Serunión continuará suministrando la comida a los colegios de Castilla y León

El secretario general de la Consejería de Educación, Juan Casado, aseguró este jueves que el pliego de de cláusulas administrativas impide, «en ningún caso», la rescisión del contrato del servicio de catering escolar que Serunión suministra a 2.500 alumnos en la comunidad porque la aparición de larvas de gorgojos en la sopa de fideos no supuso un riesgo para la salud. Afirmó que el régimen de penalizaciones está perfectamente tasado y que será el expediente del procedimiento de declaración de responsabilidad, que estará finalizado en un mes, que determinará el nivel de incumplimiento de la empresa, aunque en ningún caso superará los 12.120 euros. No en vano, es la cantidad máxima que fija un incumplimiento muy grave.

El consejero de Educación, Juan José Mateos, precisó que la Junta está obligada a cumplir la ley y el procedimiento administrativo no permite adoptar medidas cautelares al reiterar que en ningún momento hubo un riesgo para la salud, porque hay garantías de que los gusanos no fueron ingeridos por los niños.

Se mostró dolido por la «estigmatización» del problema y que se haya puesto en duda la labor de los profesionales y las empresas que buscan prestar un servicio de calidad en los comedores escolares. En el caso de Serunión, afirmó que es una compañía seria, con más de un millar de empleados en la Comunidad, y que lleva a cabo importantes inversiones, como la próxima puesta en marcha de una cocina industrial.

Tal y como había avanzado el consejero el pasado martes en el Pleno de las Cortes, la auditoría externa encargada por la administración regional ha concluido que la infestación en la pasta de fideos se debió al exceso de almacenamiento de la materia prima, que se vio agravado al coincidir con el verano y lass altas temperaturas. Eso sí, se desconoce el punto de origen de la larva, ya que pudo ser en las instalaciones del fabricante en Zaragoza, del distribuidor o de Serunión, que tiene su cocina central en Málaga.

El director de Aquimisa, la compañía especializada en el análisis y asesoría técnica alimentaria, reconoció que Serunión no había realizado una correcta gestión del incidente acontecido el pasado 25 de septiembre al incumplir el procedimiento previsto para este tipo de situaciones. Además, no había asegurado la trazabilidad del lote de los fideos.

Aseguró que el problema de la infestación se podría haber solucionado con un simple control visual del producto, ya sea al abrir el paquete o bien en el momento del cocinado. Según Educación, en cuatro de los centros se detectó la larva en el momento en que las monitoras servían la sopa en los platos mientras que en otro dos fue en la cocina.

Más controles sanitarios

Mateos fue el encargado de pedir disculpas y tranquilizar a los padres de los niños de los seis colegios de las provincias de León y Segovia por el «incidente importante» y la «negligencia», aunque recordó que el «riesgo cero» no existe. Pese a ello, anunció que la Junta de Castilla y León, a través de las consejerías de Educación y Sanidad, intensificará los controles sanitarios, nutricionales y dietéticos de los menús escolares. Además, dijo que se reforzará la vigilancia de los 499 comedores, donde sirven más de 38.000 menús diarios, con controles periódicos de carácter externo. «Los comedores escolares deben tener el mismo nivel que la educación en la Comunidad», aseveró. Todo ello, servirá, a su juicio, para recuperar la confianza en este servicio que se ha podido perder a raíz de este asunto.

Un incremento de los controles, tanto en los establecimientos como de los utensilios y personal de los comedores, pero también en las cinco empresas concesionarias de este servicio en Castilla y León. Además, de forma conjunta, Sanidad y Educación elaborarán un informe individual de cada uno de los comedores para conocer sus condiciones estructurales.

De forma paralela, se suscribirá un convenio con las cuatro universidades públicas de la región para que sus departamentos de Dietética y Nutrición establezcan protocolos para mejorar la alimentación de los niños. En ese sentido, el objetivo último es contar con personas sanas para evitar enfermos en un futuro, para lo que la alimentación es clave. Todo ello se reforzará con una campaña informativa, dirigida a las familias, para explicar los aspectos relacionados con la nutrición y que los padres comprueben la calidad de los menús.

El consejero quiso dejar claro que el «incidente» con las larvas en la sopa de fideos no ha tenido nada que ver con la dotación presupuestaria destinada a los comedores escolares, que se ha incrementado desde 2008. «El esfuerzo económico de los ciudadanos al pagar sus impuestos deber servir para que los niños tengan unos comedores de calidad y yo creo que los tenemos», manifestó. Además, hizo hincapié en que la Consejería garantiza que el procedimiento de contratación de las empresas de este servicio se lleva a cabo con todas las exigencias y garantías.

Una idea que fue refrendada por la profesora titular de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, Paz Redondo, que defendió el cátering en línea fría, un sistema implantado en la mayoría de los países europeos y en marcha desde 20008 en la Comunidad. No en vano, aseguró que ofrece las mayores garantías higiénicas y sanitarias, además de saludables; muchas más que la línea caliente que se realizaba en las propias cocinas de los colegios.

Mateos compareció a última hora de la mañana con todo el equipo directivo de la Consejería, además del director general de Salud Pública, Agustín Álvarez Nogal; el responsable de la empresa especializada en seguridad alimentaria encargada de realizar la auditoría externa de la infectación en los comedores escolares. También estuvo acompañado de expertos de la Universidad de Valladolid en Nutrición y Dietética.

Álvarez Nogal restó importancia al incidente pese a manifestar la «enorme preocupación» por parte de la Consejería de Sanidad, al estar implicados niños. Reiteró la falta de control con la materia prima, por lo que se ha abierto un expediente sanitario, ya que la «responsabilidad» recae en las personas que abren las bandejas termoselladas con los menús escolares.

Explicó que el incidente en los comedores no supuso un riesgo para la salud, a diferencia de las 37 alertas alimentarias con brotes de infección que ha habido en lo que va de año en la Comunidad, la mitad de ellos en hogares particulares. «Hay incidentes alimentarios a diario y se valora en función del riesgo», sentenció.