La Seca descubre su joya

La sacristía de la iglesia de La Asunción, en la localidad vallisoletana de La Seca, escondía un secreto en el cuadro que la adorna desde hace décadas. Una pintura sin firma, que muestra a San Juan Bautista bautizando a Cristo pertenece a Luis Gil Ranz, discípulo de Francisco de Goya.

Así lo acredita Gregorio Puertas, quien lleva cuatro años dedicándose a la investigación de la historia de La Seca y, particularmente, a los archivos de la iglesia de este municipio. Fue un documento en concreto, datado en el año 1808, el que le llamó la atención. Se trata de un certificado, rubricado por Luis Gil Ranz, en el que atestigua haber vendido una obra a la iglesia parroquial de La Seca y, por ello, «haber recibido de Don Juan Dávila cuatro mil reales de vellón por la pintura de un cuadro de San Juan Bautista, bautizando a Cristo». Además, el documento de Gil Ranz contenía datos sobre las medidas exactas de la pintura: «diez cuartas de alto y siete de ancho», correspondiente a una altura de 2,1 metros y 1,47 metros de anchura. Las características del cuadro descrito en el documento coinciden con las del que se aloja en la sacristía de la iglesia de La Asunción.

Gregorio Puertas, quien asegura conocer bien la parroquia, atisbó el hallazgo en cuanto encontró el documento de Gil Ranz. «Las medidas y la descripción de la pintura coincidían. No me lo creía, pero no había lugar a dudas. Estaba ante el cuadro de Gil Ranz», relata Puertas, quien asegura que dedica unas 15 horas semanales a la investigación de la historia de La Seca, al margen de su trabajo como inspector de obra en una empresa de instalaciones. Otro dato significativo para Puertas fue el hecho de que los cuadros de Goya conservados en el Museo del Monasterio de San Joaquín y Santa Ana de Valladolid son «prácticamente idénticos» a este en cuanto a sus proporciones.

Gregorio Puertas considera que, al margen del valor que pudiera tomar el cuadro a partir de ahora, el pueblo de La Seca no permitirá que la pintura se traslade fuera de la parroquia de la localidad, aunque sí se tomarán ciertas medidas. «Serán necesarias algunas precauciones para evitar deterioros o fechorías que puedan estropear el valioso cuadro», afirma Puertas.

No se conoce obra pictórica alguna de Luis Gil Ranz, por lo que hasta el momento esta sería la única existente. Sin embargo, Gregorio Puertas no descarta que se conserven más cuadros del discípulo de Goya aún sin descubrir o que, incluso, alguna de las pinturas del artista natural de Fuendetodos sea, en realidad, obra de Gil Ranz.

Calígrafo y pintor

Nacido en la villa alcarreña de Renales el 12 de octubre de 1787, Luis Gil Ranz destacó como discípulo de Francisco de Goya porque acompañó al pintor en su viaje a Zaragoza en 1808, entre el primero y el segundo sitio de la ciudad en la Guerra de la Independencia que dio comienzo ese mismo año. Fue durante esta visita a tierras aragonesas cuando Goya pintó algunos de los cuadros que reflejaron los episodios bélicos de esta contienda. La función de Gil Ranz como acompañante de Goya en este viaje era la de ejercer como intérprete del artista en las ocasiones en las que este no pudiera valerse por sí mismo, debido a su sordera.

Destacado calígrafo de la Corte y miembro de la Real Academia de San Fernando, su nombre aparece en la lista de alumnos premiados en Pintura de Primera clase en 1805.

Tras el final de la Guerra de la Independencia, Luis Gil Ranz se dedicó al oficio de funcionario en distintos departamentos de la Corte. Falleció en 1867, dejando dos hijos.

La confirmación de Gil Ranz como autor de la obra que decora la sacristía de la iglesia de La Seca, supone que el cuadro haya dejado de ser uno más para convertirse en una joya que engrosa el patrimonio artístico de la provincia de Valladolid.