«Pedimos que se persiga y sancione esta conducta, que además daña la imagen»

La condena de la distribución inversa, práctica que han llevado a cabo algunos titulares de oficina de Castilla y León, tiene la más contundente condena del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valladolid; incluso cuando no era ilegal, antes de que la legislación al respecto de 2012 la convirtiera en una infracción grave. La preocupación de su presidente, Juan de Dios Jódar, como profesional del sector y portavoz de los colegiados y las muchas oficinas que no solo no lo practican sino que rechazan esta trama mafiosa, es patente.

«La principal función del farmacéutico es hacer llegar el medicamento al paciente de forma segura y esto se ha visto alterado por compañeros (aclara que entre comillas) que han impedido que cumplamos con tal función y han provocado un desabastecimiento de medicamentos puntual o duradero y han creado un problema de salud pública». El colegio ha manifestado oficialmente, en varias ocasiones, esta postura a la Consejería de Sanidad y se ha puesto a disposición de la Dirección General de Salud Pública para contribuir en una limpieza de tal práctica y también con tres cartas a lo largo de los últimos años sobre el tema, remitidas a sus colegiados insistiendo en «una ilegalidad que además pone en peligro el modelo farmacéutico y el prestigio, la imagen del sector. Hemos pedido que se persiguiera y se sancionara esta conducta, el daño que nos hace es tremendo».

Explica además Juan de Dios que, aunque la intervención de la Consejería y de la Agencia Española delMedicamento, solventa el problema del desabastecimiento y hace llegar al paciente su tratamiento, todo esto genera «importantes molestias al usuario». En Castilla y León, no es así en otras comunidades que se dispensan en farmacias, cuando un fármaco tiene que ser suministrado tras ser reclamado por desabastecimiento, el paciente tiene que pagar previas tasas y acudir al Servicio Territorial de Sanidad a por su medicamento; lo que, además, puede tardar entre cinco y quince días, depende de la disposición del laboratorio. Es un importante gasto para la Administración y además, los afectados que viven en la provincia han de acudir a la capital para conseguir sus medicinas.

Juan de Dios destaca que «efectivamente este es el proceso, incómodo y caro, y que hace tiempo que queremos cambiarlo.Lo lógico es que lo sigan dispensando las farmacias. Nos consta, no obstante, que también la Junta quiere mejorar esta tramitación, que además suele afectar a patologías crónicas».

Además, para este farmacéutico, otro de los problemas es que en la Unión Europea el comercio es libre, aunque se trate de fármacos. «Nosotros tenemos prohibido exportar medicinas, venderlos a distribuidoras y éstas tienen que notificar lo que mandan. Sería bueno que dado que se trata de medicamentos, el tratamiento no fuera igual que el de otros productos de consumo porque aquí entra en juego la salud pública. Lo hemos pedido muchas veces».

Asimismo, destaca el presidente de la organización colegial que, «aunque para nada lo justifica, la crisis económica, las dificultades de algunos farmacéuticos que veían que el vecino lo hacía y no pasaba nada y ganaba más, han empujado a dedicarse a ello. No les preocupa la sanción económica porque la afrontan sin problemas frente a los grandes beneficios que sacan».

No obstante, Juan de Dios Jódar quiere mandar «un mensaje de tranquilidad a la población porque hasta ahora siempre se ha solucionado la falta de suministro». Y destaca asimismo que «el problema no está en general en las grandes distribuidoras, que son cooperativas y que suministran el 80% del mercado, sino en las más pequeñas».