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Personal sanitario atiende la UCI del HospitalClínico de Valladolid.
6.095 ciudadanos firman instrucciones sobre su cuidado en caso de enfermedad terminal

6.095 ciudadanos firman instrucciones sobre su cuidado en caso de enfermedad terminal

Mujer y con más de de 57 años es el perfil más frecuente de quienes hacen un testamento vital

Ana Santiago

Miércoles, 3 de junio 2015, 21:10

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Alivia y ayuda a la familia y al equipo médico que atiende el caso de una persona que ha entrado en grave deterioro y ello la incapacita para tomar decisiones sobre su propia salud. Si reanimar o no, si aplicar terapias artificiales que prolongan la vida, si donar o no los órganos, tratamientos paliativos, un posible destino del cuerpo para investigación... son decisiones difíciles de tomar, con multitud de aspectos éticos, de cultura y personales que influyen en cada elección y quién mejor las puede tomar que la propia persona, cuando aún no está en tal situación y es probable que no llegue a estarlo nunca cuando disfruta de todas sus capacidades y en una situación de reflexión, conciencia y serenidad. También cuando el diagnóstico de una enfermedad anuncia un final difícil.

Es el documento de voluntades anticipadas o de instrucciones previas o el testamento vital. Está claro: Es dejar por escrito y con garantías legales los propios deseos sobre potenciales cuidados, siempre dentro de la legislación vigente, claro está.

La Consejería de Sanidad puso en marcha el Registro de Instrucciones Previas en el año 2008 y, desde entonces, ampara 6.115 documentos con las instrucciones de ciudadanos de Castilla y León; de ellos, 6.095 contienen indicaciones sobre tratamientos y cuidados y hay solo 23 que únicamente dan instrucciones sobre qué hacer con el cuerpo. Esta base de datos está conectada informáticamente a un registro nacional y al correspondiente fichero automatizado de datos de carácter personal. Todos médicos pueden acceder a él llegado el caso, una forma de garantizar el respeto a los deseos del enfermo aunque esté fuera de su comunidad autónoma. En estos siete años de registro, la evolución fue cuantitativamente ascendente hasta los años 2010 y 2011 para pasar a descender en 2012 y 2013. Posteriormente hay una recuperación y se equilibra en una cifra anual que incorpora algo más de ochocientos testamentos nuevos cada año. Así, de aquellos incipientes primeros 93 documentos, se subió a los 602 y a los 1.375 en 2010. El ejercicio de 2013 registró ya un volumen que se ha consolidado, de 857, y el cerrado año sumó otros 897. Explican fuentes de la Junta que el aumento que se produjo en 2009 y 2010 se explica fundamentalmente por la aparición de una nueva posibilidad que interesó especialmente a los testigos de Jehová; después la demanda se equilibró y mantiene.

Hay tres formas de hacer efectivos estos documentos. Así, puede optarse por recurrir a un notario. Una elección que, en ocasiones, se combina con la de hacer también el testamento de bienes; pero es la menos utilizada. En este tiempo fue la opción del 14%. Otra forma es la de elaborar y firmar el documento ante tres testigos sin parentesco ni relación familiar con ellos y en un acto único para ser testigos de que el interesado ha escrito sus voluntades anticipadas y las ha firmado sin coacciones ni influencias. Fue la elección de casi el 37% desde 2008.

Asimismo, la posibilidad más habitual recurre a ella el 49,5% es la de realizar el testamento ante personal al servicio de la administración. El interesado puede dirigirse a un funcionario, los hay en todas las provincias, que en una cita previa solicitada atiende a cada interesado en una entrevista que suele durar una hora en la que le orienta sobre situaciones y posibilidades. Es personal sanitario, del Cuerpo de Inspección, que conoce bien las posibilidades de estos documentos, orienta sobre las posibles indicaciones y situaciones. Además, en la propia página web de la Consejería de Sanidad, en su Portal de Salud, o en otras de los más variado como las de la Conferencias Episcopal o páginas de organizaciones a favor de una muerte digna hay modelos orientativos sobre cómo completar estas voluntades anticipadas.

