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Las bajas laborales por ansiedad y estrés aumentan el 38% en cinco años

Las bajas laborales por ansiedad y estrés aumentan el 38% en cinco años

La salud mental es la tercera causa de incapacidad temporal en frecuencia y la más duradera

Ana Santiago

Valladolid

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Domingo, 13 de mayo 2018, 01:02

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La crisis cambió el ritmo de los balances de incapacidad temporal. Las bajas laborales no descendieron en proporción al número de afiliados a la Seguridad Social, lo hicieron mucho menos. Después, la mejoría económica trajo la recuperación de la tendencia y el número de bajas remontó a cifras de 2012, aunque todavía no a las de antes de la recesión económica.

En cuanto a las causas de ese absentismo laboral, hace años que los trastornos de salud mental, el deterioro del equilibrio emocional, gana peso en el ambiente de trabajo y, cada vez, son más los casos de baja laboral por ansiedad, estrés, angustia o depresión que provocan una incapacidad transitoria. Son más, en números absolutos y proporcionales, y más largas. En Castilla y León, los trabajadores que no pudieron acudir a su puesto por estas causas fueron 8.152 el año pasado, un 38% más que cinco años antes. En 2012 fueron 5.910 las bajas por esta causa, dato similar al del año siguiente y que crece progresivamente por encima de los siete mil en 2015 y 2016, según datos de la Consejería de Sanidad del ya cerrado 2017.

Aumentan en números absolutos y también en proporción al montante de personas con empleo pasando del 0,6% al 0,9% en cinco años. Esta es la tercera causa de absentismo más frecuente -eso no cambia, al menos, en los últimos seis años-, pero la segunda de mayor duración de la baja.

Los problemas de espalda y músculo-esqueléticos y las gastroenteritis y colitis no infecciosas, por este orden, son los diagnósticos más frecuentes que provocan ausencia en el trabajo. Pero una lectura de los procesos con más días de baja sitúa a los trastornos de ansiedad y similares en segundo lugar, solo después de los que afectan al disco intervertebral que suman una media de 80 jornadas de baja pero que solo afectan a 1.968 personas, según datos de la Junta. Suman en total 110.010 días.

La media de los problemas de espalda es de la mitad, de 40 días, pero como afecta a muchos más afiliados, 14.636, supone para la Seguridad Social una suma de 598.555 jornadas. El peso de los trastornos emocionales es, en este sentido, también importante porque son los segundos con la media más alta, de 63,4 días en 2017; pero con 78,8 jornadas en 2015 o hasta 85,3 en 2012. Sumó 516.488 días de baja. Además la recaída por estos problemas de inadaptación o depresión no es extraña y más cuando la causa de la misma radica en el propio trabajo.

En Cifras

  • 171.127 bajas por incapacidad temporal se tramitaron en la región en 2017.

  • 20,1% es lo que aumentan las bajas laborales desde 2013.

  • 14.636 procesos por problemas de espalda.

  • 8.152 bajas por ansiedad, trastornos disociativos y somatomorfos (ocasionados por molestias que pueden ser difusas y que no pueden explicarse por una lesión orgánica).

Un ambiente laboral hostil, el mayor peso de trabajo sobre la persona, las cargas laborales mal repartidas, el estrés e, incluso, el maltrato psicológico y una cultura empresarial agresiva, «algo todavía muy habitual sobre todo en España y cada vez más descartado en las empresas modernas y productivas» son las causas que apuntan desde el Sindicato Médico (Cems) para explicar este importante peso de las patologías psicológicas.

Las explicaciones, para Mauro Rodríguez, de la Cesm, hay que buscarlas «en las nuevas situaciones laborales. Hay más trabajo pero las condiciones son muy precarias. La gente joven gana tan poco que si sigue en casa de los padres, pues bueno... pero si tiene que irse a otra ciudad, una vez que paga el alquiler, no le llega ni para alimentarse bien, pagarse un gimnasio, un fisioterapeuta o cualquier necesidad, trabajan mucho por poco, con fuerte presión y esto es muy desmotivador. Y entre los mayores, pues parecido, porque cada vez hacen más por menos, con un futuro incierto, pocas expectativas, miedo a perder el empleo... y muy explotados y poco valorados».

Este portavoz sindical profesional explica además que, «por ejemplo, en el caso más cercano para nosotros, el de los propios médicos de Atención Primaria, no se cubren bajas ni sustituciones, tienen que asumir los cupos de sus compañeros... es una gran sobrecarga así que los de Muface que pueden jubilarse a los 60, no dudan en hacerlo».

Además, las enfermedades físicas son más objetivas y se ha avanzado en el control de factores y en la protección en enfermedades profesionales... Salud Laboral funciona bien y ha conseguido grandes logros; pero las cuestiones psicológicas son más complicadas, no hay protección fácil frente a ello y ¿cómo sancionar un clima laboral agresivo? o ¿las consecuencias de malos sueldos y mucha explotación? Es muy difícil», añade este portavoz sindical.

No hay demasiados trabajos que analicen estos trastornos de salud mental en el entorno laboral. Un estudio de Ibermutuamur los analiza específicamente y destaca que estas patologías son ciertamente una causa muy importante de absentismo laboral en los países industrializados, con la consiguiente carga sociosanitaria e impacto económico que conllevan. Y apunta a los trastornos de adaptación como base de estos problemas. Sentencias judiciales hay al respecto que recogen este resultado de un mal trato laboral y también el debate de la responsabilidad social de las empresas generando bajas que podrían evitarse está a la orden del día.

Reconocimiento facultativo

El proceso de incapacidad temporal se inicia con un reconocimiento médico, generalmente es el facultativo de Atención Primaria de Sacyl, quien diagnostica un problema de salud que impide desarrollar el trabajo. El reconocimiento del derecho a la prestación económica se realiza por parte del Instituto Nacional de la Seguridad Social, previa emisión del parte de baja.

En Castilla y León se tramitaron a lo largo del año 2017 un total de 171.127 bajas temporales (48,5% hombres y 51,5% mujeres), un 3,5% más que el año anterior, lo que supone una media de 14.261 bajas al mes. En el período entre 2008 y 2013, el número de bajas tramitadas en la comunidad tuvo una tendencia descendente. Desde entonces, el número de partes aumentó un 20,1%.

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