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Una médico toma nota en la consulta
El 39% de los especialistas trabajan a la vez en la medicina pública y privada

El 39% de los especialistas trabajan a la vez en la medicina pública y privada

Los facultativos intentan complementar sus «bajos» sueldos con consulta propia o guardias

Ana Santiago

Viernes, 1 de abril 2016, 06:46

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La polémica siempre está servida con este tema. Los defensores de la exclusividad del trabajo de los médicos para el sistema público argumentan que son muchas las horas de trabajo; lo que hace difícil estar con todos los sentidos en la privada para dar una asistencia de calidad. También alegan que muchos médicos abandonan su consulta en el hospital de Sacyl para atender una urgencia o un parto en la privada. Incluso, también se pone sobre la mesa intereses espurios en la línea de ralentizar la asistencia pública para engrosar las listas de espera y, con ellas, favorecer las derivaciones de la Junta a la privada o la opción de pagarse la atención.

El otro lado de la moneda defiende la libertad profesional como ocurre con cualquier otro funcionario; la ética de quien compatibiliza actividades y da lo que tiene que dar en cada ámbito; la legislación que pone límites al ejercicio profesional doble y la administración que controla, o debería hacerlo, el cumplimiento de horarios y objetivos y la posibilidad de complementar unos sueldos públicos que «son bajos por ello nos vamos a la privada» y de desarrollo profesional porque la organización pública «no siempre permite crecer, no a todos», apuntan algunos de estos profesionales.

Y ambos bandos defienden sus fortalezas y atacan las debilidades contrarias. Medios, calidad asistencial y recursos, en la pública. Atención personalizada, libre elección de médico y sin demoras y mayor intimidad, en la privada.

Efectivamente, es sabido, que hay ginecólogos con nombres y apellidos concretos de hospitales determinados que abandonan su consulta pública a media mañana para atender un parto y que juegan con los tiempos de forma al menos sospechosa. Sabido es también que los viernes a última hora de la mañana la plantilla de Sacyl parece haberse reducido en el hospital. También a la privada se le acusa de prácticas inadecuadas como las de prescribir más pruebas de diagnóstico de las necesarias o hacer rotar al paciente por varias consultas para engrosar la cuenta. Todo ello puede ocurrir, o no.

Hay muchos especialistas con ética y responsabilidad, que responden bien en cada ámbito de trabajo. Hay que tener en cuenta además que ningún médico de la pública puede operar por derivación de Sacyl en la privada. Y, también, que la mayoría de la privada está bajo las manos de las aseguradoras que tampoco permiten, así como así, el paso de una técnica de diagnóstico a otra para aumentar facturas. Ellas pagan. Además, está la seriedad de la mayoría de los profesionales, sin despreciar la capacidad del paciente para discernir o cuestionar si tanta prueba es necesaria. «Esto es más bien una leyenda médica», apunta algún médico. La polémica siempre está servida en este terreno y rodeada de muchos prejuicios. Ello hace también que algunos médicos de la pública desprecien los resultados de analíticas o pruebas de la privada y las repitan absurdamente con el coste y tiempo que ello supone.

La legislación vigente les exige, como a cualquier empleado público, solicitar de forma específica la compatibilidad. Según los datos facilitados por la Consejería de Hacienda, responsable de dicha tramitación, son 1.472 los médicos de Sacyl a los que se les ha concedido. Aunque hay médicos de Familia que también trabajan en la privada, la inmensa mayoría de los que están en las dos redes asistenciales son especialistas hospitalarios y dado que dicha plantilla es de 3.808 facultativos, cabe estimar que tienen doble actividad en torno al 39%. Y son Ginecología, Pediatría y Traumatología, seguidas de Oftalmología, las especialidades donde es más habitual esta demanda privada, sin olvidar a los odontólogos que, dada la escasa cobertura pública de la salud bucal, el trabajo de estos profesionales se centra en la privada y además, fundamentalmente, de forma exclusiva y además con pago de bolsillo porque los cuidados de la dentadura tampoco están bien cubiertos por la pólizas privadas ordinarias.

La legislación vigente exige que la práctica privada no supere el número de horas equivalente a la mitad de las que se hacen en Sacyl; que no haya conflicto de intereses y que ambas labores no coincidan en horarios. Tampoco pueden tener conexión con su actividad para la administración y los ingresos en el otro trabajo no pueden superar un determinado porcentaje de lo que cobran de las arcas públicas, según datos facilitados por el Sindicato Médico.

El riesgo de ejercer un trabajo al margen de la administración sin el pertinente permiso de compatibilidad conlleva duras sanciones, incluidas suspensiones de empleo y sueldo o apartar al trabajador del servicio tal y como recoge la normativa de compatibilidades y de función pública. Sin embargo, no hay un seguimiento de oficio del cumplimiento de estos requisitos y solamente se actúa bajo denuncia.

En el caso de Castilla y León, aunque cualquiera de los más de 80.000 trabajadores de la Junta pueden solicitar esa compatibilidad; la gran mayoría de los que lo hacen están relacionados con la sanidad. Así, dos de cada tres funcionarios que piden compatibilidad son sanitarios, la mayoría médicos, aunque también hay enfermeras, auxiliares o celadores.

Hasta hace unos años, el dedicarse solo a las consultas de Sacyl tenía su compensación económica; pero el complemento de exclusividad hace tiempo que se transformó en el específico y lo cobran todos los médicos, trabajen en uno o dos ámbitos. Solo Galicia, Andalucía y Asturias mantienen una prima por la dedicación exclusiva al sistema público. En Castilla y León ocurrió en el año 2009. Después de un largo recorrido judicial, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León ratificó el Decreto 53/2008 del 17 de julio sobre la modificación de las cuantías del complemento específico del personal médico, tanto de Primaria como Especializada o Emergencias. Un plus salarial heredero del citado de exclusividad y cambiado de nombre para evitar cualquier conflictividad con la legislación de incompatibilidades. La resolución judicial estableció, un 24 de julio de aquel año, que los médicos cobrarían un complemento independientemente de que tuvieran o no consulta privada, con un modelo que equiparó al alza los sueldos.

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