En relación al total de documentos inscritos durante el cerrado ejercicio, la mayoría de los ciudadanos que solicitaron la inscripción proceden de Valladolid, Burgos y León, con 235, 160 y 145 testamentos respectivamente. En cambio, los de Zamora y Segovia son los que menos inscribieron dicho año, con 22 y 36 respectivamente.

Respecto al año anterior, 2013, aumentó el número de documentos inscritos en las provincias de Ávila, Burgos, Salamanca, Soria y Valladolid. Hasta el año 2014, Valladolid, León y Burgos fueron las provincias con más demanda, con el 28,1%, 19,9% y el 17,1% de los documentos inscritos respectivamente.

Por otro lado, las que cuentan con menos son Soria (3,2%), Ávila (3,8%) y Segovia (4,2%) y menos del 1% del total son de personas de fuera de Castilla y León.

La demanda

En cuanto al perfil del interesado, las mujeres son las que más se han interesado por ejercer este derecho. Así, del total desde el año 2008, 3.912 son de ellas (64,0%) y 2.203 de varones (36,0%). Concretamente, en el pasado año, se decidieron a dar este paso 586 mujeres (65,3%) y 311 hombres (34,7%).

Otro factor importante de la demanda es que es muy habitual que haya tenido alguna experiencia en este sentido. O bien por haber cuidado de alguien enfermo o por haber conocido algún caso de cerca; lo que más sensibiliza es haber vivido o sufrido o, al menos, contemplado, la difícil experiencia de tomar decisiones en estas circunstancias.

En cuanto a la edad, la media de las personas que inscribieron estas voluntades en el Registro autonómico, desde el año 2008, es de 57,2 años, y la mediana es de 58 años. Entre las más jóvenes, el porcentaje de mujeres sube al 65%. Tanto Salamanca como Soria registran edades algo superiores.

Para que un documento de instrucciones previas se considere válido debe contener, según recoge la información de la Consejería de Sanidad, «como mínimo, indicaciones sobre los cuidados y tratamientos médicos que se aceptarían o rechazarían si se estuviera en determinadas situaciones clínicas, en general con un pronóstico irreversible y que evolucionará hacia la muerte en un periodo más o menos cercano, o, al menos, indicaciones sobre el destino del cuerpo o de los órganos una vez llegado el fallecimiento».

En el año 2014, 180 documentos inscritos, el 20,1% del total, únicamente hacían referencia a la respuesta clínica como que «no se apliquen técnicas sanitarias o tratamientos que prolonguen artificialmente la vida cuando a juicio del médico no haya expectativas de recuperación, que se adopten las medidas necesarias para paliar al máximo el sufrimiento...».

Asimismo, siete documentos, el 0,8% del total, solo recogían instrucciones sobre cómo actuar al fallecer, tanto en relación con el destino de los órganos como el deseo de donarlos para trasplantes oel cerebro para la investigación, entre otros, como al destino del cuerpo.

Sin embargo, la mayoría de los documentos recogen de manera conjunta ambos tipos de instrucciones. Concretamente figuran ambas disposiciones en 710 documentos, el 79,2% del total.

Esta tendencia se observa también en los documentos inscritos desde el año 2008, donde el 80,2% recogen instrucciones en ambos sentidos, el 19,4% solo sobre los cuidados y tratamientos, y l 0,4% recogen indicaciones solo en relación al destino del cuerpo o de los órganos.

En cuanto a las personas que deseen modificarlo o anularlo pueden hacerlo en cualquier momento. Así se solicitó la sustitución de 19 documentos en el año 2014 y de 90 desde 2008. Y en el año 2014 se revocó un testamento vital y siete desde principios del registro.

Además, de oficio se dieron de baja 220 documentos de personas que tenían el documento de instrucciones previas y fallecieron.

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