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Una vecina de la localidad palentina de Villada adquiere un fármaco con receta electrónica.
La falta de conexión por Internet deja sin receta electrónica a 589.573 pacientes

La falta de conexión por Internet deja sin receta electrónica a 589.573 pacientes

La incomunicación impide en 3.675 pueblos acceder a pruebas o tramitar una baja laboral

Ana Santiago

Miércoles, 30 de marzo 2016, 12:03

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Oscuridad. Es lo que sufre buena parte de la zona rural de Castilla y León en tecnología y, especialmente, en la aplicada a la atención sanitaria. Una desconexión informática que impide que los médicos de 3.675 consultorios, los ubicados en pueblos de menos de cinco mil habitantes la mayoría no supera el centenar de vecinos, acceder a Internet y, por lo tanto, a un análisis clínico, pruebas de diagnóstico, alertas sanitarias, tramitar consultas hospitalarias en el momento o una baja laboral inmediata, entre otros. Y, ahora, tampoco podrá incorporar la receta electrónica para que los 589.573 pacientes dependientes de estos consultorios y cuantos se suman en periodos vacacionales y fines de semana al pueblo puedan disfrutar de las ventajas, que son muchas, de contar con esta forma de prescripción que libera tiempo del médico y el enfermero y del usuario de Sacyl.

La Consejería de Sanidad se ha sumado tarde, muy tarde, a la implantación de la receta electrónica. Es la última comunidad de España en ponerla en marcha, las demás tienen prácticamente todas un desarrollo superior al 50% y la mayoría supera el 95% de implantación. Pero este retraso de años parece haberse descongelado en el presente ejercicio y, tras las pruebas y aplicación en 70 pueblos con centros de salud y farmacia, tiene un calendario de extensión a otras localidades grandes rurales y a las zonas urbanas. El plan es sumar al plan en esta nueva fase 139 centros de salud de los 246 que tiene Castilla y León.

Sin embargo, la carencia de comunicaciones hace prever que desde luego ni a corto ni a medio plazo pueda ser una realidad para los citados miles de habitantes que viven en localidades muy pequeñas. Y, desde muchos de los ayuntamientos afectados es algo que cuesta entender. En primer lugar porque algunos disponen de portales digitales administrativos, de conexiones que ofrecen a Sacyl para que su médico pueda entrar en Internet; pero es una oferta sin éxito. Otros muestran su disponibilidad a que igual que hacen con el local, la luz, la limpieza y el mantenimiento en general, puedan hacerse cargo de un gasto más bien anecdótico, aseguran para facilitar esta comunicación. También es una propuesta rechazada. Mientras, Sacyl no da explicación oficial sobre sus planes para esta oscuridad de las zonas rurales y busca soluciones, según informan fuentes de la Junta, en ampliaciones presupuestarias para conexiones informáticas, que cuantifican algunas fuentes sanitarias en 3,5 millones de euros. Las mismas fuentes también hablan de que «no todo vale porque hay que garantizar la seguridad de los datos de los pacientes». Otros apuntan a intereses poco claros para favorecer a alguna operadora en concreto;pero el concurso todavía no es una realidad. Debería salir publicado en Bocyl este mismo año.

Sin embargo, apuntan algunos de los afectados, los inspectores del Instituto Nacional de la Seguridad Social «sí tienen acceso a la red de Sacyl mientras a los propios médicos se les pone trabas en los consultorios locales».

Con esta imposibilidad, el médico de estos pequeños pueblos adscritos a un centro de salud del área tienen que volver a este ambulatorio a descargar los datos y actualizar los registros y no siempre cuando acaban de pasar consulta pueden hacerlo debido a la hora, la distancia o las visitas a domicilio.

Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valladolid, Juan de Dios Jódar, explica que aunque ha tardado «ahora el despliegue de la receta electrónica avanza bien. Nosotros hemos pedido que tengan prioridad aquellos pueblos que tienen farmacia porque ha hecho el esfuerzo y el desembolso para instalar el programa necesario y son pocos lo que quedan fuera en este sentido». Respecto a una posible penalización que Sanidad debe pagar a los colegios de farmacéuticos por no facilitar el acceso informático de algunos consultorios, que algunas fuentes cifran en 80.000 euros, el presidente de la organización colegial destaca que «lo que hay es un compromiso de Sacyl de pagar los gastos de la farmacia hasta que el consultorio emita recetas» y no una multa al respecto. También destaca que la conexión no es algo fácil «porque debe ser rápida y de garantías, de un entorno seguro porque son datos muy sensibles».

Organizaciones médicas

Los médicos afectados también han manifestado sus quejas por esta falta de acceso para «simplemente hacer el seguimiento del Sintrom (fármaco para pacientes anticoagulados) y el envío y la recepción de los resultados en el mismo día sin que los usuariosse tengan que desplazar para ello al centro de salud». Hay además muchas personas mayores en las zonas rurales y «esto les exige desplazarse al menos una vez al mes». Las organizaciones colegiales se han manifestado en la misma línea.Así, hace días ya lo hicieron los colegios de Salamanca y Segovia. El primero elaboró un informe sobre la situación de la AtenciónPrimaria que recoge tal problema. «La realidad del primer nivel asistencial en Salamanca es que es deficiente. En primer lugar, por el programa informático Medora, con consultorios médicos sin estar conectados» y en cuanto al usado en los hospitales, el Jimena, «se ha realizado una interconexión sui géneris entre ambos, pero no existe una verdadera integración de la historia clínica», afirma este trabajo. Por su parte, el presidente de la organización segoviana, Enrique Guilabert, destacaba respecto a la receta electrónica que «el problema es que va a haber distintas velocidades. Si no cambia la situación y los hábitos informáticos, la implantación no llegará al 50%».

Similares reflexiones realiza el presidente del Colegio de Médicos de Valladolid, Antonio Otero, que lamenta las diferencias en la accesibilidad a las nuevas tecnologías para la asistencia. En primer lugar rechaza las carencias y fallos generales del programa Medora; pero va más allá. Reclama este facultativo un estudio, «una reorganización de la AtenciónPrimaria aprovechando la nuevas tecnologías que pueden facilitar una atención más a demanda y evitar que el médico solo se desplace para emitir una receta».

En la misma línea, la nueva presidenta de la Sociedad Castellana y Leonesa de Medina de Familia y Comunitaria (Socalemfyc), Elvira Callejo, apuesta por una revisión de la asistencia especialmente en las zonas rurales, por estudiar cada una «porque en ocasiones puede ser mejor facilitar el traslado del paciente para que tenga acceso a todo lo que ofrece un centro de salud. Hay médicos que atienden solo a cincuenta pacientes... Hay que reflexionar al respecto, no se trata de quitar servicios sino de reorientarlos, de mejorar su calidad, de racionalizar la atención».

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