a internet el Diccionario Biográfico.

¿Se mira en el espejo de la RAE, en la que ocupa el sillón E?

Sí. Llevo quince años muy activos como académica de la lengua. Conozco muy bien la casa y aspiro a que la RAH, segunda en orden de fundación e importancia tras la RAE, tenga su misma popularidad.

¿Sus finanzas están casi en la UVI, como en la RAE?

No sé si están en la UVI, pero desde luego hay que ajustar. Hacer mucho con poco. No debemos a nadie, pero el recorte en la subvención pública ha sido mucho más tajante que en la RAE. Tengo cita con el ministro Wert y le presentaré mis quejas y demandas. El edificio está en buenísimas condiciones. Hemos de recuperar a protectores que se fueron y hallar más.

Le faltará una herramienta como la frustrada ley de Mecenazgo

Aprovecharemos todos los resquicios. Está el parche que pusieron, que desgrava a los pequeños inversores que ayuden a las obras culturales.

El Diccionario Biográfico debía ser la obra magna y de la casa y lastró su prestigio por escorarse a la derecha. ¿Se corregirá en la edición digital?

Todo es perfectible. Se exageraron los errores. La polémica se exacerbó. Sus casi 50.000 entradas están escritas por 5.000 historiadores y, en línea, sé podrá valorar la gran obra que es. Un esfuerzo titánico. Lo importante no son sólo las grandes figuras, sino que estén quienes han hecho cosas de mérito y son desconocidos. Es la más consultada en la Biblioteca Nacional y en digital separaremos los vivos de los muertos.

¿Tendrá patrocinador la edición digital?

Estamos delimitando y hablando de muchas cosas. Y por supuesto con posibles patrocinadores. Tenemos claro qué queremos hacer.

¿La historia puede ser un arma cargada de malas intenciones?

No debería tener intenciones, pero los seres humanos somos lo que somos, y cuando la historia se carga de intenciones, buenas o malas, deja de ser historia para convertirse en ideología. Debe y puede ser lo más objetiva posible.

Enseñó historia a Felipe VI ¿Lo tendrá más difícil que su padre?

Tendrá, seguramente, retos que no podemos ni imaginar. La historia no está marcada, no es determinista, y a veces ocurren cosas imprevisibles. Tendrá sus propios desafíos, pero está preparado para afrontarlos.

¿Cuál cree que es la principal virtud del Rey?

Su empatía. Es una persona serena y que tiene criterio.

¿Tendremos monarquía dentro de 50 años?

Si es una monarquía parlamentaria como la de ahora, ¿por qué no? A veces hay confusión. No hablamos de monarquía absoluta, ni siquiera de monarquía constitucional. El problema no está en monarquía-república, sino en democracia-dictadura. Dependerá de cada época que se cumplan los requisitos para la democracia.

¿La monarquía ha aprendido de sus errores?

Por supuesto. Ha aprendido de la historia. A la vista está. Y además ha cambiado el contexto social de una forma determinante.

La corrupción asusta. ¿Somos un pueblo de pillastres, ladronzuelos y listillos?

No. Claro que no. La corrupción está en la condición humana. Existe en todas las épocas, regímenes y países. Por eso es tan importante la educación en ética y valores. Es crucial que las instituciones, la justicia, la opinión pública funcionen para que no destruya el país, como ocurre en algunos países hispanoamericanos.

¿Por qué la enseñanza de la historia le parece un desastre?

La fragmentación de la historia y las humanidades es desastrosa. Una desgracia. Cada autonomía cuenta lo que le parece. Los chicos saben el trozo de río que pasa por su comunidad pero ignoran dónde nace o desemboca. Tenemos casos clásicos de absoluta tergiversación.

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