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Una escena de ‘El coloquio de los perros’.
Imágenes en escena

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FERNANDO HERRERO

Viernes, 25 de julio 2014, 12:47

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Novela ejemplar desde la que Cervantes dibuja una España de pícaros y fulleros. Gente empobrecida (carniceros, pastores, rufianes, cómicos), por lo que la mirada tiene algo de piedad. Hoy en día los truhanes son ricos y poderosos y se burlan de los ciudadanos. Cipión y Berganza hablan durante una sola noche y esta última cuenta sus vicisitudes. El conflicto de la España de aquel tiempo que Cervantes retrata llega al teatro primero con Ramón Fontsare y Els Joglars. Ahora esta Compañía de voces sudamericanas. Dos concepciones dramatúrgicas y escénicas muy diferentes.

Teatro en el teatro. Ruptura del discurso escénico y sobre todo creación de imágenes que ilustran el relato de Berganza. Imágenes variadas con música y marionetas. El espacio vacío se va poblando de objetos para ir concretando los diversos episodios hasta llegar a ese hospital que encierra la paradoja de un final, que tal vez el Manco de Lepanto soñaba. Al tiempo, en un brevísimo y acertado flash Cipión y Berganza pierden el habla.

Por un lado, el diálogo (o el monólogo de los perros); por otra, las acciones con la multiplicación de tipos que las encarnan en ese desdoblarse continuo de los actores. La mirada de Berganza, su relato, es la clave. Diversas formas estéticas. El cine mudo, por ejemplo, el mimo que se nota ha sido muy trabajado. El sentido de lo cómico aparece, aunque estas gentes que pinta Cervantes no se prestan demasiado a ello. Truhanes sí, pero también gente excluida de la riqueza y el poder.

Siete actores. Vestuario rico. Conjunción de movimientos en la expresión de personajes multiplicados. La primera escena de Cipión y Berganza recrea un muestrario perruno de gran eficacia y Diana María Valencia y Johanna Robledo nos hacen vivir ese genial sueño que inventó el autor de Don Quijote la Mancha. Luego la primera ocupará el centro de la escena con sus monólogos y sus gestos. Ante esta obra de otro tiempo, echamos en falta alguna de esta época que vivimos que refleje la corrupción de los poderosos sin que pueda existir para ellos el menor signo de piedad.

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