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Zona de acceso a la central. David Aguilar-EFE
Hallan el rastro de un vertido radiactivo no conocido en la central de Garoña

Hallan el rastro de un vertido radiactivo no conocido en la central de Garoña

No se sabe si la contaminación de esta zona, que afecta a dos metros cuadrados de suelo, «no se detectó en su momento o si no se descontaminó adecuadamente»

El Norte

Miércoles, 30 de agosto 2017, 18:06

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La última inspección realizada en la nuclear de Garoña ha detectado el rastro de un antiguo vertido de cesio radiactivo junto al almacén temporal de bidones y residuos de la central, que «no se detectó en su momento o no se descontaminó adecuadamente».

La contaminación fue hallada el pasado 20 de junio, durante una inspección rutinaria, debajo de tres contenedores de hormigón sin moverse desde 2009, según refleja el último acta de la reunión plenaria del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) publicada en su web este lunes.

La contaminación de cesio-137 afectaba a unos 2 metros cuadrados de suelo y durante su retirada se sacaron de dicho área dos bidones de tierra, según se explica en el acta, donde también se afirma que «aparentemente se trata del rastro dejado de un derrame producido hace muchos años del que no queda constancia documental».

El diputado de Unidos-Podemos, Juan López de Uralde ha señalado a EFE que el cesio es un elemento radiactivo «muy peligroso» y con el que hay que tener cuidado, aunque el CSN alegó en su momento, que «el material radiactivo encontrado estaba confinado y sin ningún tipo de salida al exterior».

Ante esta situación, en junio pasado la formación ecologista Equo presentó una pregunta parlamentaria al Gobierno para saber si tenía conocimiento de este suceso debido a que, al parecer, no había sido notificado al consejo regulador.

Según Uralde, el CSN contestó públicamente con una nota asegurando que lo tenía todo «bajo control» cuando, a su juicio, el tema estaba bastante oculto.

Esta actuación -ha continuado el diputado- pone de manifiesto la situación de «abandono y dejadez» que rodea a Garoña y que, una vez decidido el cierre de la central de Garoña, la situación puede revertir en una relajación de las políticas de seguridad, algo que Uralde ha tildado de peligroso.

Además ha insistido en que Garoña alberga elementos radiactivos, y por lo tanto mientras no se lleve a cabo el desmantelamiento, un proceso largo y complejo, hay que estar alerta y garantizar que se cumplan todas las medidas de seguridad.

La central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), la más antigua de las siete que operaban en España y cuya actividad está parada desde diciembre de 2012, dejará de funcionar tras la decisión del Gobierno tomada el 1 de agosto de no renovar la autorización.

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