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«El próximo curso ofertaremos varios centenares de plazas para maestros»

«El próximo curso ofertaremos varios centenares de plazas para maestros»

Fernando Rey, consejero de Educación

Antonio G. Encinas

Domingo, 6 de septiembre 2015, 09:35

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El despacho está cambiado. Tiene más luz. Fuera el papel pintado de las paredes, de los tiempos en los que lo ocupó Tomás Villanueva, y bienvenida la pintura blanca, lisa. Un par de cambios de cuadros, reemplazados por otros que ya estaban en la casa, y poco más. Ni siquiera en el organigrama, donde el nuevo consejero de Educación, Fernando Rey, ha decidido que continúen todos salvo los dos cambios obligados, los directores generales de Universidades y de Formación Profesional, que al igual que el consejero Juan José Mateos ya habían anunciado su marcha con anterioridad a que se celebraran las elecciones autonómicas. «Cuando un delantero está en racha, no se le cambia», explica con sencillez y rotundidad el nuevo inquilino de este despacho en el Monasterio de Nuestra Señora de Prado.

Y así, con esta escena y esta frase, se puede resumir la voluntad de Fernando Rey para estos cuatro años. Continuidad, pero con matices. Porque anticipa que los resultados de Castilla y León en Educación son muy buenos, aunque hay cosas que, asegura, todavía pueden mejorarse. «He pasado tantas horas imaginando que las cosas se podían hacer mejor y que me gustaría llevarlas a cabo si es posible...», confiesa. Así que no pudo decir que no a la oferta de Juan Vicente Herrera para convertirse, él mismo, en el matiz de otra línea continuísta, la del Gobierno autonómico. «Y es difícil decirle que no a Herrera. Esa ha sido condición esencial, que él fuera mi jefe. Y que la oferta tuviera que ver con la Educación, que es mi vida».

Superada la primera fase «de inmersión», obligada para alguien que procede del mundo universitario y que ahora debe enfrentarse al inabarcable paisaje de la enseñanza no universitaria en la comunidad más extensa de Europa, ha comenzado ya a deslizar sus matices.

Y en esta ocasión, nada continuístas, por cierto.

«La reivindicación de las localidades como Arroyo, La Cistérniga, Simancas, Villaquilambre, Villares de la Reina y Carbajosa de la Sagrada, de contar con un instituto de enseñanza Secundaria propio, es razonable», dice para empezar. Y añade: «Son un objetivo a atender». Abre así la puerta a algo que parecía vedado por cuestiones presupuestarias en estos años de recortes. «La situación de estos seis municipios responde al fenómeno del boom de los alfoces de las capitales. Pero no podemos poner ruedas a colegios e institutos. Y además hay otros centros con profesores pero sin alumnos, y eso nos obliga a reorientar el mapa de centros».

¿Se van a construir esos institutos entonces? ¿Y cómo, cuándo, con qué dinero? Pues esas son preguntas que se responderán poco a poco y siguiendo una serie de criterios, según el consejero. «Hay que establecer criterios objetivos para priorizar, porque no hay dinero para afrontar las necesidades de los seis. Solo la construcción de un Instituto de Enseñanza Secundaria supone cerca de seis millones de euros, a los que hay que añadir el coste del profesorado, otros tres millones como promedio. Y eso nos acerca a una cifra muy elevada». Ciertamente, si a eso se le suma el equipamiento, colocar un instituto en una de esas localidades supone una inversión de diez millones de euros. Por seis municipios, sesenta millones. Y todo con un presupuesto de unos 1.800 al año para toda la Consejería que en tiempos antecrisis llegó a disponer de 2.200, lo que da idea de cómo de lento y analítico va a resultar el proceso.

«Hay que tener en cuenta, además, que las necesidades de escolarización están atendidas», señala, «porque hay alumnos derivados a centros que están muy cerca y se les traslada en autobús de forma gratuita», dice. Aunque se apresta a recordar: «Lo deseable es que reciban atención en el municipio en el que residen».

Nuevas plazas

En Secundaria, al menos, este año habrá 441 profesores funcionarios nuevos, después del concurso público que se realizó en junio. Algo que palía en parte los problemas derivados de la tasa de reposición y del techo de gasto, que mermaron las plantillas en los años anteriores. El anterior consejero ya reconvino al exministro Wert sobre la necesidad de acabar con la tasa de reposición. Apenas pudo contentarse con la ampliación del 10% al 50% cinco plazas de funcionario por cada diez jubilaciones, y una de las primeras cosas que reclamó Rey en las reuniones iniciales con el nuevo ministro, Íñigo Méndez de Vigo, fue eso mismo. Acabar con la tasa de reposición. Y en eso el nuevo consejero ha tenido más suerte.

«Tuve ocasión de defenderlo ante el nuevo ministro en julio y en la conferencia sectorial en agosto. Se ha podido llevar la tasa al 100%», dice con satisfacción. Y anuncia: «Se va a poder realizar una oferta de empleo para maestros el próximo curso con una cantidad aún por precisar pero ya significativa, con varios centenares de plazas».

Una provisión de plazas que resulta urgente a todos los niveles, dado el elevado índice de interinidad con el que acabó el último curso en Castilla y León. Y eso incluye a las universidades, donde además se han detectado otros problemas graves, como el envejecimiento de las plantillas. En ese caso se incluyen matices, respecto a esa famosa tasa de reposición, que Fernando Rey considera que deben pulirse aún. Por ejemplo. Cuando la tasa era del 50%, se podían contratar cinco profesores funcionarios por cada diez jubilados. Pero si un profesor titular se convertía en catedrático, se contabilizaba como uno de esos cinco, a pesar de que no supone contar con un profesor más. Eso ha paralizado muchas carreras en la UVA, donde el número de catedráticos es de poco más de 250, un 10% del profesorado. «Soy partidario de que ciertas plazas de profesor no consuman tasa de reposición, pero eso depende del Gobierno, y ya he tenido ocasión de pedírselo al ministro y no me cansaré de recordárselo».

Acuerdo por la Universidad

Parece claro que Fernando Rey va a dar guerra al nuevo ministro. Sobre todo porque un consejero que ha ocupado cargos como presidente del Consejo para la Promoción de la Igualdad de Trato y no Discriminación de las Personas por su Origen Racial o Étnico, patrono de la Fundación Secretariado Gitano, presidente del Comité Técnico de elaboración del II Plan nacional de derechos humanos y presidente de UNICEF Comité Castilla y León, tiene por fuerza un punto de luchador utópico del que hace gala. Lo demuestra su postura respecto a la situación de las universidades. «Las universidades se enfrentan a un problema importante de envejecimiento de las plantillas. Y no hay relevo, no hay suficiente número de profesores jóvenes, y estos no se improvisan de un día para otro, su formación requiere muchos años. Es un asunto nacional relacionado con la demografía, y debería acudirse a un pacto en la educación universitaria. Es fundamental llegar a acuerdos sobre estos temas de tanto calado».

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