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Las fuertes rachas de viento han dificultado la tarea del izado del Santísimo Cristo Rodrigo González Ortega

El Santísimo Cristo de Burgos desafía al viento clavado en la cruz

La muerte de Jesús ha marcado el inicio del Viernes Santo, compartiendo protagonismo con el frío

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Viernes, 30 de marzo 2018, 14:43

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El intenso viento que ha soplado esta mañana en la Plaza de Santa María, con fuertes rachas que han hecho tambalear en algún momento andamios y estructuras varias, no ha impedido la celebración de uno de los actos centrales de la Semana Santa de Burgos. Bajo un cielo prácticamente cubierto, con breves instantes de sol, y con mucho frío ha tenido lugar el Acto del Desenclavo de la Cruz, con el que arranca el luto del Viernes Santo.

El Santísimo Cristo de Burgos, la réplica de la talla original del siglo XIV presentada hace cuatro años, ha hecho revivir a burgaleses y visitantes congregados frente a la Catedral de Burgos los últimos momentos en la vida de Jesús, su crucifixión y muerte en la cruz, así como el dolor de una madre en la despedida al hijo amado. La Virgen de la Consolación comparte protagonismo en un acto religioso que se ha convertido ya en imprescindible, pese a su reciente incorporación a la programación, en la Semana Santa de 2014.

Con silencio y recogimiento, el público asistente ha recibido pasada la una de la tarde las imágenes en la Plaza de Santa María. El Santísimo Cristo de Burgos ha iniciado procesión con su salida del Claustro de la Catedral, soprendidendo a todos aquellos que abarrotaban la Plaza del Rey San Fernando. A hombros de los hermanos de la Cofradía de las Siete Palabras y del Santísimo Cristo de Burgos, ha recorrido la calle Nuño Rasura para encontrar, en Santa Águeda, a la madre dolorosa, portada por la Cofradía de Nuestra Señora de la Misericordia y la Esperanza.

Crucifixión y Muerte

Cumpliendo con las Sagradas Escrituras, Cristo ha sido crucificado en la Cruz, en un hermoso acto de izado, desafiando al viento. Se dado lectura al pasaje de la Proclamación de las Siete Palabras y la carraca de la Catedral, pieza del siglo XIX restaurada en 2015, ha marcado el momento de la expiración de Jesús con su toque desde la Torre Norte. A continuación, se procedido al desenclavo de la imagen, que ha sido presentada ante su madre, una virgen de luto riguroso que ha visto morir a sus hijo amado para expiar los pecados del mundo.

El Acto del Descendimiento de la Cruz ha concluido con el tradicional besapiés, de autoridades, cofradías y público asistente. Previamente, el arzobispo de Burgos, Fidel Herráez, ha dirigido unas palabras, pidiendo coherencia a los creyentes, para que no vivan la Semana Santa como meros espectadores, ajenos a su significado. Herráez ha recordado que Cristo se entregó por el hombre «para que cada uno de nosotros fuésemos buenos hijos y buenos hermanos».

Santo Entierro, suspendido

Con Cristo muerto, la Semana Santa de Burgos debería continuar, esta tarde, con el Traslado del Cristo Yacente desde la Capilla de los Condestables de la Catedral, para su incorporación a la Procesión del Santo Entierro. Sin embargo, la lluvia ha obligado a suspender la procesión. De este modo, a las 20:00 tendrá lugar el traslado del Cristo en el interior de la Catedral, con presencia de todas las cofradías, y los 18 pasos de la Semana Santa burgalesa no podrán procesionar esta tarde de Viernes Santo. Así lo ha decidido a las 17:00 la Junta de Semana Santa, habida cuenta de que las previsiones meteorologícas dan agua a partir de las seis de la tarde.

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