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Blázquez invita a los fieles a vivir la Navidad centrados en la dimensión del nacimiento de Jesús y lo que representa

Blázquez invita a los fieles a vivir la Navidad centrados en la dimensión del nacimiento de Jesús y lo que representa

El mensaje de Navidad del cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal ha sido grabado en vídeo y difundido en Youtube

EL NORTE

Sábado, 24 de diciembre 2016, 15:10

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El presidente de la Conferencia Episcopal y cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, ante la proximidad de las fiestas de Navidad, ha invitado a sus feligreses a vivirla sin despistarse con los adornos que la envuelven y a valorar la dimensión que supone el nacimiento del Hijo de Dios en Belén, "como un pobre, en una familia de marginados".

En su mensaje navideño, recogido por Europa Press, el purpurado defiende una celebración "familiar, personal, humana y cristiana" y aboga por disfrutar de una fiesta que, de alguna forma, interrumpe el ritmo de nuestra vida para subrayar otras dimensiones que necesitamos como la "convivencia, el gozo, la esperanza y tantas actitudes que forman parte de la vida de la persona".

Blázquez pone el acento en que la narración del nacimiento de Nuestro Señor, según el Evangelio, se hace con palabras muy sobrias: "A María se le cumplió el plazo de dar a luz; y, estando en Belén, dio a luz a su primogénito, lo envolvió en pañales, lo recostó en un pesebre, porque para ellos no había sitio en la posada del pueblo".

Con estos términos tan sencillos, sin adorno, incide el mitrado, el Evangelio narra el acontecimiento más importante, inefable realmente, de la historia humana: el nacimiento del Hijo de Dios.

Por eso, insiste en el hecho de que la descripción en estos términos tan sobrios ya es para nosotros "una lección", en contraposición a la constumbre habitual de describir las cosas ampulosamente, con mucha retórica, y a veces con retórica hueca. "Lo más importante lo podemos contar de una forma sobria, sencilla y que por todos sea entendido".

En este sentido, recuerda que el centro de la celebración son el Niño, José y María, y ello a pesar de que, a veces, también en nuestro nacimiento nos cuesta trabajo descubrir cuál es el centro del Misterio. "Entre paisajes y adornos, edificios, puentes y ríos, fácilmente nos perdemos. El centro de la celebración de estos días es justamente la contemplación de Jesús nacido en Belén, como un pobre, en una familia de marginados".

En estos días, el arzobispo de Valladolid aprovecha para fecilitar en especial a los niños. "Queremos hacerlo también reconociendo en un niño que nace, una sonrisa de Dios. Es el surgir de la vida. En medio de nuestro envejecimiento, de nuestras incertidumbres, de nuestros problemas, un niño que nace nos trae una buena noticia".

Y subraya que la Navidad es, fundamentalmente, una fiesta muy familiar pues el Hijo de Dios nació en el seno de una familia. "Y en estos días agradecemos particularmente las familias reunidas y echamos de menos a los que, por unos motivos o por otros, no puedan participar en la fiesta de la familia".

Sobre las dos narraciones del nacimiento de Jesús, una sencilla, la de Lucas ya citada, y la más sublime en el Evangelio de San Juan, Blázquez se refiere a esta última en cuanto que "el Hijo eterno de Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros".

"Esta es otra forma de decir lo mismo: que el Hijo de Dios ha nacido entre nosotros, ha convivido con nosotros, ha participado en nuestra vida con todo lo que lleva consigo, nosotros lo hemos reconocido, y también queremos -igual que los ángeles- hacernos eco de esta noticia extraordinaria en medio de nuestra historia", indica Blázquez, quien resume que ello significa que en todos los rincones del mundo podemos contemplar el misterio del nacimiento del Señor.

ENCONTRAR UN TESORO FRENTE A LA VACIEDAD

"El Señor nace para hacerse prójimo de cada uno de nosotros. Para que en medio de la vaciedad tantas veces de nuestra vida, podamos encontrar como el tesoro escondido que es justamente Dios-con-nosotros.

Yo me alegro mucho de poder celebrar un año más con todos, la fiesta del nacimiento del Señor".

Así, incide en que la Navidad se trata de una fiesta que de alguna forma tiene que significar un desahogo en nuestros afanes. "Sepamos hacer fiesta. El Hijo de Dios ha nacido y se ha hecho hombre para que nosotros podamos recibir una dignidad suprema: la dignidad de los hijos de Dios. Esto en la liturgia se llama intercambio. El Hijo de Dios ha participado de lo nuestro, de nuestra condición humana, para que nosotros podamos participar de la condición del Hijo de Dios: hijos con él, todos del mismo Padre".

Al respecto, cita que San Juan de la Cruz, contemplando el misterio de Santa María ante el Hijo recién nacido en el pesebre, aproximadamente, dijo lo siguiente: "María estaba como en pasmo, como asombrada, porque veía el misterio de Dios en el hombre y el misterio del hombre en Dios; el Hijo de Dios llorando, y nosotros, como hijos también de Dios, sonriendo porque, esos pucheritos, esas lágrimas del Hijo de Dios eran para nosotros portadoras de esperanza y de reconciliación".

"Buena Navidad para todos: para las familias, para los niños, para los enfermos, los ancianos. Que todos podamos estos días celebrarlo con la fraternidad que viene a anunciarnos el Hijo de Dios. Muchas gracias.

¡Feliz Navidad!", concluye Ricaro Blázquez.

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