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Una de las nuevas cajetillas.
El endurecimiento de la ley antitabaco cumple cinco años con la mitad de sanciones

El endurecimiento de la ley antitabaco cumple cinco años con la mitad de sanciones

Las inspecciones bajan el 48% y mejora el cumplimiento de la normativa en la hostelería

Ana Santiago

Martes, 31 de mayo 2016, 21:08

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Han pasado cinco años desde que se endureciera la ley antitabaco, una segunda versión en 2011 de la de 2006, que afectó sobre todo al sector hostelero. En este tiempo, ya se puede hablar de una normativa consolidada, normalizada. Y al dejar de ser noticia, también ha dejado de provocar polémicas y rebeliones. El respeto a la ley es bastante serio en general, real, al menos dentro de los bares y restaurantes urbanos. Los de los pueblos se escapan más frecuentemente. Es fácilmente comprobable en muchos donde los bares mantienen ese viejo color y olor a humo. También burlan la normativa recintos que, aunque abiertos, son centros sanitarios, parques infantiles o marquesinas de reducido tamaño o acotadas en sus tres cuartas partes.

La puesta en marcha de la nueva ley potenció las inspecciones. Muchas y exhaustivas. Y, en correlación con ello, muchos expedientes y sanciones. La corrección de los fallos en la cartelería, las multas que pagaron hosteleros por el cigarrillo del cliente insistente y pesado en presionar para fumar «ahora que ya no hay gente»... y el descenso de estos controles de Salud Pública, porque se estima que ya no es tan necesaria tal presión y que hay más costumbre de cumplir, se reflejan en unas cifras que recogen una clara reducción de actividad. Las inspecciones bajaron el 48% y las sanciones, a la mitad en este lustro. El primer año de endurecimiento de la ley, las visitas oficiales a centros de trabajo, de hostelería, educativos, polideportivos, kioscos... llegaron a las 8.412, con 344 expedientes abiertos pero solo 172 sanciones. La inspección, oficial o por denuncia, abría ese primer año más espacio a la corrección de los motivos de multa con una nueva legislación de lo que lo haría los sucesivos ejercicios. El año 2012 registró muchas más sanciones 328 concretamente, con menos controles 6.599. El siguiente ejercicio mantuvo cifras parecidas 6.376 inspecciones y 320 multas y este descenso se hizo más radical en los últimos dos ejercicios cerrados. En el año 2014, las visitas desde Salud Pública fueron 5.732 y las multas ya bajaron a 215. El pasado año se cerró con ya solo 4.432 inspecciones y apenas 161 sanciones.

El ahorro de dejar de fumar

  • El ahorro que supone dejar el tabaco permitiría a los españoles pagar el 5% de su vivienda, tal y como muestra un estudio realizado por el portal inmobiliario www.pisos.com. El análisis tiene en cuenta el gasto anual en tabaco de los hogares españoles reflejado por la Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística y los informes de precios de venta y alquiler realizados por el portal. En Castilla y León, el cálculo es que un fumador habitual que poseea una hipoteca media, pagaría el 5,81% de su deuda si fuera capaz de arrinconar la cajetilla.

Y conforme bajan las sanciones, casi todas de oficio por denuncia casi solo en la hostelería, desciende el consumo y aumenta la demanda de terapias para dejar de fumar. La venta de cigarrillos, con oscilaciones a la baja más marcadas cada vez que hay novedades normativas y en cada mes de enero, registra un descenso permanente desde el año 2008. También ayudado por la crisis y el aumento de precio del tabaco con la subida de impuestos; de hecho, el menor tratamiento fiscal del cigarrillo de liar puede relacionarse con el hecho de que es la única modalidad que ha aumentado sus ventas. En Castilla y León ha pasado desde 2008, año que registra su mayor consumo con 232.342.699 cajetillas, a 125.5036.060 de 2015, último año cerrado al completo. El consumo del tabaco de liar pasó de 516.326 bolsas o latas en 2004 a 805.639 en el año 2007. Descendió considerablemente en 2008, año en el que sube el la venta de cigarrillos, y sube de nuevo hasta 204.262 en 2011; 267.587 en 2012 o 275.597 en 2015 menos, no obstante, que en 2014 con 282.075. Los datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos del Ministerio de Hacienda y Administraciones públicas recogen una gran oscilación en la opción de la pipa. Baja bruscamente en 2008 al pasar de 80.368 a 5.119, medido en kilos, y remonta hasta los 54.883 para volver a descender de forma progresiva hasta 29.779 el cerrado ejercicio. Los puros ascienden paulatinamente con la excepción de los años 2006 y 2011 y pasa de consumos que superan los 96 millones de unidades a los 46, con la prohibición del tabaco en restaurantes, lugares de ocio y eventos. Estos cigarros son especialmente habituales en bodas y otras celebraciones. El año pasado se vendieron 174.453.264, un par de millones menos que el ejercicio anterior.

Los datos de consumo, a través de estudios y encuestas, son muy variables según el organismo que los realice; pero coinciden en el descenso progresivo y actualmente ronda el 31,5% la población fumadora en Castilla y León. En las mujeres, la prevalencia es más preocupante.

No obstante, los datos de las terapias para dejar de fumar permiten hablar con optimismo. La demanda a Sacyl de los programas de deshabituación tabáquica crece, claramente. El último año acumuló 68.022 personas que pidieron este tipo de ayuda a su médico de familia, fueron 9.351 más que en 2011. También la Asociación Española contra el Cáncer suma importantes cifras al respecto. Tres mil personas en España más de doscientas solo en Valladolid y bajo su lema Sal conmigo del tabaco impulsa las terapias y su ayuda para abandonar el cigarrillo.

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