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Personal del Registro de Castilla y León, en la Consejería de Sanidad en Valladolid.
800 castellanos y leoneses hacen testamento vital cada año

800 castellanos y leoneses hacen testamento vital cada año

El Registro de Instrucciones Previas autonómico suma 5.781 documentos con indicaciones sobre tratamientos

Ana Santiago

Sábado, 13 de septiembre 2014, 12:57

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Si hay alguna decisión difícil esa es la de una familia que tiene que elegir entre continuar o no un tratamiento, el tipo de cuidados o qué hacer con los órganos y el cuerpo de un ser querido en una situación de enfermedad irreversible cuando el paciente ya no está en condiciones de elegir, de tener una muerte digna en un contexto de final de la vida.

Poder dejar constancia y acceso en forma de voluntad anticipada de los propios deseos sobre la propia salud o la prolongación de un estado terminal, en plena lucidez mental, es un lujo que solo se valora cuando se ha visto sufrir, cuando se ha arrastrado la duda sobre una decisión de tal magnitud hacia los cuidados de un hijo o una madre... cuando se ha discutido con otros parientes o, incluso, enfrentado a opiniones facultativas sobre qué medida adoptar. Evitar a la familia estas incertidumbres y conflictos es quitar más sufrimiento a la cercanía de la muerte y es lo que lleva a algunas personas a hacer su testamento vital. Muchas veces dejan sus instrucciones previas cuando están en perfecto estado de salud y otras muchas cuando el diagnóstico de una enfermedad anuncia un final difícil.

La Consejería de Sanidad puso en marcha el Registro de Instrucciones Previas en el año 2008 y, desde entonces, ampara 5.781 testamentos vitales de ciudadanos de Castilla y León y, en este tiempo, ya se ha tenido que recurrir a consultar tal documentación en 99 casos. Esta base de datos está conectada informáticamente a un registro nacional y los médicos pueden acceder a él llegado el caso, una forma de garantizar el respeto a los deseos del enfermo esté donde esté, explican fuentes del registro autonómico.

Desde que la Junta pusiera en marcha en 2008 el registro, la evolución ha sido cuantitativamente ascendente hasta los años 2010 y 2011 para pasar a descender en los últimos años y estabilizarse en una cifra anual de entorno a los ochocientos testamentos vitales nuevos cada año. Así, de aquellos tímidos primeros 93 documentos iniciales se llegó a los 1.375 hace cuatro años y 2013 registró ya 857 y este año, hasta el día 30 de junio ya se han firmado 469.

Explican fuentes del Registro regional que el aumento que se produjo en 2009 y 2010 se debe fundamentalmente a la aparición de una nueva posibilidad que interesó especialmente a los testigos de Jehová; después la demanda se ha reequilibrado.

Hay tres formas, explican las mismas fuentes de la administración, de hacer efectivo este documento. Así, puede optarse por recurrir a un notario. Una elección que, en ocasiones, se combina con la de hacer también el testamento de bienes; pero es la menos utilizada. Otra forma es la de elaborar y firmar el documento ante tres testigos sin parentesco ni relación familiar con ellos y en un acto único reunidos donde deseen para ser testigos de que el interesado ha escrito sus voluntades anticipadas y las ha firmado sin coacciones ni influencias.

Por último, y es la opción a la que más se recurre, está la de acudir al personal al servicio de la administración. El interesado puede dirigirse a un funcionario, los hay en todas las provincias, que en una cita solicitada de forma previa orienta y atiende a cada interesado en una entrevista que suele durar una hora en la que le orienta sobre situaciones y posibilidades. Es personal sanitario, del Cuerpo de Inspección, que conoce bien las posibilidades y situaciones. No obstante en la propia página web de la Consejería de Sanidad, en su Portal de Salud, o en otras de los más variado como las de la Conferencias Episcopal o páginas de organización a favor de una muerte digna hay modelos orientativos.

Otra de las ventajas constatada que aporta dispone de un testamento vital es que mejora la comunicación y la relación entre el médico y los familiares dado «que afrontar el final de la vida es muy difícil».

En el documento puede dejarse constancia de cuanto se desee, incluso aunque esté fuera de las posibilidades de tratamiento o legales del momento. Si cuando llega el momento de consultar las instrucciones alguna no es posible cumplirla por ser ilegal, como por ejemplo el caso de la eutanasia, evidentemente no se llevará a efecto.También la buena práctica profesional puede imponerse contra lo estipulado en el documento. Obviamente el testamento puede revocarse o sustituirse por otro nuevo; aunque no es muy frecuente. Asimismo, la persona que hace manifestación de su voluntad puede también designar representantes, incluyendo los datos de éstos y la prevalencia entre ellos en el caso de que sean más de uno.

Perfil

En cuanto al perfil más habitual de las personas que ya han optado por dejar constancia de su voluntad es el de una mujer casi duplican a los varones y de mediana edad, de alrededor de los 60 años y que ha sufrido una situación difícil con alguno e sus padres y no quiere que sus hijos puedan pasar por un dolor similar.

Valladolid seguida de León es la provincia con más personas, porcentualmente, que han registrado sus instrucciones previas y Segovia, Ávila y Soria las que menos.

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