La mitad de los enfermos de la región que necesitan cuidados paliativos no los reciben

Miedo. Inseguridad en la toma de decisiones y desconocimiento. Angustia y abandono. Toda una carga emocional que se suma al dolor físico cuando la muerte ya está cerca. Para el que se va y para los que lo acompañan. En una sociedad donde los avances médicos y la ciencia progresa con pasos de gigante, la muerte en cambio no siempre encuentra un camino digno. Y no es ni por falta de conocimientos terapéuticos ni de formación, ni de voluntad o cultura que aprecie la ética de dar dignidad al fallecimiento como se presta toda la asistencia al nacimiento. Hay profesionales preparados y otros dispuestos a estarlo, se sabe qué hace falta y el cómo y el dónde y ni siquiera es un problema de facturas porque el coste no sería muy alto en buena parte se trataría de reordenar recursos y aprovechar los medios que ya hay conectándolos en red ; pero además esta asistencia es rentable, diversos estudios demuestran que prestar tales atenciones evitan ingresos hospitalarios y urgencias y, por lo tanto, que se dispare el gasto sanitario.

La canción ya suena a vieja. Lo dice la Organización Médico Colegial, las sociedades científicas en particular las de paliativos y la de médicos de familia organizaciones no gubernamentales como la AsociaciónEspañola Contra el Cáncer (AECC), una directiva europea, la Organización Mundial de la Salud que pide atender a todos no a porcentajes y hasta algún político en los debates parlamentarios;pero se sigue sin dar una respuesta suficiente y la canción tiene que volver a sonar: Solo se llega a la mitad de los casos. Y se deja especialmente abandonados a los enfermos que no padecen cáncer, al ser los procesos oncológicos los que más tradición tienen en cuidados paliativos. Enfermos renales, cardiacos, de digestivo o aparato respiratorio, de patologías degenerativas y un tremendo largo etcétera también requieren esta atención y, actualmente, solamente en torno al 20% de estos pacientes les llegan los cuidados paliativos. Así lo explica la doctora Carmen de la Fuente Hontañón, de Valladolid, y vicepresidenta de Paliativos Sin Fronteras y el doctor Daniel Ramos, que es el coordinador del grupo de cuidados paliativos de la Socalemfyc, la sociedad científica de los médicos de familia.

El martes 6 es el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, una jornada anual para recordar esta asignatura pendiente de la asistencia sanitaria. Según explican los citados especialistas, la atención hospitalaria especializada en cuidados paliativos, aunque tiene que mejorar, en algunas provincias está relativamente ajustada a las necesidades; aunque el mapa de recursos es de lo más variado. Especialmente bien atendida está Segovia en su servicio de Geriatría. El resto de las provincias cuentan con camas específicas en unidades de los hospitales de Sacyl con la excepción de Burgos y Valladolid; en la primera hay un concierto con el centro San Juan de Dios en función de necesidades y donde «es claramente escaso es en Valladolid con solo nueve camas en el Hospital Benito Menni», destaca Carmen de la Fuente.

El doctor Ramos añade que «hacen falta sobre todos centros de media estancia y completar los equipos, que son de médico y enfermera específicos para estos cuidados y formados para ello y también con psicólogo, fisioterapeuta y trabajador social, aunque atiendan en este caso desde varios equipos».

En cuanto a la atención a domicilio, el panorama mejoró al asumir, en 2009, Sacyl esta atención que entonces prestaba la AECC, porque abrió el mapa de atención antes limitado a un radio de 20 kilómetros y a todo tipo de patología;pero la dotación es escasa dado que solo hay un equipo por provincia en Soria que no hay ninguno, todo son ingresos salvo en Salamanca y León que cuentan con dos y Burgos y Valladolid que disponen de tres; aunque en esta segunda provincia dos son específicos y, el tercero, reparte su tiempo con la unidad de hospitalización a domicilio. Destaca Daniel Ramos que «esté donde esté el enfermo tiene que recibir, cuando lo necesite, los cuidados paliativos sin límites ni de enfermedades ni de distancias», algo especialmente importante en una comunidad con mucha dispersión geográfica, un alto envejecimiento y muy rural. La experiencia marca que el 30% de los pacientes en situación terminal quieren irse a morir a su casa. La atención a domicilio sería labor de un equipo de paliativos en coordinación con el médico de AtenciónPrimaria y de Especializada. «Se trata de dar un soporte psicoemocional, además de clínico», destaca el doctor Ramos.

Ambos especialistas en esta atención final destacan que hay ONG, voluntariado, camas públicas y privadas, en residencias de mayores.... muchos recursos que funcionando en red y con la potenciación y mejora de algunos recursos sería suficiente. «Hay que diseñar el camino y que sea una apuesta de la Administración, hospitales, a domicilio, profesionales...», destaca Ramos.

La Sociedad Española de Cuidados Paliativos establece como indicador la necesidad de un equipo por 80.000 habitantes. Castilla y León no se sitúa bien en este sentido al carecer de ocho unidades para alcanzar las recomendables en función de su población de 2,5 millones de habitantes, según este Informe de la situación actual en cuidados paliativos de la AECC que también revela que solo hay nueve autonomías que ofrezcan información para pacientes y familiares, entre ellas, Castilla y León.