Una provincia irreconocible

Desfiles, chirigotas, concursos... Los programas festivos de la provincia convirtieron los pueblos en una interminable sucesión de grupos en los que cabían desde el coche de los Cazafantasmas y un dragón chino en Peñafiel a los tres cerditos en Traspinedo, pasando por los pollitos de Mojados o un museo viviente en Tudela.

Precisamente fue Tudela, como es habitual, una de las localidades con mayor participación. Unos quinientos vecinos participaron en el desfile de carnaval. Desde dibujos animados como El Rey León y Alicia en el país de las maravillas a Alvin y las Ardillas o el tren de la línea Valladolid-Ariza, todos bailaron al ritmo de batucada y charangas.

En_Aldeamayor, el carnaval tuvo un lado benéfico. Los vecinos se volcaron, por segundo año, con la carrera solidaria de carnaval, que recaudaba fondos para la Asociación Española Contra el Cáncer. Los participantes, que acudieron disfrazados, consiguieron recaudar 900,32 euros a favor de la lucha contra el cáncer en una iniciativa organizada por el Ayuntamiento de Aldeamayor, con la colaboración del Club Juvenil El Caprichoso, Protección Civil y el CD Atletismo Aldeamayor, entre otros.

También hubo mucho público en el desfile por las calles de Íscar, con el tradicional desfile-cabalgata del carnaval amenizado musicalmente por la batucada de la Escuela Municipal de Música, que hizo su presentación en público, y la charanga Sonido Ibérico, y animado con un sinnúmero de personajes de la factoría Disney hasta el centro de la localidad.

Imaginación no faltó en ninguno de los casos, con disfraces muy trabajados especialmente los de grupo y con la buena suerte de que la meteorología decidió dejar para por la noche las peores noticias. La lluvia, que amenazó durante toda la jornada acompañada de fuertes vientos, permitió que los desfiles vespertinos salieran a la calle sin mayores dificultades, aunque los disfraces abrigaditos, está visto, son los más aconsejables por estas latitudes en estas fechas.