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Fachada de la Universidad de Valladolid.
Los vicerrectores de Profesorado prevén una fuga de talentos investigadores

Los vicerrectores de Profesorado prevén una fuga de talentos investigadores

Las universidades públicas de la región sufren mermas de plantilla y falta de promoción

Antonio G. Encinas

Jueves, 4 de diciembre 2014, 08:29

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«Tenemos gente muy buena a la que le salen ofertas fuera de España y estamos en el momento en que empezamos a ver que empiezan a marcharse. Porque las ofertas son buenas. Antes te decían lo estoy mirando. Ahora te dicen me ofrecen tantas libras al año. El año que viene tendremos un adiós masivo». Lo dice el vicerrector de Profesorado de la Universidad de Burgos, Alfredo Bol, pero hace pocas semanas su homólogo en Valladolid,José Carlos Cobos, comentaba una experiencia similar. Un joven investigador de la UVA se había marchado a Copenhague, aDinamarca. Allí le ofrecían un puesto que aquí no podían darle. A su llegada se iba a encontrar con otro egresado y emigrado de la UVA que ya llevaba un curso en tierras danesas.

Los vicerrectores de Profesorado de las cuatro universidades públicas se reunieron hace unas semanas en Valladolid. Sus conclusiones fueron muy similares. Los efectos perniciosos de los recortes, especialmente de la tasa de reposición solo se podía hacer un contrato de funcionario por cada diez jubilaciones han ido más allá de un mero ajuste de plantilla. Aunque el año que viene esa tasa se incrementará del 10% al 50%, eso no servirá para paliar el deterioro causado, aseguran.

Sus problemas, sin embargo, difieren en los matices. Así, Valladolid y Salamanca, las dos más antiguas, han visto mermadas sus plantillas de profesorado en un 10% en tres años. «En Salamanca tenemos problemas en Medicina, Ciencias, Filología, Historia, Químicas... Centros que en los ochenta estaban plenamente consolidados. En esos es donde tenemos ahora un mayor problema de envejecimiento. Hay centros que tienen al 50% de titulares y catedráticos por encima de los 60 años», confiesa MarianoEsteban, vicerrector salmantino. En esas facultades, como ocurre también enValladolid, la tasa ha hecho especial daño. «Aunque se aumente al 50% significa que este año se nos han jubilado 44 profesores y sacaremos 22 plazas, por lo que seguiremos perdiendo la mitad. Si vas al detalle es peor. Nos cuenta como reposición cuando promocionamos un profesor. Sacas una plaza de catedrático, la gana un titular y la cuentan como si hubieras repuesto».

Salamanca es la quinta universidad española más afectada por este problema del envejecimiento de plantillas. De los 1.525 profesores con los que contaba en el curso 2012-13, según un estudio de la Conferencia de Rectores, 454 contaban con más de 60 años de edad. Valladolid está «en mitad de la tabla», como explicaba su vicerrector,José Carlos Cobos, con un 17,91% de su plantilla por encima de la sesentena. Sin embargo, en la universidad vallisoletana el problema se concentra en carreras comoMedicina o Arquitectura.

«En general fueron universidades que incrementaron sus plantillas en los años ochenta, que fueron de expansión y crecimiento de las universidades. Ahora todos esos profesores llegan al mismo tiempo a la edad de jubilación o están en los últimos años de docencia», explica Mariano Esteban.

En Burgos y en León, universidades más jóvenes, los recortes han afectado de manera diferente. En su caso, no han podido consolidar la plantilla que necesitaban. Una universidad se caracteriza, aparte de la docencia, por su capacidad investigadora. Esa es la que lleva a la institución a figurar en los rankings internacionales.Pero la investigación está en manos de los profesores funcionarios, titulares y catedráticos. Los asociados y otros contratados a tiempo parcial difícilmente pueden formar parte de proyectos investigadores.

«En 2008 teníamos tan solo 18 catedráticos y muchos asociados. Progresivamente le estábamos dando la vuelta a esa situación, duplicamos el número de catedráticos en tres años... Sacábamos quince plazas de funcionario al año, nueve de titular y seis de catedrático, y eliminábamos asociados. El tamaño siempre lo manteníamos igual, pero cambiábamos la composición interna. Qué ha sucedido, que se nos ha parado. Y en tres años hemos perdido todo el trabajo hecho. En catedráticos no llegamos a las cifras anteriores. Teníamos 39 y ahora 34», explica Alfredo Bol.

El vicerrector de León, José Luis Fanjul, explica por correo electrónico que su Universidad ha visto afectado al personal docente acreditado que no puede realizar una promoción individual «en el supuesto que tuviera disponibilidad presupuestaria para ello». Sitúa la cifra en 41 profesores que reúnen los requisitos para promocionar a catedrático, 12 a profesor titular y 5 para profesor contatado doctor.

Esta pérdida de profesorado funcionario puede llevar, además, a situaciones tan paradójicas como la que denuncia el vicerrector burgalés, Alfredo Bol: que las universidades públicas de la región vayan camino de incumplir la propia Ley de Universidades. «En nuestra última reunión hablamos de las limitaciones de la ley a la plantilla, ya que especifica que la mitad tiene que estar formada por funcionarios doctores. Y en dos años, Burgos y León incumpliremos la ley. Por sectores eso ya se produce, hay zonas que han quedado desmanteladas, aunque globalmente vamos aguantando», explica. Un ejemplo suyo advierte de que hay problemas concretos de envejecimiento incluso en universidades nuevas. «La edad media es de 49 años en la Universidad de Burgos. Pero nosotros tenemos un departamento de Historia Medieval con profesores prestigiosos, muchos catedráticos y todos de la misma edad. En dos años nos habremos quedado sin ninguno».

«En Salamanca se han jubilado 45 profesores por curso de media en estos últimos años. La tasa de reposición es más dañina para aquellos que más pierden», afirma MarianoEsteban. «En estos últimos 4 años hemos perdido unos 250 profesores, como un 10% de la plantilla. Se está cubriendo la docencia con profesores asociados. Y en Medicina con médicos que imparten las clases».

Efecto en la investigación

Pero hay un efecto más.La caída investigadora que se avecina. «En treinta años habíamos conseguido llegar a ser el noveno país en producción científica a nivel mundial. Vamos a ver cómo vamos bajando y dónde paramos la caída. Esto se ve ya. En producción cintífica, el volumen de artículos publicados se mide, se publica. Durante tres décadas España ha ido subiendo todos los años. Salvo el anterior. En 2013 se truncó una tendencia creciente de treinta años. Países como Brasil o México nos van a adelantar», vaticina Bol.

Luego saldrán las clasificaciones de las mejores universidades del mundo y volverá a repetirse, una vez más, que no hay ninguna española entre las cien mejores.Sí hay, sin embargo, departamentos punteros en muchas materias. Esos departamentos están liderados por investigadores. Esos a los que empiezan a llegarles ofertas tentadoras del extranjero.

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