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Los datos del PSOE en Castilla y León.
La generación del cambio no está en las fichas

La generación del cambio no está en las fichas

El censo del PSOE de Castilla y León refleja la gran ausencia de los militantes de 30 a 45 años

M. J. Pascual

Martes, 16 de septiembre 2014, 12:56

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El próximo 4 de octubre, 9.919 afiliados al PSOE en Castilla y León (más otros 448 miembros de Juventudes Socialistas que no están afiliados al partido y que también pueden votar) están llamados a las urnas en sus primeras primarias. Una cita que todos, los partidarios de Julio Villarrubia y los de Luis Tudanca, coinciden en calificar de «histórica». Pero, mientras ambos candidatos compiten en las últimas horas por arañar avales en las dos provincias más fuertes, León y Valladolid, ¿cómo es el perfil del militante socialista medio, a quien tendrán que ganarse en cuanto se abra la campaña interna el próximo 24 de septiembre? Pues, según reflejan los propios censos oficiales del PSOE, el militante tipo es varón, tiene una media de 50 años en adelante, realizó estudios primarios o, como mucho, bachillerato y, excepcionalmente, obtuvo una licenciatura. La mayoría trabaja o lo ha hecho por cuenta ajena y hay casos en que cobró todo el paro y decidió darse de alta en autónomos.

El socialista de carné castellano y leonés, por lo general, reside en barrios de capitales o en pueblos de los cinturones metropolitanos. También en algunas localidades hay familias de enraizada tradición socialista que se remonta, al menos, a la II República y donde se puede decir que se ha transmitido la ideología «de padres a hijos». El presidente de la comisión gestora autonómica, Jesús Quijano, apunta al respecto que en algunos municipios, como ocurre con Tudela de Duero, hay agrupaciones muy fuertes porque se sustentan en estas familias socialistas «de toda la vida».

«En Tudela, el partido está implantado tradicionalmente, de tal manera que siendo bastante más pequeño que Medina, tiene más afiliados: 71 frente a 56». En este caso, subraya, «se ha heredado la ideología: influye el factor histórico, como en Rioseco o Tordesillas». Aquí, muchos de los afiliados actuales del Partido Socialista son hijos y nietos de militantes que fueron represaliados en los primeros meses de la Guerra Civil o en la posguerra.

De cualquier forma, indica Jesús Quijano que hay que diferenciar en Castilla y León la proporción de afiliación entre las zonas urbanas y las zonas rurales. También importan las zonas industriales o que lo fueron, donde UGT aún tiene una importante implantación, como en las comarcas mineras palentinas y leonesas.

Depuración

En Castilla y León hay un total de 337 agrupaciones municipales, lo que también es «un reflejo» de la atomización municipal, la despoblación y la dispersión poblacional en la comunidad autónoma; y hay agrupaciones locales con tan solo cinco miembros.

Estos censos están completamente «depurados» desde la federal. «Quien lleva tres meses sin pagar la cuota es dado de baja automáticamente», explica el procurador y miembro de la comisión gestora, JF Martín, «de manera que se ha dado de baja a muchos militantes que no aparecían ni pagaban sus cuotas». La rigurosa puesta al día de los datos de afiliación de cara al anterior congreso federal extraordinario ha permitido comprobar que en el PSOE de Castilla y León hay un verdadero «hueco generacional»: la afiliación registra un corte brusco entre los 30 y 45 años, como constata JF Martín, el secretario general del Grupo Socialista en las Cortes y veterano fontanero en el partido.

Un arco de edad casi inexistente en los ficheros del PSOE, que se recupera a partir de los 50 en adelante. «La mayoría somos los que hicimos la Transición democrática, los que empezamos en política en los años ochenta del pasado siglo y aquí seguimos», puntualiza Quijano. El profesor reconoce que captar sangre joven que revitalice el censo es el gran problema común de «todos los partidos clásicos» y que urgen fórmulas «para conectar con ese colectivo de población para el que otras formaciones, como Podemos, tiene más tirón». Aunque en el PSOE, puntualiza, la gente joven que «no aparece» está en el «censo propio» de Juventudes Socialistas.

También es llamativo que, a pesar de la insistencia en la cuota y el reclamo de tener más espacio en las directivas y cargos públicos, las socialistas en Castilla y León siguen siendo minoría y no solo en los órganos de dirección del partido, sino entre la militancia de base. Exactamente, el número de varones socialistas en la comunidad autónoma duplica al de mujeres: por cada 60 hombres hay 30 féminas. Pero, como toda estadística es relativa, en función de la lectura que se realice y con qué datos se compare, Quijano apostilla que «si miramos tan solo una década atrás, la proporción igual era de 80-20. En España, el proceso de incorporación de la mujer a la vida pública es relativamente reciente, de esta última parte de la democracia».

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