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Un buitre y un lobo hallados muertos en Tierra de Campos.
El envenenamiento de animales causa el cierre de 28 cotos de caza en la comunidad los últimos quince años

El envenenamiento de animales causa el cierre de 28 cotos de caza en la comunidad los últimos quince años

Desde el Seprona se destaca que los dispositivos de vigilancia y las campañas de concienciación están dando sus frutos y se está logrando reducir el número de casos

el norte

Domingo, 21 de junio 2015, 17:21

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Desde que en el año 2001 la Junta de Castilla y León estableciera medidas cautelares para luchar contra el uso de cebos envenenados, un total de 28 cotos de caza ha sido clausurado temporalmente en la comunidad tras la aparición de animales muertos por esta causa.

Afortunadamente, desde el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) se destaca que gracias a los dispositivos de vigilancia puestos en marcha en los últimos años, así como las operaciones policiales llevadas a cabo y a las campañas de concienciación, esta dañina práctica contra la fauna está comenzando a disminuir en Castilla y León.

El capitán Juan Carlos Espinosa, coordinador del Seprona en Castilla y León, destaca que aunque aún son muchos los casos que se registran y en lo que va de año se han encontrado muertos por envenenamiento 58 animales en la Comunidad, en los últimos años la situación está mejorando y tanto la gravedad como el número de casos se está reduciendo.

Para Espinosa, además del trabajo de la Guardia Civil, que en la actualidad tiene en marcha varias investigaciones, son claves también el cierre cautelar de los cotos por parte de la Junta y la labor de los medios de comunicación alertando de las consecuencias de esta terrible práctica.

El uso de cebos envenenados en el medio natural, que constituye una de las prácticas más lesivas para la conservación y supervivencia de numerosas especies de la fauna silvestre, muchas de ellas amenazadas y algunas incluso en peligro de extinción, es una práctica prohibida por la legislación vigente, tanto nacional como autonómica y está tipificada como delito por el Código Penal, donde se establecen penas de prisión de hasta dos años.

El último coto que se ha cerrado en Castilla y León está en la localidad vallisoletana de La Pedraja de Portillo, donde la Dirección General del Medio Natural de la Junta suspendió el aprovechamiento cinegético el pasado mes de mayo después de que desde el año 2009 aparecieran en el mismo ocho milanos reales muertos, especie en peligro de extinción, tres zorros y dos cornejas negras.

Como en el resto de los casos, además de practicarse las correspondientes necropsias de los cadáveres, en las que se concluyó que la muerte de estos animales se debió a una posible intoxicación, el laboratorio Forense de Vida Silvestre confirmó en varios informes toxicológicos la presencia en los animales muertos de aldicarb, una sustancia altamente tóxica para las aves y mamíferos.

Por provincias, Ávila se lleva la palma con el cierre de nueve cotos: Riocabado, El Oso, Gotarrendura, Las Berlanas, Peñalba de Ávila, Pozanco, Mingorría y Santo Domingo de las Posadas, todos en el 2010, a los que el pasado año se sumó el de Cardeñosa. En Segovia se han cerrado cuatro, los de Melque de Cercos y Paradinas, en 2001, y los de Cantimpalos y Yanguas de Eresma (2009).

En Soria el cese de la actividad cinegética afectó a Miño de San Esteban y Fuentecambrón (2003) y a Ágreda y Santa María del Prado (2012), mientras que en Zamora también fueron cuatro los cotos sancionados Castropepe (2007), Bermillo de Sayago y Villar del Buey (2010) y Torres del Carrizal (2014). En Salamanca el único caso se registró en 2010 el coto de Aldeanueva de Figueroa, mientras que en Valladolid, además de La Pedraja de Portillo también se clausuró en 2009 el coto de La Unión de Campos. En Palencia se vieron afectados Valdecañas de Cerrato y Antigüedad (2007) y en Burgos Castrojeriz (2008) y Pampliega y Villaquiran de los Infantes (2007).

Hasta el pasado mes de mayo se han recogido en la Comunidad 58 animales fallecidos por envenenamiento, entre los que figura un águila imperial ibérica, localizada en mayo en el término segoviano de Domingo García, episodio en el que también aparecieron envenenados 18 animales, entre los que se encontraban cinco milanos negros, dos milanos reales y un zorro.

Uso de cebos

El uso de cebos envenenados fue una práctica legal en España hasta 1983, reconocida incluso en la Ley de Caza de 1879, aunque su puesta en práctica llevó al borde de la extinción a numerosas especies de aves rapaces que sólo comenzaron a recuperarse tras prohibirse su utilización.

La estricnina, el veneno más común utilizado hace unos años, ha sido sustituido ahora por herbicidas o pesticidas que se pueden adquirir legalmente en cualquier establecimiento de productos fitosanitarios y cuya ingesta, aunque sea en pequeña cantidad, es mortal para un sinfín de animales. Basta introducir una pequeña cantidad de estos compuestos químicos en un trozo de carne para elaborar un cebo mortal, aunque en el caso de productos como el Temik, una dosis grande puede ser letal para cinco niveles de la cadena trófica.

Aunque la mayor parte de los envenenamientos están relacionados con la explotación cinegética y, según datos de la Guardia Civil, el 80 por ciento de los casos se registra en fincas dedicadas a la caza, en menor medida también hay que buscar entre los responsables de este delito a los ganaderos que pretenden acabar con los ataques que las explotaciones extensivas de ovino sufren por parte de los zorros y los lobos.

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