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El director de Cáritas Diocesana de Valladolid, Jesús García Gallo (2 D), presenta la memoria del año 2013 junto a los responsables en la provincia.
El 16% de los habitantes de Castilla y León viven en situación de exclusión social

El 16% de los habitantes de Castilla y León viven en situación de exclusión social

El informe anual de Cáritas traza un panorama sombrío, en el que destina 812.341 euros para atender las necesidades básicas de 7.808 personas de la provincia de Valladolid en 2013

PPLL

Jueves, 19 de junio 2014, 20:44

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Cáritas advierte que 400.000 personas de Castilla y León sufren situaciones de exclusión social, lo que representa el 16 por ciento del total de la población y supone el mismo porcentaje que en 2007. Se trata de 134.000 hogares, de los que 42.000 (que suman 128.000 individuos y son el 5%) están afectados por una exclusión severa. Los datos están recogidos en el avance del informe de la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada), vinculado a Cáritas Española, que será presentado en noviembre a nivel nacional para analizar la situación social de España en 2013, con datos autonómicos.

El estudio, que calcula la exclusión a partir de 35 indicadores de la vida de las personas, sitúa a la Comunidad Autónoma por encima de la media nacional, aunque el director de Cáritas Diocesana de Valladolid, Jesús García Gallo, apuntó que es necesario hacer las oportunas correcciones demográficas.

No en vano, recordó que la región cuenta con un importante flujo de población joven que sale de la Comunidad en busca de oportunidades y por la existencia de un número considerable de personas mayores. Puso como ejemplo a un pensionista con ingresos de 300 euros, que le permitne vivir con dificultades por lo que se considera que está en riesgo de exclusión social pero sin llegar a ser pobre.

García Gallo avanzó algunas conclusiones del informe de Foessa durante la presentación de la memoria de Cáritas Diocesana que el año pasado atendió a 7.808 personas para cubrir sus necesidades básicas como alimentación, gastos de vivienda, educación, salud e higiene. Un programa de atención de base y familia que absorbió 812.341 euros de un total de 2,5 millones empleados en 2013.

Los recursos económicos destinados a estos fines no han parado de aumentar por los efectos de la crisis puesto que el dinero que reservó Cáritas para la provincia de Valladolid en 2012 fue la mitad (401.000 euros) o los 278.000 euros en 2011. Son cifras de Cáritas Diocesana que no incluye el dinero de las Cáritas Parroquiales o el reparto de la organización regional y que dejan claro el aumento de las necesidades porque el dinero destinado a necesidades básicas el año pasado fue casi todo el presupuesto de Cáritas Valladolid en 2002 (1,1 millones de euros).

La vivienda absorbe la mayor cuantía del programa de las necesidades básicas, seguido del pago de facturas energéticas mientras que la alimentación está en último lugar puesto que se limita a entregar vales de comida, con un valor de 50 euros.

No silenciar la crisis

El director de la organización religiosa consideró que el ejercicio pasado fue particularmente difícil dentro de una secuencia de años difíciles, con especial virulencia en 2009 y 2012. A la vista de los datos recordó las palabras del arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, de que la crisis económica persiste. Aunque sea reiterar lo mismo, no podemos silenciarla. La esperanza de una salida de la crisis es tenue y lenta, con un presente que aún es duro para muchas personas y familias, reconoce en la presentación de la memoria de 2013.

Blázquez señala que Cáritas tiene que estar con los colectivos más golpeados como los parados de larga duración, jóvenes con trabajo en precario o desempleados, inmigrantes que retornan, jóvenes que emigran y personas que difícilmente volverán al mercado laboral. Es fácil observar cómo los más débiles son los primeros que sucumben en la crisis y cómo son los últimos que se levantan, añade en su escrito.

Además, Cáritas prestó ayuda en la campaña 'Gesto solidario' a 96 familias de la provincia vallisoletana con dificultades económicas motivadas por la crisis crisis que recibieron una ayuda periódica (media de 9 meses) en torno a los 200 euros, junto a una aportación extra en Navidad y otra para gastos escolares. Ayudas que han supuesto un desembolso de 152.000 euros.

Familias normalizadas

Se trata de familias de cuatro miembros, con menores a su cargo, que pese a tener ingresos no pueden suficiente dinero para pagar el alquiler de una vivienda, explicó. Familias normalizadas, dijo, con las que no es conveniente un programa de educación social. Es el nuevo rostro de la pobreza porque hay un empobrecimiento y complicaciones al faltar de recursos, para las que la única solución es encontrar un empleo, reflexionó García Gallo. Alertó del cambio de perfil porque la población española que atiende Cáritas en Valladolid va en aumento mientras se estabilizan los inmigrantes que aún suponen el 40 por ciento del total de beneficiarios.

Comedores escolares

  • Preguntado por si es partidario de que la Junta de Castilla y León mantenga abiertos los comedores escolares, García Gallo se opuso a esta medida porque se mostró partidario de normalizar la vida de las personas. Y en ese sentido, consideró que los niños tienen que comer en sus casas y en su entorno familiar. La situación no es tan trágica y no queremos que con estos comedores se señale una marginalidad existente, declaró.

  • El director de Cáritas Diocesana afirmó que, en la capital, hay diferencias entre las zonas de Parquesol, Huerta del Rey y centro y entre los barrios de la zona este como Delicias, Pajarillos y Rondilla, donde sus vecinos atraviesan por problemas económicos. En cuanto a la provincia, el triángulo que conforman Laguna, Olmedo e Íscar son las poblaciones que reclaman más ayudas. En cambio, la zona de Campos tiene situaciones puntuales, que están más relacionadas con el aislamiento social.

La otra partida fuerte de recursos económicos se destinó al Programa de Empleo y Economía Social 479.619 euros), del que se beneficiaron 2.242 personas. El resto, hasta los 2,5 millones de euros, fue a parar a la atención a colectivos de vulnerabilidad social (niños, jóvenes y mayores), personas que sufren la exclusión social (sin hogar, toxicómanos, reclusos, mujeres y adolescentes embarazada con dificultades) y minorías culturales (población gitana e inmigrante).

El dato más positivo de la actual situación económica es la solidaridad de los vallisoletanos. Se mantiene el número de voluntarios (788) y, sobre todo, aumenta el montante de donaciones y herencias, que se ha multiplicado por 3,5 desde el inicio de la crisis. Ante una situación dramática, García Gallo destacó el lema del Día de Caridad de este año, 'Construyendo espacios de esperanza' que debe servir para potenciar la atención primaria con generosidad.

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