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Ancelotti celebra en La Cibeles el triunfo en la final de la Liga de Campeones.
Paz y gloria con Ancelotti

Paz y gloria con Ancelotti

El técnico sembró armonía y el Real Madrid recolectó por primera vez cuatro títulos en un año natural

Ignacio Tylko

Martes, 23 de diciembre 2014, 12:33

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Colosal, extraordinario, histórico, memorable, nunca visto...Con este tipo de expresiones se califica en diferentes medios el año que deja atrás el Real Madrid y que su propio técnico, Carlo Ancelotti, consideró «fantástico e inolvidable» tras ponerle la guinda con la consecución del Mundialito de clubes en Marrakech, al derrotar con toda justicia al San Lorenzo de Almagro (2-0) en una final resuelta con los goles de Sergio Ramos y Gareth Bale, consumados especialistas en finales. Por primera vez desde su fundación hace 112 años, el club blanco acaba el ejercicio natural con cuatro títulos en sus vitrinas: Copa del Rey, Champions, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes, por orden cronológico.

Le faltó la Liga, torneo que por ser el de la regularidad evalúa mejor que ninguno las prestaciones de un equipo, pero la tiró por la borda dejándose llevar antes de tiempo, quizá para llegar más fresco a la final de Lisboa que el Atlético. Conquistar la Champions era prioritario en el primer curso del técnico italiano, en quien confió Florentino Pérez para buscar el equilibrio y la mesura dentro y fuera del campo después de tres años de José Mourinho que parecieron muchos más por las constantes controversias provocadas por el egocéntrico técnico portugués.

Ancelotti, lo más parecido a Del Bosque por su educación, mesura, buen trató con la prensa y mano izquierda con los jugadores, ha sido clave en la explosión de este Real Madrid que con Mourinho incluso le arrebató una Liga a un gran Barça pero no alcanzó la excelencia y vivió siempre entre enredos, polémicas, tensiones y broncas internas y externas. Con el preparador de Reggiolo llegó la paz, la buena convivencia y la armonía en un grupo de estrellas. Sin la cabeza privilegiada de Sergio Ramos el pacificador Carletto seguramente ya no estaría sentado en el banquillo merengue, pero los resultados dictaminan la duración de proyectos y ahora se habla y no se para de la renovación del entrenador que Florentino Pérez prefiere aparcar hasta el verano próximo, tras los exámenes finales. «Es el técnico perfecto para nosotros y para un club como éste», sentenció Arbeloa tras el Mundialito. Y eso que este jugador era de los afines a Mourinho por su mala relación con Casillas.

Los reyes del planeta acaban 2014 con un sensacional balance de 51 victorias en 63 partidos. El Madrid de los récords es el primer equipo en la historia del fútbol español que marca 178 goles en un año y supera al Barça de Guardiola, que firmó 175 en 2012. Sus 55 tantos en 15 jornadas de Liga le despeja el camino para batir los 120 tantos logrados con Mourinho. Desde que sucumbió en Anoeta y una semana después frente al Atlético, en el derbi de la tercera jornada de Liga jugado en el Bernabéu, el Real Madrid se ha transformado en una máquina de ganar y acaba el año líder, con un punto de ventaja sobre los culés y un encuentro menos, el aplazado contra el Sevilla por el Mundialito. Ya son 22 victorias consecutivas, más que en las anteriores marcas blancas que alcanzaron Miguel Muñoz y José Mourinho, más que el Barça de Frank Rijkaard y a sólo dos del récord mundial que posee el Coritiba brasileño. Un reto a conseguir tras las vacaciones, aunque al equipo blanco le esperan duelos complicados en Mestalla y en el Calderón, en Liga y Copa del Rey, respectivamente.

Una máquina de ganar

Hay individualidades que dan lustre a los enormes éxitos colectivos pero Ancelotti es la clave. Sin su figura, hubiera sido difícil que Cristiano Ronaldo cerrase la Liga como máximo artillero con nada menos que 31 goles, o que firmase una Champions de ensueño en la que anotó 17 goles, cifra jamás alcanzada por otro jugador. Y en lo que va de campaña ya acumula nada menos que 25 goles en Liga, un guarismo inimaginable, y 5 en Champions, además de los dos tantos sellados en la Supercopa de Europa conquistada ante el Sevilla en Cardiff (2-0). El lado negativo para el Real Madrid en los torneos de campeones se produjo poco después en la Supercopa de España ganada por el Atlético a doble partido (1-1 y 1-0 para los colchoneros).

La décima será para siempre la del gol de Ramos en el 93 que cambió la historia de esa final jugada el 24 de mayo en Da Luz. El sevillano igualó la diana de Godín, tras error de Iker Casillas, hundió al Atlético y permitió volar al Madrid hacia la goleada sellada por Bale, Marcelo y Cristiano, de penalti, en la segunda parte de la prórroga. Ancelotti dice que, en realidad, la clave del cambio se produjo antes, cuando el Madrid se impuso al Barça en la final copera del 16 de abril en Mestalla. El 2-1 se recordará como la noche en la que Bale protagonizó una galopada maravillosa ante Bartra que coronó a los madridistas. Carletto ha apagado incluso el fuego cruzado sobre Iker Casillas, único capitán madridista y de la selección que ha alzado todos los trofeos, salvo la Copa Confederaciones, y que ya suma 700 partidos de blanco. Una curiosidad: ¿alguien echa de menos a Di María y a Xabi Alonso?

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