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Vacuna contra la gripe.
La gripe abandona la región tras una temporada con una alta incidencia en febrero

La gripe abandona la región tras una temporada con una alta incidencia en febrero

La comunidad llegó a registrar una tasa de 434,33 casos por cien mil habitantes y afectó sobre todo a los menores de edad

Ana Santiago

Viernes, 17 de abril 2015, 08:58

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La actividad gripal disminuye o se estabiliza en toda España, como mucho se registran tasas como las previas a la epidemia y prácticamente limitadas a Cataluña y a las islas Canarias. Así, en Castilla y León, la temporada gripal puede darse por terminada, los diagnósticos son ya puramente anecdóticos, tras una incidencia muy alta llegó a alcanzar a principios de febrero los 434,33 por cien mil habitantes pero muy concentrada en el mes de febrero, con menores complicaciones y más corta que en el resto de España, sobre todo en el norte y centro de la península.

Aunque los primeros registros detectaron más casos de la gripe A, finalmente el virus que ha circulado de forma predominante en toda España ha sido el B que, en términos generales, resulta menos agresivo y provoca menos complicaciones e ingresos. Así, y según los datos del Servicio de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III, «la difusión de la enfermedad es esporádica en ocho redes centinela y nula en el resto». En España, los últimos datos registrados de incidencia, de la pasada semana, constatan una tasa global que disminuyó a 9,47 casos por 100.000 habitantes. En la comunidad es aún menor, de 4,49.

Los 434 casos registrados por cada 100.000 habitantes es la cifra más alta de los últimos cinco años y solamente en 2009, con la entonces nueva gripe A, se superaron los 450 afectados.

Como suele ser habitual, la enfermedad ha afectado fundamentalmente a los menores de edad. Por debajo de los quince años se concentró más de la mitad de la incidencia, especialmente entre los 5 y los 15 años, y, como cabe esperar, entre los que no recibieron la vacuna. En estos grupos de edades infantiles y adolescentes solamente es habitual ponerse la antigripal en los colectivos de riesgo como menores con discapacidad, con problemas cardiacos, enfermedades respiratorias u otras patologías crónicas y, además, la convivencia en los centros escolares y unos peores hábitos de higiene hacen más fácil la propagación. Las tasas de gripe más bajas de esta temporada también coinciden con este proceso de inmunización. Así la incidencia es baja entre los más mayores, dado que a partir de los 65 años y, sobre todo, de los 75, la cobertura vacunal es muy alta. Sin embargo, el propio estado de salud de los ancianos, más débil, y su también frecuente institucionalización facilitan el contagio y así, se encuentran en este grupo más casos de enfermos que han sido vacunados. Aún así, los expertos recuerdan que aunque la gripe puede cogerse pese a haberse vacunado, las complicaciones suelen ser menores porque hay mejor respuesta inmunitaria. Según los datos delInstituto Carlos III, en esta temporada «se ha observado en toda España un exceso de la mortalidad por todas las causas por encima de lo esperado desde el inicio del año 2015 hasta finales del mes de marzo, que se ha concentrado fundamentalmente en personas mayores de 64 años.

Desde el inicio de la temporada 2014 y 2015 «se notificaron 20 brotes de gripe en ocho comunidades, el 80% fueron en los dos primeros meses del año. Doce se declararon en residencias geriátricas, la mayoría causados por virus A; el 18% de los pacientes requirió hospitalización y 19 fallecieron. Los otros ocho brotes tuvieron lugar en instituciones sanitarias, en seis por el virus de la gripe A y en dos el B. En los originados en residencias geriátricas se observa una mayor tasa de ataque en no vacunados (93%) que en vacunados (13%)», recoge el informe de la temporada del Instituto Carlos III.

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