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SUSANA GUTIÉRREZ
ARANDA DE DUERO
Viernes, 11 de agosto 2017, 19:11
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La cultura del vino llega a los jóvenes, siempre y cuando se acerque a ellos con un lenguaje entendible y original. Esa es la teoría que tiene el festival Sonorama y el Consejo Regulador de Ribera del Duero que llevan una década de marideja entre música y vino que va añadiendo nuevas iniciativas.
Un total de 3.000 festivaleros han pedido el pasaporte de la república de Sonorama que les hace «Ciudadanos de la Ribera del Duero». Las peticiones previas, obligatorias para optar a esa documentación tan vitivinícola, habían agotado las existencias el propio miércoles. Era necesario cumplimentar un cuestionario con los datos y ya en la jornada de ayer se podían recoger los pasaportes personalizados, con nombres y apellidos, en una caseta situada en la Plaza del Trigo. El documento de identidad permite, entre otras cosas, tener información privilegiada de las actividades que pone en marcha Ribera del Duero y moverse como pez en el agua por la comarca vitivinícola.
La fórmula de juventud y vino también tiene éxito en las catas didácticas y distendidas que organiza Ribera del Duero para los sonorámicos. En la jornada del viernes, al igual que en el festival, se colgó el no hay billetes. La actividad se repite el sábado en sesiones de 12 y 13 horas en la bodega subterránea del Centro Cultural de Caja de Burgos.
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